ENTREVISTA / Al secretario general de UGT Catalunya

Camil Ros: «La izquierda española tendría que haberse opuesto más al PP»

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El secretario general de UGT Catalunya, Camil Ros. / UGT Catalunya

BARCELONA.- En la Rambla del Raval, en el centro de Barcelona, se encuentra la sede de UGT Catalunya. Allí recibe a cuartopoder.es su secretario general, Camil Ros (Vallromanes, Barcelona, 1972). Ros lidera este sindicato, segundo en número de afiliación en Cataluña con más de 150.000 integrantes y en torno al 40 por ciento de los delegados en empresas tras CCOO. Ostenta este cargo desde el año 2016, cuando sustituyó a Josep Maria Álvarez, actual secretario general de UGT confederal. El líder sindical habla sobre la actual situación política catalana, a poco más de tres semanas del 1-O, fecha señalada por el Govern de Carles Puigdemont para la celebración de un referéndum de autodeterminación. Todo es impredecible, si el Govern dice estar seguro de llevar sus planes independentistas hasta el final, el Gobierno de Mariano Rajoy asegura todo lo contrario.

La tensión política es palpable. Hoy está previsto que se apruebe en el Parlament la Ley del Referéndum. La respuesta del Tribunal Constitucional, previsiblemente, no tardará en llegar. Pero, temerariamente, quizás, el Estado tomó ayer la delantera en esta disputa. El Tribunal de Cuentas citó para el próximo 25 de septiembre, tan solo siete días antes del 1-O, al expresident, Artur Mas, a la exvicepresidenta, Joana Ortega, a la exconsellera de Educación, Irene Rigau, al exconseller de Presidencia, Francesc Homs, y a media docena más de ex altos cargos del Govern para que paguen conjuntamente una fianza de 5,12 millones de euros destinados a la consulta del 9-N. Puigdemont respondió rápidamente: “Si los tocan a ellos, nos tocan a todos”.

— Se acerca el 1-O. ¿Cuál es su pronóstico?

— No soy adivino. Lo que sí estamos intentando alguna gente es introducir elementos de serenidad y reflexión en este proceso. En Cataluña, el Estado español y Europa vivimos desde el 2017 una crisis institucional, política, social y económica sin precedentes recientes. Hay que aprovechar esta crisis total, que en Cataluña se manifiesta con este choque, para desarrollar nuevos modelos. Este es el marco, y la reflexión sobre qué modelo de sociedad queremos para el futuro, sea dentro del Estado o fuera, es la que tenemos que hacer las organizaciones sociales. Son importantes los marcos jurídicos, pero hay que hablar de lo otro[el modelo social] . Yo pongo el ejemplo de dos estados de creación relativamente reciente: Finlandia, con una cohesión social potente; e Irlanda, que hoy se ha convertido en un paraíso fiscal para las multinacionales. Más allá del conflicto de cuál es la estructura política de Cataluña, España y su relación, se hace imprescindible el debate social.

— ¿Cree que habrá referéndum el 1-O?

— Seguramente el mayor agente de movilización para ir a votar sea el PP, no será ni la Generalitat ni los partidos. Cada vez que el PP hablaba, crecía el número de independentistas y ahora votantes para el referéndum. De eso no son conscientes en el PP y en el resto del Estado y tiene que ver con su propia dinámica electoral. Al contrario que otros partidos, que cuando tienen mayorías estatales es porque en Cataluña tienen un buen resultado, el PP siempre ha sido un partido minoritario en Cataluña aunque haya obtenido mayorías en el resto.

— El PP asegura que va a parar el referéndum. ¿Qué límites considera que no pueden sobrepasar en este empeño para que la UGT no se sitúe enfrente?

— Como sindicato con 129 años de historia, la UGT se fundó entre Mataró y Barcelona, tenemos un bagaje en libertad y democracia que hay que mantener. Igual que no veo que el conflicto de El Prat se solucione con un laudo, no creo que la solución sea la del PP. Vienen tarde y mal. En la dirección de UGT hemos analizado esta situación y nuestra posición es que votar el 1-O es un derecho individual de cada persona y tenemos una enorme pluralidad interna en este sentido. No vamos a poner palos en las ruedas ni en un sentido ni en otro. Esto tiene que aflorar y, como todos los conflictos a los que estamos muy acostumbrados, luego tendrá su proceso de negociación.

