Las Cajas de Pandora

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Hace un par de días, en los aledaños del Congreso,  un ex diputado y consejero de Cajamadrid transmitía a un parlamentario en activo su preocupación por el impacto que puede tener en su cuenta corriente el proceso de fusión de las Cajas. El ex diputado en cuestión cobra puntualmente su magra pensión de diputado y, además, ingresa los euros que le reporta la asistencia a las reuniones del Consejo de Administración de la entidad financiera en la que, como premio a toda una vida de dedicación política, le ha colocado el partido. Está claro que estamos hablando de dinero. Según los datos de los sindicatos de Banca, que no varían mucho de los que acaba de publicar el Banco de España, la fusión de las Cajas afectará a entre el 12% y el 18% de los 120.000 trabajadores del sector. En el mejor de los casos, más de 15.000 trabajadores se verán afectados por los procesos de concentración. Todos pactados, eso sí, a base de prejubilaciones y bajas anticipadas que para sí quisieran otros. Según estas estimaciones, entre un 10% y un 25% de las oficinas echará el cierre tras el proceso de las fusiones (pueden llegar a 2.000, según CCOO).

Parece que por el lado de la mano de obra las cuentas están claras, ¿pero, y por el otro lado? ¿Qué deparará el futuro a los 650 consejeros que, según estimaciones del propio sector, forman parte del entremado político-social que, supuestamente, gobierna las Cajas? Si nos fiamos de los datos disponibles, nuestro ex diputado, de momento, puede estar tranquilo, porque, lejos de adelgazar, el número de consejeros se mantendrá e, incluso, aquellos que sean designados pasa a formar parte de los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) -los consejos  que tendrán que poner en marcha las fórmulas bancarias de la concentración jurídica de las Cajas para salir a Bolsa- verán engordar sus nóminas. Esto es, que las siete cajas agrupadas en torno a Bankia (la entidad liderada por Cajamadrid y Bancaja) no sólo mantendrán el número de sus respectivos consejeros, sino que algunos percibirán una retribución añadida cuando pasen a formar parte del consejo del nuevo entramado societario.

Seguimos hablando de dinero. ¿Pero de cuánto dinero? Es díficil, prácticamente imposible, echarle la cuenta. La transparencia en las retribuciones de los consejeros -incluídos los designados por partidos, sindicatos, ayuntamientos y CCAA- hace palidecer el decoro. ¿Cuánto cobra un consejero?  Según los amigos de alguno de ellos, que también son amigos míos, entre 1.500 y 2.000 euros cada vez que se reúne el Consejo de Administración de la entidad, que se da cita, al menos, un par de veces al mes. Esto es, y como diría cualquier asalariado, medio kilito. Si ese consejero forma parte de la Ejecutiva de la entidad, que se reúne un par de veces por semana, la cifra alcanza niveles delirantes en relación al salario medio. Y si nuestro afortunado consejero es elegido para formar parte del consejo de la nueva entidad, su retribución mensual puede llegar a marear.

La reforma de Ley de Cajas (9 de julio de 2010) estableció que al menos el 50% de los miembros del Consejo de Administración de estas entidades debe cumplir con los requisitos de cualificación y experiencia, lo que deja meridianamente claro que el 50% restante puede no estar cualificado ni tener experiencia en estos menesteres. La ley establece, además, que son las CCAA las que determinan la composición de los Consejos de Administración de sus Cajas, de las que forman parte representantes de los impositores, ayuntamientos, partidos, sindicatos y consejeros independientes. ¿Por qué a estas alturas del siglo XXI resula tan complicado conocer quién es, qué hace y cuánto cobra el consejero de una Caja? ¿Viven estos señores, y las organizaciones que les han colocado allí, al margen de la transparencia democrática que afecta al común de los contribuyentes? ¿Por qué si las fusiones de las Cajas acarrean reducciones en los puestos de trabajo y en las sucursales de las entidades no ocurre lo mismo con el número de consejeros? Si tengo la oportunidad, la próxima vez que me cruce con nuestro ex diputado y atribulado consejero, se lo preguntaré.

2 Comments
  1. inteligibilidad says

    No me salen las estrellitas para votar pero le pondría 5. Qué asco de gente… puras sanguijuelas.

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