Todo en un día: debacle de la deuda, crecimiento cero, quiebra de una ‘filial’ de Goldman y referéndum griego

La jornada de ayer fue de infarto en los mercados financieros, especialmente en el de deuda. Las medidas tomadas por el Eurogrupo la semana pasada comenzaron a pasar factura, de la misma manera que las cifras del Banco de España que corroboran que este país se ha parado de nuevo. Así, mientras los bonos españoles elevaban su rentabilidad hasta el 5,65%, el papel público italiano se iba al 6,15%. Por el contrario, el dinero entraba de manera desaforada en el bund alemán, en la deuda sueca (ojo, ¡tiene el tipo aun más bajo que el bund germano!), británica y estadounidense. Para acabar de poner la guinda, quebraba una empresa dirigida por un ex consejero de Goldman Sachs (dan ganas de alegrarse) y en Grecia, Papandreu salía con que propondrá a referendum el rescate a su país.

El palo de los mercados a España llegaba después de un fin de semana en el que el Gobierno certificó que ya tenemos cinco millones de parados de facto y, más allá de la cota psicológica, dejó claro que el crecimiento del desempleo es un hecho. Así que leña al mono de la deuda aunque peor es el caso italiano.

Los inversores dan tan mínima credibilidad a Berlusconi (menos que a Zapatero, que ya es decir), que desde este verano el bono italiano vale menos en los mercados que el español. Eso, a pesar de los dictámentes de la autoridad bancaria europea (EBA), que ha señalado con el dedo a nuestras entidades financieras, pero no así a las transalpinas.

De esta manera, el diferencial de deuda español con Alemania es de unos 350 puntos básicos y el italiano supera los 400. Y ojo, que el francés también está repuntando, aunque en el entorno de los 110 puntos.

Mientras tanto, Grecia todavía no tiene claro cómo va a pagar los próximos salarios de sus pensionistas y funcionarios. También están aflorando unos escándalos en pagos falsos de jubilaciones que dejan el escándalo de la Junta de Andalucía en una trampilla de fullero a los naipes.

Este agujero es, al parecer, de 8.000 millones de euros, es decir, una cifra equivalente al último tramo del rescate al país. Pagado con dinero de todos, por supuesto. Y resulta que el actual presidente griego todavía tiene la desfachactez de decir que tiene que hacer una consulta al pueblo para aceptar esos rescates.

A todo esto, también se ha conocido la quiebra de MF, que deja entrever que sigue larvando un montón de cargas de profundidad al otro lado del Atlántico. Después de tantos años de crisis, los viejos problemas se reproducen.

Estamos en un momento híper complicado. Europa no tira. EE UU tampoco, nos digan lo que nos digan. Al revés, la caldera donde arde el combustible de la crisi está allí. Los políticos no tienen ni idea de cómo hincarle el diente a la crisis, ni de cómo superar la presión de los grandes lobbies.

Llegados a este punto, sólo queda hacer referencia a las palabras de Nouriel Roubini, que corrobora lo que nos hemos hartado de repetir en Cuartopoder.es: “Tenemos otra quiebra financiera en ciernes. Hay que separar la banca comercial de la de inversión y hay que desmontar a entidades como Goldman Sachs o Citigroup”. Todo un premio Nóbel de Economía cuya palabra ahora es ley. Sólo hace falta que le hagan caso.