Multitudinaria marea blanca en Madrid ante la semana que decidirá el futuro de la sanidad pública

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(Actualización del 17/12 a las 22.00 horas)

La Consejería de Sanidad y los sindicatos de la Mesa Sectorial (SATSE, CCOO., CSIT-UP, UGT, AMYTS y USAE), además de CSIF, se reunirán este martes para tratar de concretar las alternativas que estas organizaciones presentaron el lunes al Plan de Sostenibilidad para el Sistema Sanitario del Gobierno regional, tal y como ha solicitado el Ejecutivo madrileño como condición para revisiar su apuesta por privatizar seis hospitales y hasta 27 centros de salud de la región. El encuentro volverá a producirse en la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería para tratar de concretar los aspectos en los que el Gobierno regional requería más aclaraciones, sobre todo, en el caso del ahorro en Atención Primaria.

El encuentro celebrado ayer, tras el que los sindicatos denunciaron la opacidad del Ejecutivo madrileño respecto al desglose de las cifras de su proyecto, no se cerró con un acuerdo y se produjo, finalmente, tras tres semanas de conflicto y de huelgas en todos los ámbitos de la sanidad pública madrileña y de una manifestación multitudinaria de profesionales y pacientes en las calles del centro de Madrid. Las propuestas de los profesionales de la sanidad madrileña supondrían un ahorro de 510 millones de euros.

La del domingo fue una marcha multitudinaria que reunió a decenas de miles de profesionales y pacientes convocados por la Plataforma Asamblearia de Trabajadores y Usuarios por la Salud y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM). Pero con ser multitudinaria, la protesta no perdió el sabor de una concentración de las de andar por casa. Bastaba con echar un vistazo a las pancartas artesanas, pequeñas, sin esos habituales y llamativos colores rojos que impregnan las protestas de las centrales sindicales mayoritarias y que tanto lucen en las portadas de los periódicos o en los informativos de la tele. Estas eran pequeñas, escritas muchas con rotuladores y engarzadas con grapas a unos palos de escoba. Lo cierto es que no parecían estar hechas para lucir, sino para resistir. Yo estuve mirando por las calles que confluían a la marcha por si, en algún momento, asomaba por allí Agustina de Aragón empuñando una antorcha a los pies de un cañón para mandarlo todo a tomar por el culo, pero lo único que vi fueron decenas de lecheras de la Policía, un auténtico insulto ante la convocatoria de un colectivo pacífico y con derechos al que se rodeó por tierra y aire sin motivo alguno. Las pancartas, como digo, eran pequeñas y artesanas, pero eran muchas, muchas, cada centro de salud, cada hospital, cada unidad hospitalaria, cada grupo de enfermeras había hecho la suya, modesta, pero pancarta al fin y al cabo.

Y a pesar de las largas tres semanas de huelga y a pesar de que esta Navidad no habrá extra y a pesar también de que las nóminas de la mayoría que ha secundado los paros menguarán este mes como ostra bajo chorrito de cítrico, la multitud concentrada cantó y bailó y gritó una y otra vez contra la privatización de la Sanidad y contra el consejero que, maldita sea, les ha caído en suerte, el señor Javier Fernández-Lasquetty, del que volvieron a pedir una vez más la dimisión. Y no es para menos.

Cuando un responsable público, un responsable político, del PP para ser más exactos, reta a los sindicatos convocantes de la protesta a presentarle un plan para ahorrar 533 millones de euros en el plazo de cuatro días es que algo no funciona. Algo anda mal ¿Por qué? Porque consultar con el que sabe hay que hacerlo antes de emprender cualquier reforma, y más una de este calado, y no cuatro días antes de que la Asamblea dé el visto bueno a unos presupuestos que pretenden consolidar el desahucio de la sanidad pública. Y si el señor Lasquetty no sabe algo tan simple como esto, debería irse a su casa. Y de paso, llevarse con él a su equipo, que la única solución que ha encontrado para la sanidad pública madrileña es regalársela al sector privado.

Las relaciones de los políticos populares con los amiguetes provocaron hace sólo unas semanas una auténtica tragedia en el Madrid Arena y cinco jóvenes perdieron la vida por culpa de las arbitrariedades, las negligencias, la falta de control, la desidia y el buen rollo con los amiguetes,  asunto este último del que todavía no sabemos si tendrá, o no tendrá, carácter penal. Ahora también hablamos de salud y de negocio, y eso debería hacer pensar a más de uno. Aunque, quién sabe, quizás ya lo han pensado y les importa un carajo.

Lo cierto es que la manifestación ha sido el preludio de la reunión que, tras tres semanas de huelga, Lasquetty ha accedido a mantener con el Comité Coordinador Profesional, que le presentará -y gratis- sus propuestas para ahorrar los 533 millones de euros.

Las cartas siguen sobre la mesa. Lo que cabe esperar, como mínimo, es que alguno no las lleve marcadas. Por cierto, cuando paso la revisión ortográfica me sale que en lugar de Lasquetty tengo que poner rasqueta. Qué cosas.

Imagen de la multitudinaria 'marea blanca' que ha recorrido el domingo las calles del centro de Madrid en defensa de la saniIdad pública. / Victor Lerena (Efe)
2 Comments
  1. JORGE MONTERO, MÉDICO says

    Conviene añadir a sus comentarios que la zambombada de pedir alternativas para ahorrar 533 millones multiplica la falacia argumental de este señor representante del lobby privatizador; en primer lugar SU PLAN NO AHORRA NADA, CUESTA MÁS DINERO AL ERARIO PÚBLICO; en segundo lugar, EL PLAN PRIVATIZADOR SE LLEVA GESTANDO DESDE MUCHO ANTES DEL BENDITO ADVENIMIENTO DE LA CRISIS (sí, lo de bendito es una expresión irónica pero menos de lo que me gustaría = les está sirviendo para bendecir sus maniobras usurpadoras del capital público). Por lo tanto, doble falacia: no es por la crisis que privatizan y la privatización no ahorra, sino que encarece y endueda. Y tenemos que aguantar que un representante de la gestión pública insulte nuestra inteligencia con sus comentarios sobre el cariño a los hospitales (cuando aquello de abrazarlos); es otro cariño el que nos preocupa, el de nuestros polìticos hacia los consejos de administraciòn de las empresas beneficiarias de sus externalizaciones

  2. Maíllo El Malo (el verdadero Maíllo El Malo, no el baboso de Bankia) says

    ¿Marea blanca? ¡Gallina Blanca!, más bien. Estos médicos son un poco acojonaos, me parece que Lasquettyenenqueservir los tienen abucharaos.

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