DIMISIÓN DE CIFUENTES / Los naranjas jugarán un papel crucial

La ‘cobra’ de Rivera a Sánchez, que intenta dejar en evidencia a Ciudadanos

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Tras la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, este miércoles Albert Rivera ya no quiere hablar con Pedro Sánchez. Ya “no hacía falta”, según han explicado fuentes ‘ciudadanas’, porque “el escenario ha cambiado”. La reacción del líder socialista al rechazo del dirigente de Ciudadanos no se ha hecho esperar. Anoche, ya colgó un vídeo en Twitter donde le invitaba a reflexionar: “O se está con la regeneración o se está con el Partido Popular”. Con Cifuentes fuera de juego, el PSOE apunta a Ciudadanos.

Todo esta operación por parte del PSOE ha sido pública. Ha anunciado por televisión que le había mandado un mensaje a Rivera para animarle a "poner fin a más de 20 años de corrupción del PP en Madrid". Tras la negativa de Ciudadanos, Sánchez ha colgado un vídeo en su Twitter donde se confesaba sorprendido de que Rivera “no haya tenido un minuto” para hablar de la crisis madrileña. El propósito era dejar en evidencia la indisposición de los naranjas para regenerar la política, una de sus banderas en las campañas electorales, y su intención de seguir sosteniendo al PP, aunque presente un nombre nuevo.

Los últimos días del ‘caso Cifuentes’ podrían haber figurado en el guion de la serie House of Cards. Un máster en cuestión, un vídeo de la ya expresidenta con unos productos en el bolso en un supermercado de Vallecas y un último capítulo en el que se denuncia un chantaje constituyen una buena trama. Sin embargo, esta es ya la tercera temporada del PP de Madrid, después de que Ignacio González y Esperanza Aguirre también hayan protagonizado escándalos. Algunos sospechan, además, que no será la última.

Una vez ha decaído la moción de censura y a la espera del próximo candidato a presidir el Ejecutivo madrileño, el PSOE ha redoblado la presión sobre Ciudadanos. Creen que ya no vale un “recambio” y que en Sol solo es posible una renovación con Ángel Gabilondo a la cabeza, algo que no parece posible sin el apoyo de Ciudadanos, que está satisfecho con haber trasladado las tácticas de la ‘Operación Murcia’ a Madrid. Los socialistas creen que el PP ha embarrado tanto las instituciones, que para limpiarlas solo es posible echar a este partido que adolece de una corrupción sistémica, un pensamiento que comparte con Podemos. Eso sí, algunos diputados socialistas no ocultaban este miércoles su bochorno por lo ocurrido en las filas populares.

Ciudadanos: el objetivo a batir

A pesar de que las elecciones se celebren en 2019, el caso Cifuentes ha servido para reflotar candidatos, como en el caso del ‘ciudadano’ Ignacio Aguado, o para alicatar a otros como a Gabilondo, que aspira a la Comunidad de Madrid en la investidura que se abrirá en los próximos días. Tanto para PSOE como para Podemos, el objetivo es ahora presionar a Ciudadanos, que crece en las encuestas, ha tenido un papel relevante en la crisis madrileña y es el heredero natural de los votos descontentos del PP.

Los socialistas creen que Podemos podría haber salido perjudicado tras la guerra fraticida que iniciaron (y cerraron) la semana pasada, cuando Carolina Bescansa filtró un borrador en el que planeaban derrocar al Iglesias. A su vez, en Podemos creen que pueden disputarle a los naranjas los votos de la regeneración y la nueva política ante un PP en descomposición. A un año de las elecciones, la batalla ya ha empezado.

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