¿Sindicalismo sin sindicatos?

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Marcelino Camacho. / Wikipedia

Dice la Wikipedia que Pablo Iglesias nació en 1850 en una familia humilde y que fue bautizado con el nombre de Paulino, siendo su padre un empleado del Ayuntamiento de Ferrol. Acabados sus estudios primarios y de tipógrafo entró a trabajar en una imprenta a la vez que asistía a clases nocturnas de francés que se pagaba él mismo. Llevó una vida de gran austeridad. En 1888 fundó la Unión General de Trabajadores (UGT), accediendo a su presidencia en 1889. Ese mismo año acudió al Congreso fundacional de la II Internacional como representante-portavoz del PSOE. En 1890 encabezó la primera manifestación del 1 de mayo en España, en la que se exigía la jornada laboral de ocho horas  (¿te suena?) y el cese del empleo de niños en actividades laborales. Fue detenido en varias ocasiones. En 1910, Pablo Iglesias consiguió el primer escaño de un socialista en el parlamento español.

También dice la Wikipedia que las primeras Comisiones Obreras (CCOO) fueron organizadas durante los años sesenta en Asturias, Cataluña, Madrid, Guipúzcoa y Vizcaya como movimiento surgido de los conflictos laborales en el sistema franquista. Se trataba de órganos de representación de los trabajadores elegidos en asamblea… (¿te vuelve a sonar?)...  Las Comisiones Obreras fueron impulsadas por el PCE, los movimientos cristianos obreros (JOC y HOAC) y otros colectivos opuestos al régimen franquista . Esas comisiones surgidas de los conflictos puntuales (¿acampadas?) dieron lugar a un movimiento estable y organizado.  Desde la transición democrática hasta 1987 su secretario general fue Marcelino Camacho, que fue encarcelado, como muchos otros dirigentes sindicales, por su inquebrantable 'dignidad' respecto a la democracia y los derechos de los trabajadores.

Si eres un ‘indignado’ en condiciones todo esto te debería sonar. Te lo digo para que no caigas en la tentación de pensar que has sido tú el primero que se ha echado a la calle para protestar desde que el mundo es mundo. Parece evidente que los indignados no son los primeros en romperse la cara con el poder y parece evidente también que otros hicieron algunas cosillas antes; algunos, incluso, se dejaron la vida en el empeño.

Hay otra cosa que no dice la Wikipedia,  pero que la digo yo: los sindicatos han sido un agente fundamental en el desarrollo económico y en la cobertura de derechos políticos, laborales y sociales de los trabajadores desde la llegada de la democracia. Los sindicatos han sido durante muchos años los auténticos indignados de este país y han hecho recular en más de una ocasión, con sus negociaciones y sus movilizaciones (huelgas generales incluidas), las pretensiones arteras de la derecha, de la patronal, del capital especulativo, de los mercados. Sería ridículo que un mindungui como yo tuviera que reivindicar aquí la hoja de servicios del sindicalismo patrio.

Escribo todo esto para la indignada población –la no indignada me la trae al fresco-, porque  un documento colgado en la web de la Extensión Laboral de Acampadasol titulado Sindicalismo sin sindicatos explica a los indignados del siglo XXI las alternativas legales que tienen los 'no sindicados' para organizarse en el seno de las empresas. El texto recuerda, por ejemplo, que se puede participar en las elecciones de comités de empresa (más de 49 personas en plantilla) o de delegados de personal (empresas de menos de 50)  con una candidatura independiente si se tienen los avales  suficientes.  “Una vez que has sido elegido como representante legal de trabajadores”, dice el grupo de trabajo de Acampadasol, “es muy conveniente recibir la formación y el apoyo de otras personas con experiencia en estas tareas. En un sindicato es fácil encontrar ambas... También sería muy útil contar con un servicio jurídico que ejecutara las demandas judiciales que, en muchas situaciones, son imprescindibles para obligar a las empresas a que respeten los derechos de los trabajadores”.

