Unai Sordo: “Se han puesto en valor los trabajos esenciales, muchos feminizados y mal pagados”

Faltan solo unas horas para que dé comienzo el Primero de Mayo más atípico de la democracia. Por primera vez, las manifestaciones del Día del Trabajador serán virtuales y no físicas. Aún así, el secretario general de CCOO, Unai Sordo (Barakaldo, 1972), ve alguna luz entre tanta sombra. Avisa que vendrán días duros tras la covid-19, pero también cree que el trabajo, especialmente el de los servicios esenciales, se ha revalorizado más que nunca. 

"Se está demostrando el valor de los trabajos más esenciales, muchos de ellos precarios, feminizados, mal pagados... No puede volver a darse con salarios mileuristas algo tan esencial como el cuidado de las personas", argumenta durante la entrevista. Apunta a la necesidad de articular una mayoría social y  hegemonía sobre esta idea para darle una salida a la crisis diferente a la de 2008. En la distancia, el sindicalista atiende a cuartopoder. 

-Va a ser un Primero de mayo atípico, ¿qué hay que revindicar?

-Es muy atípico, sin poder estar en la calle, pero creo que es más necesario que nunca. Hay que reivindicar sobre todo el valor del trabajo. Se ha demostrado como esencial en una crisis que ha parado el país. Ha sido el trabajo de las profesiones muchas veces menos valoradas en la sociedad el que ha permitido que el país salga adelante y el que lo va a impulsa hacia adelante en los próximos tiempos. Por tanto, creo que el valor del trabajo y los servicios públicos se han demostrado esenciales en esta pandemia sanitaria sin precedentes y son dos de las grandes reivindicaciones

-Organizan una manifestación online, ¿cómo van a poder participar los trabajadores en ella?

-Lo que vamos a hacer es toda una batería de fotos, documentos gráficos de los trabajadores con distintas reivindicaciones, que serán proyectados a lo largo del día. Luego tendremos distintos actos, desde la rueda de prensa clásica por la mañana hasta dos pequeñas intervenciones para poner en valor y homenajear a estos trabajadores. También habrá actos culturales, como un concierto que se emitirá a través de las redes sociales. La idea es tener una presencia en el ámbito virtual, porque no queda remedio, a lo largo de todo el día. 

-Desde el punto de vista sindical, ¿cuál es la lectura de fondo que tenemos que hacer de esta EPA también atípica?

-Es una EPA que queda desactualizada por todo lo ocurrido el mes de abril. Es bastante poco significativa. Se deduce que hay poco más de medio millón de trabajadores afectados por ERTE cuando sabemos que estamos en unos 4 millones. Eso demuestra la pérdida de vigencia.

Sí deja alguna cuestión que merece la pena resaltar. Hace referencia a tres meses, es decir, 12 semanas, de las cuales el estado de alarma apenas dura tres, pero se ha vuelto a visualizar la capacidad enorme que tiene la economía española de destruir empleo y, particularmente, de destruir empleo temporal en muy poco tiempo. Pese a haber puesto en marcha la medida de los ERTE apenas dos días después del estado de alarma, hay más de 800.000 cotizaciones menos a la Seguridad Social en el mes de marzo. Los datos de paro registrado ya indicaban un repunte importante. Es decir, se destruye empleo muy rápido en España, y particularmente temporal, en cuanto hay problemas económicos. 

-Cuando acabe la congelación empresarial y empecemos la etapa postenfermedad ¿qué panorama laboral va a dejar la covid-19?

"La covid-19 nos dejará ante un panorama laboral muy complicado"

-Probablemente un panorama muy complicado. Es verdad que los ERTE a fecha de hoy están contribuyendo de forma muy importante a evitar el desempleo. Sin haber tomado estas medidas, probablemente, se hubiera multiplicado el número de empleos destruidos, pero viendo cómo han evolucionado las cosas a lo largo del mes de abril, con toda seguridad podemos estar en una cifra de paro superior a la que marca la EPA, seguramente, en un par de puntos, más, creo que no lejos del 17%.

Cuando salgamos de esto, que seguramente será muy paulatino, se incrementará la tasa de desempleo de una forma importante. Hay que poner todos los medios para que esto no sea así. Hay que retener empleo y prever una palanca de inversión muy importante para tratar de recuperar la actividad cuanto antes. A nadie se le escapa que si esta situación de hibernación de la economía tarda mucho en recuperarse, los efectos sobre el empleo van a ser muy importantes. En todo caso, hay que intentar retener lo máximo posible e intentar que esto sea lo más corto posible. 

