EMPLEO / Según un estudio presentado por la red española EAPN-ES

La Garantía Juvenil deja atrás a los jóvenes más vulnerables

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Garantía Juvenil
Un joven operario manipula una máquina en una fábrica de tornillos. / Raúl Caro (Efe)

Los jóvenes que más necesitan acceder a un empleo, aquellos que ni estudian ni trabajan y además se encuentran en riesgo de exclusión social, son los que más barreras han encontrado para acceder al plan estrella contra el desempleo joven en España, la Garantía Juvenil, según ha mostrado un estudio presentado el jueves por la red española EAPN-ES.

Ante la falta de datos oficiales sobre los resultados del programa, esta agrupación de ONGs que luchan contra la pobreza y la desigualdad se decidió a recopilar información por toda España a través de las organizaciones y centros que atienden a diario a estos jóvenes y que ahora ha plasmado en este informe. En él destacan que los principales problemas con los que se han encontrado han sido el complicado acceso y los difíciles trámites con los que cuenta la Garantía Juvenil, además de un número limitado de ofertas de trabajo frente a las de formación.

Estos problemas son más llamativos si se ponen en el contexto de desempleo juvenil que vive España, el segundo país de la UE con mayor número de desempleados jóvenes por detrás de Grecia y en quinta posición en el ránking de países con mayor número de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los conocidos como “ninis”, por detrás de Bulgaria, Rumanía, Grecia, Italia y Croacia, muestra el informe.

”Más del 90 por ciento de los centros (que atienden a estos jóvenes) ha señalado la falta de conocimiento, acceso y uso de las tecnologías como el principal obstáculo”, señala EAPN. La inscripción y participación en la Garantía Juvenil están completamente digitalizados y, para aquellos en la sociedad que sufren la brecha digital pese a su juventud, este es el primer escollo con el que se encuentran y que arrastran durante toda su estancia en el programa, que a nivel europeo cuenta con un presupuesto de más de 2.000 millones de euros.

“Existe una barrera tecnológica que es necesario atender de manera particular, con programas específicos para estos jóvenes para evitar su descuelgue del mundo y de las posibilidades de la innovación digital”, recomienda EAPN ante esta limitación, que se traduce en situaciones tan elementales como la falta de acceso a internet en casa o no disponer de una cuenta de correo electrónico.

Nada de esto se ha tenido en cuenta en el diseño e implementación de la Garantía Juvenil. Todas las novedades que reciben los jóvenes inscritos se comunican a través de una página web que el informe ha calificado de “muy mejorable”, destacando la “poca utilidad de los contenidos” y concluyendo que “no llega ni a los jóvenes ni a las empresas”.

Pocas ofertas de trabajo

A pesar de estar concebido como un plan de empleo, una gran parte de las ofertas que contiene es de formación. Esto puede suponer otro desafío más para aquellos que ya vienen de sufrir un fracaso en los estudios y han perdido la confianza en su capacidad de aprendizaje. Volver a ese mismo sistema formativo les produce rechazo y les lleva a abandonar su participación en la Garantía Juvenil.

"Una de los principales datos que destaca del estudio es que en España sólo el 30% de las ofertas son de empleo, en comparación con el 70% de la Unión Europea", señala Elvira González, autora principal del informe, ante esta situación.

Las barreras creadas por la Garantía Juvenil llegan hasta el punto de que más de la mitad de las organizaciones consultadas por EAPN han señalado que algunos jóvenes abandonan el programa prácticamente antes de empezar. También reconocen que salen directamente a la calle a captar a potenciales participantes e intentan apoyarlos para superar las barreras con las que se encuentren.

El Gobierno también es consciente de que la Garantía Juvenil no está funcionando a pleno pulmón, puesto que a principios de este año solo había inscritos algo más de 400.000 jóvenes frente al millón de potenciales beneficiarios a los que se dirige este programa, según datos del Ministerio de Empleo.

Por este motivo, el Consejo de Ministros aprobó hace seis meses relajar las condiciones para participar, dejando de ser necesario llevar más de un mes sin estudiar y trabajar. También se aprobó inscribir automáticamente a los demandantes de empleo que cumplan las condiciones. Sin embargo, no se han mejorado los canales de comunicación ni se han simplificado los trámites.

“Yo me inscribí en enero de 2016 y fue duro porque hasta hace tres meses no he recibido ninguna oferta de trabajo”, cuenta Ana Bellido, de 23 años y usuaria de la Garantía Juvenil. “Pero es que tengo varios amigos a los que han tardado en ofrecerles un trabajo de verdad hasta dos años”.

El informe de EAPN también destaca que la formación con prácticas laborales es el modelo intermedio que contenta a algunos de los jóvenes participantes, que ven en ello una oportunidad de acceder posteriormente a un empleo en el lugar que realizan su formación. Sin embargo, estas prácticas habitualmente no son remuneradas, ni siquiera para costear el transporte al lugar de trabajo.

Esto provoca que las condiciones de vulnerabilidad económica de algunos jóvenes se mantengan durante el tiempo de esta formación y EAPN advierte que habrá que estar muy vigilantes para asegurar que los trabajos de los jóvenes no se precariza aún más ante situación

A pesar de estas cifras, apenas hay campañas del Gobierno en los grandes medios de comunicación para dar a conocer la Garantía Juvenil y es el “boca a boca” el medio por el que más jóvenes se han enterado de su existencia, aunque tampoco llegan a entender bien qué les puede ofrecer esta gran apuesta del Gobierno.

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