Es curioso que dos colectivos con objetivos tan similares e historias tan dispares y de tan desigual recorrido (sería un insulto a la inteligencia intentar compararlas) como el movimiento sindical español y los indignados de Acampadasol tengan localizado el problema y, sin embargo, dediquen parte de su tiempo a mirarse de reojo los unos a los otros. Si el enemigo está identificado, si las soluciones están claras, si se trata de un asunto de higiene, de moral, de derechos, de democracia, ¿por qué confrontar con los que piensan lo  mismo que tú? Muchas de las 'revolucionarias' propuestas de los 'acampados' forman parte del argumentario sindical desde hace años. Otra cosa es que la influencia social de los sindicatos –objetivo prioritario de la derecha política y mediática-, o su capacidad de movilización haya menguando en los últimos tiempos. Otra cosa es que, durante esta maldita crisis, CCOO y UGT hayan ido reculando y pactado acuerdos que no son sino recortes de derechos de los trabajadores. Y otra cosa es también que las centrales sindicales, al igual que los partidos políticos, se hayan olvidado de aquellos (fundamentalmente jóvenes)  a los que se niega, incluso, el acceso a la categoría de explotados en el mercado de trabajo. Los sindicatos deberán reflexionar sobre todo eso, pero la confrontación entre sindicatos e 'indignados' solo hará más débiles a ambos para solaz de la contraparte, llámese mercados, paraíso fiscal, capitalismo salvaje, injusticia, FMI, Grecia, patronal o como se le quiera llamar. Si hay que  arremangarse para hacerle frente al disparate moral, al fango social en el que vivimos revolcados, no parece razonable que empecemos por darnos mandobles entre nosotros, digo yo... La pureza no siempre es una virtud.

17 Comments
  1. Andres y Charo says

    Espectacular articulo Pascual, que el sindicato (CCOO), tiene que mejorar su cercanía a la calle es evidente, pero de ahí a que nadie se atribuya los inmensos sacrificios hechos por esta organización hay un abismo.

    Yo siento ser mas duro que tu, pero a CCOO, nadie nos va a dar lecciones de como lucha en defensa de los trabajadores.

    Segunda cuestión, no se si eran indignaos o no pero el día 29 de septiembre yo fui piquete, muchos, muchísimos de los que hoy están indignados, entonces reclamaban su derecho a trabajar; por tanto menos pureza y mas partirnos la cara con el verdadero enemigo, que como bien dices se pueden llamar: mercados, paraíso fiscal, capitalismo salvaje, injusticia, FMI, Grecia, patronal.

  2. nick says

    Parece mentira que al autor no hable de la infame. presencia de sindicalistas vendidos al poder en ministerios y consejerías, de Corcuera y su patadón en la puerta al actual ministro del Paro. El sindicalismo actual es más cercano al sindicalismo vertical que a las comisiones obreras antifranquistas, por ello no la desconfianza si no el desprecio a los sindicatos mayoritarios y corporativos ¿Quien no conoce un sindicalista que has sacado beneficios personales de su función representativa, en el puesto de trabajo o a la hoa de negociar la indennización por despido?. Yo no tengo dedos para contarlos.

  3. irrepresentable says

    Independientemente del artículo, que es irreprochable, las cuestiones que al respecto de los sindicatos abren lo Indignados dan qué pensar.
    Su eslogan ‘No nos representan’, nunca les ha sido redirigido: ¿A quién representáis vosotros?.Yo no me siento representado por los que se titulan Indignados, y lo estoy. No me siento representado por personas que gritan su alegría, y ya son mayorcitos, por descubrir ruedas y mediterráneos, por descubrir el agua caliente.
    Le llaman algunos bondadosos medios inocencia a la ignorancia. Demuestran los indignados no conocer el estatuto de los trabajadores ni la historia y recorrido del movimiento sindical en España y en el mundo, y se permiten juzgarlo, sumarísimamente, y condenarlo, nada menos. No han pensado en qué ocurrirá si su movimiento fracasa o se disuelve. No piensan en si son manipulados. Creen que Twitter y Facebook son multinacionales neutras que ponen cientos de miles de dólares a su servicio gratis. Gratis. O al menos parecen creer que baratito, como cuando empezaban a promocionarse los créditos a las hipotecas. A las Hipotecas. Piénsese en la palabra Hipoteca.
    A mí no me representan.
    Un ejemplo. Los denostados sindicatos mayoritarios españoles van más allá que ellos en sus reivindicaciones, e.g. pidiendo representantes de los trabajadores en su consejo de administración, para, por ejemplo también, cuando se quiera ligar salarios y producción. Los Indignados ni siquiera se lo han leído.
    A mí no me representan. Y lo grave es que no soy un político. Soy un indignado.
    Indignaditos: ¿Y si resulta que hay muchos indignados a los que no representáis y le estáis haciendo un enorme favor a la derecha?

  4. Graco Pérez says

    Sin sindicatos, sean todo lo «vendidos» que se quieran, estaríuamos como en el siglo XIX, o como están hoy los trabajadores en muchos países del siglo XIX. Es por eso que los empresarios, liberales, neoliberales, derechas etc. están todos contra los sindicatos. NO habla muy en favor del carácter progresista del movimiento 15M el que ellos compartan esa política. En cualquier caso, como si no hay sindicatos los trabajadores perdemos muchísimo, y si no hay 15M no pasa absolutamente nada, en caso de conflicto mi elección es clara. Por cierto, que da una idea de lo «bien» que conocen el mundo de la emrpesa el que no tengan ni puta idea del grado de represión antisindical que existe, y se crean que van a llegar ellos y van a besar el santo y a meter a todo el mundo en su sindicato amarillo.