-En una rueda de prensa advertía hace poco de que espera que el Ingreso Mínimo Vital, del que están a favor, no se convierta en un complemento de los salarial, ¿por qué señala esta preocupación y cómo evitarla en el diseño de ese ingreso?

-Lo señalé porque en algunas declaraciones que se hacían se hablaba de esto. Una cosa es que el Ingreso Mínimo Vital sirva para proteger a las personas sin ingresos y que estén vinculados a itinerarios de inserción laboral, de formación, para poder incorporarse al empleo y otra cosa que se articule como una prestación compatible con los salarios hasta cubrir a un mínimo. En nuestra opinión, tal y como funcionan muchas empresas en España, puede fomentar la utilización de este IMV como el complemento naranja que planteó Ciudadanos, un complemento para bajos salarios. Los bajos salarios tienen que desaparecer. Hay que garantizar el cumplimiento de los salarios de los convenios colectivos, subir el mínimo interprofesional y evitar la contratación a tiempo parcial que pueda dar pie a una disminución formal de las jornadas de trabajo. De otra forma, eso no sería un Ingreso Mínimo Vital, es derivar un coste de las empresas al Estado. 

No quiero poner la venda antes de la herida, pero como escuché alguna declaración en ese sentido, más vale prevenir que curar. Hay que tener un espacio de diálogo social para ver cómo articular ese Ingreso Mínimo Vital porque en función de cómo se haga afecta de una manera u otra al mercado laboral. No es lo mismo que pueda utilizarse como un complemento salarial a que sea un ingreso que pueda impulsar al alza los bajos salarios. 

-Ustedes reclaman un gran pacto de Estado, ¿consideran la comisión de reconstrucción del Congreso el foro ideal o creen que estos pactos tienen que trascenderla?

"Creo que la oposición va a tratar de bloquear cualquier escenario"

-En mi opinión no era el foro ideal, pero una vez se ha tomado la decisión es un debate que ya se ha terminado. Tal y como se está situando la oposición política, creo que se va a tratar de bloquear cualquier escenario y se va a convertir más en una disputa mediática. Ojalá me equivoque porque creo que España necesita urgentemente trabajar por ese gran pacto de estado, que tiene que ser político, social e interinstitucional.

No debería tomarse a broma porque los términos de la reconstrucción económica van a ser muy complicados. Vamos a ver sectores que son fundamentales en el PIB y la generación de empleo de España muy tocados bastantes meses en el mejor de los casos. Por tanto, todas las palancas de inversión pública, del fomento del empleo y de la actividad económica que se puedan poner en marcha requerirían de un consenso básico entre la mayoría de los partidos, los agentes sociales (sindicatos y patronales) y del conjunto de instituciones. Estamos ante una crisis que no tiene parangón y no tiene nada que ver con la de 2008 y 2009. Va a ser una caída mucho más intensa que cualquiera que hayamos podido conocer en periodo de paz. Requeriría de un gran acuerdo que tendría que tendría que ser complejo y que yo veo lejano en este momento

-Comienza la desescalada y muchos trabajadores volverán a sus puestos de trabajo en mayo, ¿están en condiciones de hacerlo con seguridad?

-Hay trabajadores que nunca han parado y otros que se han ido incorporando de forma muy paulatina. Una cosa son los márgenes que se han ido dejando para recuperar la actividad y otra que esas empresas no están teniendo prisa por incorporarse a la actividad porque no tienen demanda. Se está produciendo de manera escalonada. El gran reto es que se produzca en términos de absoluta seguridad y aquí los protocolos que se tienen que cumplir tienen que ser muy taxativos. Hay empresas, sobre todo pequeñas y medianas, en las que nadie está en posición de asegurar que se estén cumpliendo esos protocolos. Nosotros allí donde tenemos representación sindical estamos asesorando a nuestros delegados y delegadas para que puedan cotejar si se están cumpliendo las normas. Nos preocupa muchísimo y hasta que no se esté en condiciones de cumplir esos protocolos no se debe reanudar la actividad. 

-Han propuesto auditorias en materia sanitaria y de dependencia, ¿qué se debe examinar cuando todo esto acabe?

"Si hay que ir a un sistema de publificación de atención a la dependencia creo que no nos tiene que temblar el pulso"

-Creo que debe ser después de que pase todo esto. Todavía los hospitales y el personal de salud está mucho más preocupados por hacerle frente a la pandemia. Creemos que hay que hacer un análisis muy pormenorizado sobre qué ha ocurrido en los sistemas de sanidad, privados y públicos, en los sistemas de atención a la dependencia y en las residencias, sean cual sea su forma de gestión, publica, concertada o privada. Si teníamos los ratios de personal suficientes, los protocolos de seguridad suficientes, los materiales de seguridad y equipo suficientes...No desde una visión fiscalista, sino para saber lo que ha pasado y tomar decisiones estratégicas al respecto.

