Alertan del abandono institucional de los asentamientos de migrantes ante el covid-19

  • Viven entre plásticos y palés, sin agua corriente, con la luz enganchada en el mejor caso. A veces hasta ocho personas ocupan chabolas de 20 escasos metros cuadrados
  • “Nosotros tenemos test rápidos de coronavirus y personal sanitario para atenderlos, pero necesitamos un lugar donde llevarlos”, pide Médicos del Mundo

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Viven entre plásticos y palés, sin agua corriente, con la luz enganchada en el mejor caso. A veces hasta ocho personas ocupan chabolas de 20 escasos metros cuadrados. Son las condiciones de miles de trabajadores migrantes del campo andaluz en asentamientos sobre todo en las provincias de Almería y Huelva. Si el covid-19 llegase por aquí se extendería como la pólvora. Sin embargo, todavía no se han tomado medidas necesarias como, por ejemplo, su traslado a viviendas dignas o la habilitación de espacios de aislamiento en caso de contagio, según denuncian varias organizaciones.

Médicos del Mundo (MdM) alerta sobre la situación en el campo de Almería de los trabajadores migrantes, quienes “siguen al pie del cañón recogiendo los alimentos” que nos abastecen en esta situación de excepción. Lo hacen “sin medidas de protección” y, al volver a sus chabolas en la periferia de Níjar, no pueden guardar las medidas de prevención recomendadas. Ni siquiera pueden lavarse las manos o guardar distancia. “Están muy preocupados”, alerta a cuartopoder la presidenta de la ONG en Andalucía, Carmen Domínguez Lora. “Tenemos jóvenes con patologías crónicas como renales, de piel o respiratorias por lo que aspiran al tratar la tierra”, subraya.

Aunque es difícil hacer una estimación exacta, MdM calcula que en Almería al menos hay unas 4.000 personas -otros colectivos elevan la cifra hasta 7.000- en estos asentamientos que rondan el centenar, la mayoría marroquíes y también subsaharianos. En Huelva, desde el Colectivo de Trabajadores Africanos estiman que ahora mismo puede haber entre 3.000 y 4.000 personas, de orígenes como Ghana, Mali, Marruecos, Rumania y Senegal, repartidos en más de una cuarentena de asentamientos. La inmensa mayoría de estos trabajadores son hombres y muchos se encuentran en situación irregular.

Varios migrantes en uno de los asentamientos de Lepe./ Antonio Abad Díaz Ortega
Varios migrantes en uno de los asentamientos de Lepe./ Antonio Abad Díaz Ortega

Es prácticamente imposible que los migrantes puedan respetar las recomendaciones sanitarias, explica Antonio Abad Díaz Ortega, miembro fundador del Colectivo de Trabajadores Africanos. Según cuenta, hace más de una semana la Unidad Militar de Emergencias (UME) se acercó a los asentamientos de Lepe para comunicar las medidas restrictivas con el estado de alerta, una tarea sin demasiado sentido para él. “Estas personas no tienen recursos, no pueden hacer una compra al mes, no pueden conservar alimentos porque no tienen electricidad. Están yendo al pueblo y no les están pidiendo nada. ¿Cómo van hacerlo si no tienen nada?”, manifiesta.

Trabajo sin seguridad

Desde Mdm destaca que las personas migrantes siguen yendo a trabajar para que los alimentos lleguen a los supermercados y a nuestras casas. Pero lo hacen sin medidas de seguridad. “Cuando por las mañanas voy al centro de salud, los veo marchar en bicicleta, absolutamente desprotegidos, sin mascarilla ni guantes”, cuenta Domínguez sobre los trabajadores almerienses. “Si faltan mascarillas para los sanitarios, pues imagínate para ellos...”, indica Díaz Ortega.

Sufren una especial desprotección los trabajadores irregulares. Según Abad, las empresas están emitiendo autorizaciones para que sus trabajadores, los que tienen contrato, puedan ir a trabajar, pero esto no les sucede a los irregulares. Además, si antes el que tenía coche se llevaba a cuatro compañeros, ahora “deben ir a de dos en dos y quien no tiene vehículo se queda en tierra”, añade.

Escasas medidas y protocolos inexistentes

Para las organizaciones consultadas por este medio, las medidas puestas en marchas por las instituciones son escasas y tampoco se ha iniciado ningún plan específico. Organizaciones como Cáritas o Cruz Roja reparten productos de primera necesidad en los asentamientos -la diputación de Huelva ha aprobado 60.000 euros para movilizar recursos en estos lugares-, pero no se habilitan espacios dignos para estas personas. “Nosotros tenemos test rápidos de coronavirus y personal sanitario para atenderlos, pero necesitamos un lugar donde llevarlos”, pide a las administraciones locales la presidenta de MdM de Andalucía.

Abad, desde Huelva, denuncia que estas medidas para llevar productos de primera necesidad a los aislamientos tan solo son “parches” y pide mejorar sustancialmente la situación de estas personas. Desde la Mesa Social del Agua enviaron un escrito hace más de una semana al Gobierno y a los ministerios competentes para solicitar el acceso al agua para los asentamientos chabolistas, así como la instalación de baños o la recogida de basura en dichos lugares.

Desde el Colectivo de Trabajadores Africanos tienen una solución: alojar a estas personas en las miles de viviendas que normalmente ocupan las temporeras de la fresa y que este año no acudirán al campo por el cierre de fronteras. Piden regularizar temporalmente la situación de todos estos trabajadores para realizar esta misma labor, una medida que ayudaría tanto a los jornaleros migrantes como a los empresarios agrícolas onubenses.

Por su parte, MdM denuncia no haber obtenido la respuesta esperada por parte de las administraciones de la provincia de Almería. Incluso declaran haber presentado un plan de actuación conjunta entre Cruz Roja, Cepain y MdM que, al menos de momento, no ha obtenido el respaldo institucional necesario. La ONG ha puesto a disposición de estas personas, y de la población andaluza en general, atención telefónica para información y apoyo psicosocial en relación al Covid-19. Los números son 952252377 (9-14h) y el 954908288 (16-21h), de lunes a viernes. También Cruz Roja y Cáritas facilitan alimentos y productos de higiene en los asentamientos almerienses, pero la última ha advertido que incluso han reducido estos días los servicios que prestan habitualmente.

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