  5. Durruti says

    No todos los sindicatos son UGT y CCOO. Hay sindicatos que no se han vendido aún,¿porqué no decirlo y apoyarlos?. pertenezco a CGT y se CGT no se ha vendido a los poderes económicos. Es más, en muchas empresas no sólo luchamos contra éstas sino contra CCOO y UGT, ya que están comprados por ésta. Además nuestro funcionamiento es asambleario y no tenemos órganos ejecutivos. Salud y democracia real ya para el sindicalismo.

  6. Luca Caballero says

    No estaría nada mal que el artículo de Pascual García llegara a «los indignados» en alguna de cuyas asambleas y reuniones yo he participado y participo. De hecho, me consta que en los sindicatos (en CCOO) se avanza en la reflexión de hacer converger reivindicaciones y respuesta social con el movimiento 15M. Pero que nadie olvide que la deriva de «sindicalismo sin sindicatos y política sin partidos» podría continuar con democracia sin votos, y ahí emergería, ¿por qué no?, el ideario corporativo, reaccionario y neofascista de «la acción directa» sin democracia. La democracia necesita participación social además de votos, pero sin votos no hay democracia.

  7. Jota Uve says

    Con ser verdad todo, la practica la vuelve una falsedad. Los sindicatos están aburguesados y funcionariados. Su funcionamiento ha sido absorvido por el sistema y son inutiles para los trabajadores mas allá de tramitarles el despido, que cualquier abogado podría hacer.

  8. JUAN SIN NADA says

    Escuchad en youtube » CUMBIA DEL INDIGNADO » – Retrata muy bien la situacion que vivimos –

  9. rdbd says

    Me sorprende enormemente la falta de un discurso crítico hacia el 15M por parte de periodistas y medios que dicen no sólo comprender el movimiento sino apoyarlo. Podría ser beneficioso para los indignados y, como dicen que representan a toda la ciudadanía, para el resto de españoles.
    Compartiendo bastante de lo que DRY reclama, le veo muchos peros. En mi opinión este movimiento está haciéndole un trabajo a la derecha, por diversos motivos, y el apoyo en redes sociales de personas vinculadas al mundo empresarial al más alto nivel y otras cuya simpatía conservadora es más que evidente no hace sino reafirmarme en mis impresiones.

  10. marlene tovarblanco says

    El toro por los cuernos ! Como debe ser

  11. David Gámiz Jiménez says

    No creo que estemos faltando a la memoria y a los esfuerzo de personas del pasado, con «nombre» o sin el. Simplemente es un nuevo impulso «parecido» o «similar» pero que no igual. Por lo tanto es hora de hacer que las cosas mejores con puntos de vista actuales, sin olvidar el pasado. Pero las variables han cambiado además el problemas de los que nos «recuerdas» es que se a «desvirtuado», por lo tanto más razón para crear nuevas soluciones. Un saludo y gracias por tu entrada. 🙂

  12. borja says

    Por favor pedir a amigos,conocidos,familiares que no voten ni al psoe ni al pp pasarlo por favor.Si nadie vota a estos dos partidos los que ganen tendran que cambiar las cosas sin posibilidad de no hacer nada.Estarian obligados a cambiar la justicia y la leyes electorales la clave es que psoe y pp no tengan ni un voto.GENERACION NI NI,NI PSOE NI PP PASARLO PORFAVOR,hablar de ello con familiares y amigos y que nadie les vote y TODOS A VOTAR.Que voten a quien sea menos psoe y pp gracias.

  13. Rafael L. Labrador P. says

    Sindicalismo Sin Sindicatos. Me encanta el comentario de que NO NOS ENFRENTEMOS EL MOVIMIENTO DE LOS INDIGNADOS CON LOS SINDICATOS. Esto solo da fuerza a los partidos que se creen que el poder siempre estará entre estos dos partidos que se han corrompido hace ya tiempo como Pesoe y PP. Pensemos en el Partido ANDALUCISTA, si no hace las cosas bien, 4 años y fuera. Y por favor, NO nos ENFRENTEMOS LOS QUE DESEAMOS LA MISMA COSA.

  14. josu goñi says

    La pena es que se han llenado de advenedizos, trepas, funcionarios sindicales, gente que se eterniza de liberada…y demasiados que no han trabajado jamás…al margen de la publicidad contraria por parte de el poder…

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