El PSOE se recupera en la recta final gracias a Cañete

La recta final de la campaña para las elecciones europeas del domingo, que acabó ayer, coincide con la recuperación del PSOE. Los socialistas no ocultan que las declaraciones machistas de Arias Cañete y su llamamiento al voto femenino en contra de la involución de la libertad de las mujeres para decidir su maternidad han funcionado hasta tal punto que los apáticos e incluso desafiliados como José Acosta han anunciado su voto a Elena Valenciano. El propio Alfonso Guerra, pico de oro en otro tiempo, ha prorrumpido en monólogos en los cinturones obreros de Madrid y Barcelona a favor de las mujeres, o sea, de la candidata femenina de su partido. Y Rubalcaba aseguró ayer en el mitin de cierre de los socialistas que "la cosa está en un pañuelo".

Los argumentos –disculpas incluidas-- del candidato del PP, Miguel Arias Cañete, sobre la superioridad intelectual del hombre, les han dado el trabajo hecho. El pícnico Cañete no es dios pero les ha venido a ver. Con ello, el PSOE se ha ahorrado muchas explicaciones sobre la aceptación de hecho del "déficit cero" con los consiguientes recortes sociales y la reforma de la Constitución planteada desde la oposición por Mariano Rajoy Brey que antepuso la reducción del déficit y el pago de la deuda a la financiación de la enseñanza, la sanidad y los servicios sociales. Esto significa el pacto de hecho entre los dos grandes partidos sobre el destino de nuestros impuestos a la satisfacción de los intereses financieros antes y por encima de las necesidades sociales.

El núcleo de esa política no se cambia, pero la introducción de la vena retardataria y episcopal del PP gracias a Cañete augura la atracción del voto femenino a Valenciano, una mujer que sin ser licenciada en nada y habiendo trabajado de secretaria y telefonista, ha demostrado mayor capacidad e inteligencia que todo un abogado del Estado que a los pocos meses de aprobar la oposición y ser destinado a un despacho de Hacienda en Jerez de la Frontera empleó su talento e información privilegiada en beneficio propio, de donde devino el esponsorio con una rica heredera del lugar. Eso no quita para que la vocación de servicio público del candidato, en su día reclamado por José María Aznar ante el problema de las “vacas locas” que podría afectar a los toros bravos y arruinar la llamada “fiesta nacional”, no sea cierta, mensurable y visiblemente compatible con sus negocios privados.

En este contexto parecen haberse diluido como un terrón de azúcar en el magma de la lucha de género las apelaciones al voto de los trabajadores que desde IU-La Izquiera Plural y otras formaciones como la emergente Podemos reclaman el punto final a los dictados antisociales  de la Troika y la auditoría de la deuda odiosa que los gobiernos han cargado sobre los ciudadanos. La transferencia de las rentas del trabajo al capital ha sido en España tan abusiva que en tan solo dos años ha colocado a esta “gran nación”, en terminología PP, a la cabeza de la OCDE en desigualdad e injusticia social.

Tanto Meyer como el coordinador de IU, Cayo Lara, reclamaron ayer en el mitin de cierre de Madrid la dimisión de Rajoy si no alcanza más de seis millones de votos, lo que supone que más de 30 millones de electores no confían en su Ejecutivo. En su opinión, después de haber convertido estas elecciones en un plebiscito a sus medidas, el jefe del Gobierno y del PP quedaría “deslegitimado” para seguir en La Moncloa. El resultado, a partir de las 23:00 horas de la noche del domingo.

En el conjunto de la UE, según el último estudio de la casa casa TNS Opinión para el Parlamento Europeo, los socialdemócratas están a 18 escaños de alcanzar al Partido Popular Europeo (PPE), que obtendría el 28,89% del voto en el conjunto de los 28 Estados de la Unión y conseguiría 217 escaños frente a los 199 que con el 28,50% de las papeletas sacaría el PSE. Esto colocaría al conservador luxemburgués Jean Claude Juncker como presidente de la Comisión Europea, pero la mitad de los 28 comisarios deberían ser progresistas. Cierto es que todo dependerá del resultado en cada país ya que, a fin de cuentas, los gobiernos nacionales tienen la última palabra sobre la propuesta de nombramientos. En todo caso, resulta esperanzador para la izquierda que la coalición plural que lidera el griego Alexis Tsipras, y de la que forma parte la española IU-La Izquierda Plural, con Willy Meyer a la cabeza, experimente un gran ascenso, sobre todo en Grecia.

El rasgo de última hora más destacado entre nuestros vecinos ha sido la reaparición del francés Nicolás Sarkozy con unas propuestas bastante rancias y perjudiciales para España para frenar el ascenso del populismo ultraderechista en su país. El reforzamiento de los Estados y del directorio franco-alemán que propone ese señor, rescatando las competencias cedidas a la Comisión de la UE, significa menos democracia, menos Europa, menos cooperación y menos cohesión social. El pasado llama a la puerta con las herramientas de la edad del hierro afiladas en la edad de piedra de los nacionalismos identitarios para cortar, entre otras cosas, las políticas comunes en materia de inmigración y libre circulación de las personas.

La otra novedad en este cierre de campaña son las teorías difícilmente refutables del economista  Thomas Piketty de "mutualizar" la deuda pública y crear un gobierno del euro sometido al control democrático del Parlamento Europeo. En el libro Símbolos y metáforas del poder (Univérsitas, 2010), dos profesores realizaron una aproximación comparativa entre la Europa imperial romana de la pax augusta --dinero, derecho, infraestructuras y lengua común, el latín-- y el proceso de unidad actual, en el que Piketty y su equipo demuestran la concentración del poder económico mundial en menos manos que hace 20 siglos, como explica en este periódico Miguel Ángel Criado.