ENTREVISTA

Roger Torrent: “Es imposible que ERC participe de cualquier acuerdo con el PSC”

  • Conversamos con el president del Parlament de Catalunya y número 3 de la lista de ERC por Barcelona

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Recta final de la campaña catalana, los partidos afrontan los últimos días de actos electorales inmersos en un mar de dudas. Por un lado, el Govern pone esmero en que se puedan constituir todas las mesas electorales el próximo domingo con normalidad ante los reparos que muchas personas llamadas a las mismas tienen ante el alto nivel actual de contagios de covid-19. Por otro, el fin del ciclo más enervado del procés augura un descenso de la participación. A esto se le suman el gran nivel de indecisos y, según muestran las encuestas, un triple empate por arriba. Según sondeos, JxCat va ganando terreno a ERC, que partía como favorita para estas elecciones. El PSC de Salvador Illa también está en un momento de gloria demoscópica. Las tres candidaturas rondan el 20%. De todo esto hablamos con Roger Torrent (Sarrià de Ter, Girona, 1979), president del Parlament de Catalunya y número 3 de la lista de ERC por Barcelona.

-Estas elecciones suponen una reválida para la estrategia de ERC: ensanchar la base, un independentismo posibilista con lenguaje social, diálogo con el Estado...

-Estas elecciones son mucho más que eso, decidimos qué modelo liderará la reconstrucción de Catalunya. Evidentemente, hay demandas urgentes de buena parte de la ciudadanía que está sufriendo la situación de crisis socioeconómica de la pandemia. Necesitamos un Govern que dé respuesta a estas inquietudes, esto quiere decir que recupere el país y lo reconstruya, es decir, no solo recuperar a los que más están sufriendo esta crisis, que es fundamental, sino también sentar las bases de un modelo de transformación y reconstrucción para el futuro inmediato. Hemos de estar preparados para afrontar la situación que nos vamos a encontrar postcovid.

Por otro lado, desde el punto de vista independentista, es necesario que haya una fuerza política que lidere la Generalitat y que sea capaz de tejer las grandes mayorías y los grandes consensos políticos que desde un punto de vista social hay en Catalunya, es decir, la mayoría en torno al concepto de autodeterminación y de amnistía.

"Hemos de estar preparados para afrontar la situación que nos vamos a encontrar postcovid"

.Necesitamos evidenciar estos consensos desde un punto de vista parlamentario y de gobierno. Por eso, planteamos un modelo de Gobierno de frente amplio que sea capaz de poner de acuerdo en torno a una agenda republicana a partidos tan distantes ideológicamente como JxCat y los comunes.

-Las encuestas señalan un triple empate entre JxCat, ERC y PSC. Hace unos meses ERC partía como favorita. ¿Nervios?

-Al contrario, ilusión. Frente a unas circunstancias muy complejas, especialmente para aquellas formaciones políticas que por responsabilidad nos ha tocado estar al frente de las instituciones en un momento duro como el actual. En cualquier caso, animados, los inputs que nos llegan de la campaña son buenos, hay una buena respuesta de la ciudadanía y todas las encuestas dicen que ERC es un partido que cuenta con una intención de voto muy elevado y que hay muchos ciudadanos de los que se están planteando ir a votar que prefieren a ERC.

Nuestro mensaje es que hay que ir a votar, pues nos jugamos mucho. Si lo que se quiere es una respuesta democrática y social a la crisis que vive el país, ERC es la fuerza capaz de aunar una salida a la crisis por la izquierda y al conflicto desde una perspectiva democrática. Por eso, la gente debe ir a votar, si no, después se va a arrepentir.

-¿Es justa la ley electoral para las elecciones catalanas? Lo pregunto porque prima la representación de algunas provincias y zonas menas pobladas.

-No tenemos ley electoral catalana, tenemos la LOREG aplicada en Catalunya. Durante 40 años, los dos grandes partidos que se han repartido el poder, convergentes y socialistas, han sido incapaces de aprobar una ley electoral en Catalunya. Buena parte de la política catalana ha girado en torno a estas dos formaciones.

No tenemos ley electoral propia y la LOREG dice lo que dice. Nosotros hemos planteado una ley diferente, un sistema de doble voto que sea capaz de aunar la representación territorial con la representación ideológica de una forma más evidente. En cualquier caso, son las reglas del juego que tenemos y con estas estamos dispuestos a ganar. Durante muchas legislaturas, esta ley ha servido para que ganaran o convergentes o socialistas. Estamos convencidos de que ahora servirá para que gane el independentismo.

-¿Se arrepienten de no haberla cambiado en estas dos legislaturas en las que han estado en el Govern?

"Deberíamos haber sido capaces de hacer una ley electoral propia"

-Es evidente que hay un déficit y que deberíamos haber sido capaces de hacer una ley electoral propia. Al final, una ley electoral emanada del Parlament de Catalunya será una ley que responda mejor a los propios intereses de la ciudadanía de Catalunya y a la propia realidad social del país. Por eso, nos parece que es imprescindible. Por eso, algunas de las cuestiones que hemos planteado desde un punto de vista logístico para estas elecciones que se dan en un contexto de pandemia se podrían haber ejecutado si hubiéramos tenido un respaldo legal. No lo tenemos, dependemos de la Junta Electoral Central y de esta LOREG que se tiene que aplicar en Catalunya porque no tenemos ley propia.

-Ha habido cierto revuelo en determinados medios de comunicación por la participación de Arnaldo Otegi en la campaña de ERC. ¿Qué aporta el líder de EH Bildu a la campaña catalana?