— ¿Qué le piden a UGT a nivel estatal en este debate sobre Cataluña? ¿Puede hacer algo más para ayudar a una solución? En función de lo que haga el PP, nosotros seremos proporcionales en nuestra respuesta. Ahora, vaticinar si van a aplicar el artículo 155 es un debate que ya veremos cuando pase. Ahora sabemos que se va a aprobar en el Parlament y, frente a eso, nosotros no ponemos palos en las ruedas y que la gente libremente decida qué hacer. Nuestro objetivo es la defensa de los trabajadores, del modelo social y democrático, a partir de aquí respetamos todas las posiciones. Nos han cambiado el debate, antes era si votabas 'sí' o 'no', ahora el debate es si vas a votar o no. Nosotros defenderemos la democracia, y esto también es respeto, cuando hay unas elecciones municipales y alguien no va a votar no se le acusa de nada, y aquí lo mismo. Hemos conseguido, UGT y CCOO, una cohesión social muy importante y no la vamos a destruir por el referéndum.

El hecho de ser un Estado independiente no es garantía de vivir mejor

— Creo que UGT y CCOO han sido de las pocas organizaciones a nivel estatal que en todo momento han tenido una clara posición de puente. También es verdad que la UGT confederal está liderada por quien está liderada, pero antes también fue siempre muy respetuosa con lo que decidíamos en Cataluña. A mí me cuesta entender aún que en Madrid gente de izquierdas no haya alzado más la voz y no haya aprovechado la oportunidad histórica del conflicto entre Cataluña y España para pelear objetivos federales, sociales y diría también republicanos, aunque esto último sería otro debate. Si la clase trabajadora y los movimientos sociales no utilizamos estas crisis, los que nos marcarán el modelo serán otros. Estas crisis sirven para cambiar de modelo, para cambiar el modelo del sur de Europa. La izquierda política, social y sindical española tendría que haberse opuesto más frente al discurso del PP sobre Cataluña.

— ¿Cree que parte de la izquierda española sigue teniendo un punto de vista muy centralista?

— No es una crítica ni echar las culpas, pero ciertos puntos de valentía para romper este modelo podrían haber venido bien. Ahora se ven avances, tanto por Podemos como el PSOE. El discurso del PSOE ya no es el mismo, pero vamos un poco tarde. ¿Dónde está el mundo de la cultura madrileña comprometida y de izquierdas? Simplificando todo, podrían haberse puesto la pegatina de Cataluña igual que hicieron con el "No a la guerra".

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El secretario general de UGT Catalunya, Camil Ros. / UGT

— UGT participaba en el Pacte Nacional pel Referèndum, el PP no aceptó su propuesta de un referéndum acordado y pactado con el Estado. El actual referéndum unilateral, el 1-O, no tiene tanto apoyo como el Pacte. ¿No le suena a cierta obediencia a lo que diga el PP?

— El Pacte Nacional era una buena oportunidad, estaba representada una amplia mayoría de la sociedad catalana. Era un penúltimo intento, nunca se puede decir el último, de intentar tender un puente, pero al PP por un oído le entraba y por el otro le salía. Ahora estamos en esto, el Govern ha decidido tirar adelante por la vía directa. El marco perfecto era el Pacte y sumar a más gente todavía. Poder acordar el referéndum con toda la sociedad, el tiempo, la forma... No ha podido ser, nosotros no lo decidimos. Nosotros decidimos la agenda de la negociación colectiva y la confrontación con la patronal, la agenda política la decide la política. Ahora estamos administrando sus decisiones, que son erróneas, seguramente, por parte del Gobierno del Estado sobretodo.

— ¿Cómo valora que C's, PSC y PP salgan del Pleno cuando se apruebe la Ley del Referéndum?

— Es su decisión. Me puede, personalmente, parecer mejor o peor, pero forma parte de su debate y estrategia electoral y política. Cuando una persona no va a votar a unas elecciones no le acusamos de que no sea demócrata porque no vaya a votar. En algunos procesos históricos la gente no era consciente de que estaban viviéndolos hasta después, creo que estamos en un momento así.

— Desde sectores de la izquierda catalana se ve en la fundación de una hipotética República Catalana una oportunidad para conquistar derechos sociales. ¿Lo comparte?