Lo que no puede ser es que se haya desarrollado un cuarto pilar del estado de bienestar con la dependencia, que se haya hecho a través de servicios privatizados o concertados, que esté ocurrido la tragedia que está ocurriendo y no tengamos la certeza de qué es lo que ha pasado. Además, todos somos conscientes de que puede volver a ocurrir y no nos puede volver a pillar en la misma situación. Si las residencias tienen que ser potencialmente medicalizadas, habrá que analizar si el modelo que se ha impulsado en España es propicio o hay que cambiarlo. Si hay que ir a un sistema de publificación de atención a la dependencia creo que no nos tiene que temblar el puso a la hora de revertir ese sistema de privatización. 

Estamos hablando de unas personas muertas y de cosas muy serias. En vez de presuponer lo que ha ocurrido o prejuzgar, preferimos que se haga un análisis exhaustivo. Además hay que hacerlo rápido porque no sabemos que si puede haber un repunte de situaciones. 

-Hablan de un cambio de modelo. ¿Por primera vez en mucho tiempo ven una oportunidad en la que el cambio sea positivo para los trabajadores o sigue estando el riesgo de que la crisis acabe con un recorte de los derechos laborales?

-Estamos en una situación con muchísimas incertidumbres. Creo que se está abriendo paso un cambio de paradigma. Desde hace muchos años o décadas se ha trasladado machaconamente el concepto neoliberal de la sociedad individualista. Este concepto que venía a decir que el Estado, lo público, lo común tenía que retirarse poco menos que a las catacumbas en el terreno económico. Lo que ha ocurrido ha puesto de manifiesto el valor fundamental de los servicios públicos.

"O hay una respuesta europea a esta crisis o España va a estar peor que en 2011"

Se ha articulado el discurso de los héroes para referirse a los empleados públicos. Yo no comparto esa terminología. Los trabajadores son unos inmensos profesionales que se están jugando la salud y a veces la vida por su trabajo, pero partiendo de ahí, lo que ha dado una cobertura al conjunto de de la población es contar con un sistema público de sanidad. Seguramente los médicos y enfermeras norteamericanas son tan héroes como los nuestros, pero allí no hay un sistema público de salud y mucha gente más que estar pendiente de curarse, está pendiente de si se puede pagar el tratamiento con el dinero que tiene en la cuenta corriente.

La valorización que yo creo que la sociedad esta haciendo de los servicios públicos es muy relevante. Lo mismo ocurre con el sector industrial. Aquí se abandonaron, se dio por sentado que España y el sur de Europa eran territorios destinados a la desindustrialización y que las industrias se ubicaban allí donde les era más rentable. Ahora somos conscientes de que necesitamos un suministro de productos básicos para hacer frente a una pandemia como esta. Si la iniciativa privada no llega, tendrá que llegar la pública. Lo que no puede ser es que si llega otra pandemia, un país como España o Italia no tenga la capacidad de producir respiradores, equipos de protección individual o lo que sea necesario en cada caso para hacer frente a esto. Necesitamos una industria propia, no digo necesariamente solo española, ubicada allí donde hay capacidad de decisión política y no tener que estar competiendo en mercados para traer a España productos que necesitamos para salvar las vidas de nuestros ciudadanos o de las personas mayores. Creo que se están produciendo cambios de paradigma de manera rápida. Desde ese punto de vista la valorización del trabajo es clave, se está demostrando el valor de los trabajos más esenciales, muchos de ellos precarios, feminizados, mal pagados muchos de ellos. No puede volver a darse con salarios mileuristas algo tan esencial como el cuidado a las personas.  Si somos capaces de crear una hegemonía sobre estas ideas, tenemos que intentar salir de esta crisis por un camino radicalmente distinto a cómo hemos salido de otras.

Pero no soy ingenuo. España va a salir macroeconómicamente dañada, con riesgos potenciales a corto plazo muy importantes. O hay una respuesta europea a esta crisis o España va a estar peor que en 2011 de forma indiscutible. Por eso hay que apostar tanto por esa respuesta integral europea para que no nos vuelvan a ahogar en la financiación de nuestra deuda pública, como paso previa un paso previo a un debate sobre la fiscalidad y luego hace falta una palanca de inversión de recursos que tiene que ser española y europea. Ahí sí comparto la orientación del Gobierno de España. Creo que estaba bastante bien tirada y contaba con apoyos en Italia o Francia, gobiernos de color distinto pero que habían leído bien las necesidades.