El ascenso del BNG apuntala la crítica contra el centralismo

  • El pasado domingo, el BNG se convirtió en la segunda fuerza gallega tras el PP. Ahora, esperan que Madrid tome nota. "Se va a hablar más de Galicia"
  • En noviembre ya consiguieron un diputado en el Congreso, donde entraron también fuerzas regionalistas como Teruel Existe o PRC

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Tenían a la líder, la estrategia y un caldo de cultivo del "cambio" preparado. El pasado domingo, el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se convirtió en la fuerza de oposición en Galicia, pasando de los 6 escaños de 2016 a 19 en 2020. El contexto favorable, con la caída de Galicia en Común en su espectro político, les ha pillado con el trabajo hecho. En los últimos años se ha producido una renovación en los liderazgos y los discursos que ha permitido reconquistar el voto de la izquierda al soberanismo. Ahora, esperan que Madrid tome nota. "Se va a hablar más de Galicia", aseguran desde el BNG.

En las últimas elecciones generales de noviembre de 2019, el BNG consiguió meter al diputado Néstor Rego en el Congreso. Fue la punta de lanza de la recuperación de esta formación, que alcanzó el liderazgo de la oposición en las elecciones autonómicas del pasado domingo siendo segunda fuerza. Los soberanistas no solo lograron sobrepasar al PSOE de Gonzalo Caballero, sino que Galicia en Común, la marca de Podemos, se quedó fuera de la cámara autonómica. "En el caso gallego no hay dicotomía entre izquierda y soberanía. La mayoría de la izquierda es soberanista", analizan desde BNG para cuartopoder.

Estas elecciones autonómicas devuelven a Galicia a un sistema de tres grandes partidos: PP, BNG y PSOE. De hecho, su resultado se asemeja a los comicios de 1997, cuando Manuel Fraga alcanzó los 42 escaños, el BNG de Beirás 18 actas y el PSdG de Abel Caballero se conformó con 15. En 2012 se abrió un ciclo donde Alternativa Galega de Esquerda (AGE) entró como cuarta fuerza y en 2016 ese espacio lo habitó En Marea. En 2020, el voto que antes iba el BNG volvió a BNG.

Las tensiones territoriales arrojaron en 2019 un Congreso muy fragmentado, donde no solo estaban los catalanes, vascos y canarios, sino a los que se sumaban formaciones como Teruel Existe, el Partido Regionalista Cántabro o el regreso del BNG. Para los soberanistas gallegos esto fue un síntoma más de que "el centralismo se percibe como perjudicial" y que hay una izquierda española que "debería reflexionar" sobre los proyectos dirigidos desde Madrid.  Leen en su triunfo en las urnas un mensaje también estatal que comparten con otros soberanismos: España es plurinacional.

De hecho, desde el BNG reconocen que hubo un salto cualitativo mediático cuando Rego se coló en las crónicas parlamentarias escritas desde Madrid. Por tanto, esperan que la subida del BNG suponga meter cuestiones cruciales de la agenda gallega en la política estatal: "Creemos que va a ser positivo, se va a hablar más de Galicia en la dinámica política". El BNG no solo usa su escaño para negociar en un Hemiciclo en el que cada voto cuenta, sino también para darle visibilidad a la cuestión gallega. De hecho, una de las primeras declaraciones de Pontón tras analizar con su equipo los resultados este lunes fue recordar que tienen "un acuerdo de investidura que Sánchez tiene que cumplir", tal y como publica La Voz de Galicia.

Aunque el PSOE parezca estancado y Galicia en Común haya pasado a ser extraparlamentaria, sí hay un partido estatal que ha entendido a la perfección que la cuestión gallega importa: el ganador de las elecciones, el PP de Alberto Núñez Feijóo. Vox ni siquiera entró en la cámara: "Traen los argumentarios de Madrid que aquí no cuadran. Incluso para valorar los resultados tuvo que venir Ortega Smith", recuerda Miguel Anxo Bastos, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, a quien cuartopoder ha preguntado por los resultados electorales. La ultraderecha recentralizadora no dobla el brazo a un PP "muy peculiar, muy bien organizado y con una maquinaria electoral impresionante", que creó Manuel Fraga y que Feijóo ha sabido continuar.

El efecto Pontón y el resurgir del BNG

"El BNG nunca fue una fuerza independentista. Ni siquiera Pontón se manifestó así. Quieren agotar el estatuto", explica  Miguel Anxo Bastos.El veterano profesor ha visto el auge, la caída y la resurrección del BNG y pone el acento en la importancia del liderazgo de Pontón, "más institucional y menos rupturista" y, por tanto, capaz de aglutinar más voto. Uno de los primeros pasos de la líder ha sido ofrecer a Feijóo un "acuerdo de país" para la etapa de la reconstrucción.

Hace menos de una década, el BNG era un partido con serias dificultades. En 2012, el Bloque inició un largo camino en el desierto después de que se marchase su histórico líder Xose Manuel Beirás en 2012 para fundar Anova, que acabaría presentándose bajo la marca electoral Alternativa Galega de Esquerda (AGE), junto a otras fuerzas como Esquerda Unida. El experimento, donde también estaba la hoy ministra Yolanda Díaz y un joven Pablo Iglesias como asesor, fue un éxito. En 2016, se presentarían con En Marea, que se llevaría 14 escaños, dejando al BNG en seis actas.

En Marea fue un éxito electoral incluso a nivel municipal, pero no organizativo. Mientras, el BNG seguía cultivando su estructura en pueblos y su tejido cultural y social. "El BNG quedó como un partido muy sólido. Al marcharse los elementos díscolos quedó más compacto. Al principio sufrió, pero después tuvo premio. Ahora tiene una líder muy potente y atractiva para el electorado", explica el profesor.

En 2016 llegó Ana Pontón a la cabeza de la formación y ha afrontado 2020 con una sólida experiencia política frente a un Galicia En Común desgastado por las divisiones internas y un Gonzalo Caballero que obtuvo un resultado tibio. La fórmula ha funcionado: "Hemos conseguido que Ana Pontón sea la referencia del cambio", sentencian desde el BNG.

1 Comment
  1. mastropiera says

    Hay un poco de copia/pega con un análisis reciente anterior (disculpable por el serpenteo veraniego-pandémico), aunque como sugerencia quizá una entrevista a Ana Pontón (BNG) estaría muy bien. ヅ

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