Telefónica se encuentra de bruces con la prima de riesgo española

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La operadora que preside César Alierta ha tenido que aplazar la colocación de su filial de servicios y lo que es peor, rebajar su precio. Algo muy sintomático, ya que la primera reflexión que surge es “si Telefónica no puede, las demás colocaciones previstas…” Ya lo hemos dicho anteriormente: ahora a los inversores les interesan sobre todo las redes sociales. Pero, además, si alguna operación es española, se topa con una prima de riesgo añadida. Un diferencial español que, por cierto, ha superado de nuevo los 250 puntos básicos, un auténtico desastre.

¿Se puede hablar de rechazo expreso a la mera colocación bursátil? No del todo. Probablemente Telefónica ha pretendido exprimir demasiado un limón “en un momento en el que el mercado está como está”, señala Nicolás López, director de análisis de M&G Valores. Pero el caso es que “ahora mismo todo lo que huele a España lo tiene especialmente complicado”, asegura.

El experto subraya que “se trata de un negocio seguro, con buenas cifras de negocio”, por lo que no debería tener demasiados problemas para colocarse. Todo ello, a pesar de que hay una burbuja de redes sociales y de que la colocación de filiales no es un asunto que levante demasiado entusiasmo en el mercado, a tenor de lo ocurrido en el pasado.

López confirma que “en tiempos anteriores se colocaron filiales de móviles a precios muy altos, ante la expectativa de grandes crecimientos en la industria y lo mismo puede decirse de empresas renovables”. Sin olvidar otras como empresas de servicios de parking y autopistas. Los resultados son por todos conocidos: aquellas empresas segregadas fueron recompradas poco tiempo después a un precio muy inferior. Fueron un gran negocio para las matrices, pero horrible para los accionistas.

Por tanto, tampoco puede hablarse de oportunismo con la colocación de Atento, una empresa de servicios de telefonía y call center que opera en un sector que no está precisamente de moda.

Telefónica buscaba apelar al mercado para reducir deuda,  pero se ha encontrado con una situación complicada que, por supuesto, no les sorprende. Hace tiempo que nuestras grandes empresas dicen por lo bajo que “nuestro problema es España; fuera nos hartamos a ganar dinero”. Pero nuestra economía está estancadísima, con un problema de paro y de consumo galopante al que la actual crisis política, con un Gobierno contestado internamente y desde el exterior, no ayuda. Un mercado muy maduro o incluso en decrecimiento.

Los miedos sobre Grecia y su impacto periférico pesan mucho y si de verdad Jean Claude Trichet sube tipos el mes que viene (habrá que verlo, porque presiones para que no lo haga tendrá sin duda) son una tenaza para España. Y de esta presión no se escapa ni la mismísima Telefónica, la compañía con más caja y beneficios de Europa.

1 Comment
  1. nemesis says

    Bueno esta atribuirlo a «el mal estado de España» ¿Los martingaleos del señor Alierta -Por la gracia de Aznar- no tienen nada que ver? Parece que tambien

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