— Ni sí ni no, me remito al ejemplo que he puesto antes de Irlanda y Finlandia. Lo que está demostrado es que por el hecho de ser estado independiente no es garantía de vivir mejor. El modelo social es lo que define este aspecto. El modelo social de la Constitución Española se reconoce, desde muchos ámbitos, que está agotado. Hemos visto con la crisis que los derechos no son vitalicios, pero las bases constituyentes definen mucho. En Francia, Alemania o Finlandia, que tienen un marco constitucional más social que el nuestro, han soportado mejor la crisis, también porque tienen industria y otro modelo productivo. Es importante definir un estado social y este debate no sólo es para Cataluña, las fuerzas de la izquierda española tienen que hacer este debate.

Para nosotros, las personas pertenecemos a colectivos culturales, sociales, políticos y ahí convivimos, con una visión internacionalista del mundo. Por ello, lo social y lo nacional va unido. Para nosotros no es importante si la bandera de la Plaza de Colón o de la Plaza de Cataluña es más grande o más pequeña, sino que haya más o menos derechos sociales o no. Y este debate lo está perdiendo la izquierda, el situarlo en Cataluña, en España y en Europa. ¿Dónde está la alternativa europea social a la troika y Merkel? Hay que garantizar un nuevo modelo. Hay un debate que en los sindicatos no se habría planteado hace unos años que ahora hay que plantear, el de la renta básica. Cualquier ciudadano tiene que tener unos mínimos cubiertos.

— ¿Qué exige la UGT en la polémica del papel de los trabajadores públicos que estén involucrados en la organización del referéndum?

La propuesta del PSOE llega tarde, pero todo lo que tienda puentes debe ser bienvenido

— Nosotros pedimos que, más allá de quién haga la fotocopia u otra gestión, son decisiones políticas y responsabilidades políticas. Vamos a defender a cualquier persona trabajadora pública. Hasta este momento, el Govern da las garantías verbales de que no se verán implicados legalmente, falta que las formalice. También vamos a enfrentarnos al Estado si toma represalias. Un ejemplo un poco raro: si se juzgan casos de corrupción en temas públicos no se juzga al trabajador que hace una fotocopia, se juzga al político. En este caso lo mismo, si hay decisiones políticas, que se juzgue a los políticos. Creo que es un debate intencionado. Nunca había visto tanta preocupación por los trabajadores públicos, cuando les han recortado, de un lado y de otro, los salarios y les han aumentado la jornada. Primero que les devuelvan todo lo que les han quitado y luego ya veremos este tema... Se les está utilizando y pedimos que se deje de utilizar a la gente que trabaja en la Función Pública como elemento de debate.

— ¿Este proceso está creando fractura social en Cataluña?

— Yo creo que de momento no existe esa fractura. Un ejemplo es la manifestación del atentado, aún pasando de todo allí, todo el mundo estaba presente en una misma manifestación. Yo no veo eso que decía Aznar de que antes se rompe Cataluña que España. No lo veo. Si hay una fractura en Cataluña no es por el hecho nacional, es entre ricos y pobres.

— ¿Cómo valora la propuesta del PSOE de una Comisión en el Congreso para tratar el tema catalán y el Estado autonómico?

— Llega tarde, pero todo lo que venga para tender puentes debe ser bienvenido. Todo lo que se pueda hacer es positivo. Si no hay choques y se abren puentes, mejor, porque todos los conflictos terminan con una negociación encima de la mesa. Cuanta más gente pida que se hable y se negocie, mejor.

— El secretario general de CCOO Catalunya, Javier Pacheco, en una entrevista con este medio, comentó que estaban trabajando conjuntamente en una demanda al Gobierno por vulneración del derecho de huelga de los trabajadores de Eulen del aeropuerto de El Prat. ¿Hay algo más avanzado?

— El tema de El Prat es un ejemplo de que la explotación laboral no sólo viene de las empresas, también del ámbito público. Si la solución del Gobierno del PP es laudo... El último laudo gordo fue con los controladores aéreos y fue después de muchos días de huelga, en este caso es un laudo preventivo y, además, en vez de esquiroles ponen a la Guardia Civil. ¡Para qué mandan a la Guardia Civil...!, que no hubieran privatizado el servicio. Los precedentes que hay jurídicos es que el laudo puede estar en fraude de ley. Ya se verá, tenemos una nueva convocatoria de huelga de los trabajadores de Eulen.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    Camil Ros, te honrra la entrvista; las personas sencillas agradecemos claridad de ideas, aunque pasó demasiado tiempo… En lo del Prat, se ve la mano poco democráta de un desgobierno fuera de todo lugar, y tiempo. Con abusos de poder totalitarios, que terminan pagando los mismos de siempre… ¡ Los poca ropa !. Salud trabajo y República !.

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