"Otegi representa la voluntad de resolución democrática de un conflicto político"

-Aporta un proyecto republicano y de izquierdas en Euskal Herria que tiene muchos elementos en común con lo que nosotros representamos en Catalunya. Al final, Otegi representa la voluntad de resolución democrática de un conflicto político, sintetiza todas estas ideas. Un elemento fundamental para explicar la política en Euskal Herria es el proceso de paz y de resolución democrática al conflicto en su país. A la vez, EH Bildu representa un frente de izquierdas, republicano y democrático que es el que queremos representar también en Catalunya y al que apelamos al conjunto de los demócratas progresistas españoles.

-Esto implica una estrategia conjunta con fuerzas soberanistas de otras regiones del Estado. ¿Qué opción plantean? ¿Hasta dónde pueden compartir el camino conjuntamente?

"La discusión es entre la pulsión demócrata o la pulsión nacionalista española"

-Cada uno tiene su realidad y unas circunstancias nacionales diferentes en Euskal Herria, Galiza o en Catalunya, pero al mismo tiempo compartimos valores, principios y, sobre todo, el método. El método es el referéndum, las urnas y la democracia para la resolución del conflicto. Venimos a decir que desde diferentes puntos de la geografía de la península, la discusión es entre la pulsión demócrata o la pulsión nacionalista española.

Nosotros apelamos al conjunto de los demócratas españoles, porque si hay una parte de la sociedad el Estado, en este caso Catalunya o Euskal Herria o Galiza, que sistemáticamente reivindica ser preguntada sobre su futuro, una democracia debe articular una respuesta acorde con el estado de derecho y la democracia que permita dar expresión a esa voluntad, al igual que hizo Canadá con el Quebec o Reino Unido con Escocia. Esta es la base que compartimos todos aquellos demócratas que confiamos en superar el Régimen del 78, que no da respuesta efectiva a las demandas sociales de nuestros ciudadanos.

-Según una encuesta del Ara, la población catalana está cansada de la fórmula de Gobierno compartida entre JxCat y ERC.

"Es normal que haya gente cansada de peleas estériles entre socios independentistas"

-Lo que hay es una distancia para con determinadas dinámicas de relación entre los socios independentistas. Eso no quiere decir que no haya una respuesta electoral y social a favor del independentismo muy clara, que estoy convencido que la habrá el 14 de febrero. Tampoco quiere decir que los actores políticos independentistas no vayamos a ser centrales en la configuración de mayorías en el Parlament en el próximo ciclo electoral. Al mismo tiempo, es verdad que es normal que haya gente cansada de peleas estériles entre socios independentistas.

Hay que cambiar estas dinámicas, nosotros proponemos abrir la nueva etapa política basándonos más en la cooperación y coordinación que en la competencia. La competencia nos lleva a intentar arañar un puñado de votos el uno del otro cuando debemos trabajar en una agenda política compartida. Hay mimbres para sentar las bases de esta agenda compartida, por lo que debemos aprovechar estas elecciones para exponer estos mimbres y estos elementos fundamentales de cara a construir esta comunión estratégica en la próxima etapa electoral y plantearnos otras bases relacionales entre nosotros.

-En esa encuesta, está por encima el tripartito de izquierdas. ¿Están rotos todos los puentes con el PSC para un Gobierno compartido?

"El PSC está en las antípodas ideológicas de lo que representa ERC"

-Es imposible que pactemos con el PSC. En primer lugar, quien fue decisivo para aplicar el 155 y la represión contra el movimiento independentista no puede contar con ninguna vocación de ERC de llegar a acuerdos. Además, el PSC está en las antípodas ideológicas de lo que representa ERC. Se proclaman como el Gobierno más progresista de la historia de España, pero, al mismo tiempo, mantienen la reforma laboral aprobada por el PP, la ley mordaza, no ayudan a los sectores afectados por la crisis, no ha llegado ni un euro de ayudas a estos segmentos de la población, permitan que la luz suba en medio de la pandemia y ola de frío... Los hechos que acreditan a este Gobierno nos permiten inferir que estamos en las antípodas ideológicas. Por lo tanto, por haber participado en la deriva autoritaria del Estado y porque desde un punto de vista de izquierdas estamos muy lejos, es imposible que ERC participe de cualquier acuerdo con el PSC.

-¿Esta disputa y campaña electoral puede afectar a la voluntad dialogante de ERC en el Estado con el PSOE y el Gobierno?

"Nuestra estrategia política pasa por forzar democráticamente al Estado a celebrar el referéndum"

-No, porque somos conscientes de que no dialogamos con nosotros mismos o con nuestros amigos, sino con una contraparte política, adversarios políticos. En cualquier proceso de negociación política se dan estas circunstancias. Al mismo tiempo, somos conscientes de la necesidad de una negociación política para tener una solución democrática al conflicto. Nuestro marco de resolución es un proceso de negociación política aportando al mismo lo que une hoy al 70-80% de la población catalana: la autodeterminación y la amnistía. Estos elementos los ponemos encima de la mesa porque son lo que nos pide la ciudadanía de Catalunya.

No se puede intentar negar la evidencia y mirar hacia otro lado, hablar constantemente de que hay que pasar página y olvidar lo que ha pasado en los últimos diez años como si esto fuera una cuestión de amnesia, como si la amnesia nos permitiera superar el conflicto político. El conflicto está ahí, hay unas mayorías evidentes a las que hay que dar una salida en un marco político y la negociación es imprescindible para ello. Esta es nuestra apuesta, sabemos que el Gobierno del Estado, por vocación, no va a plantear un referéndum de autodeterminación, en cualquier caso nuestra estrategia política pasa por forzar democráticamente al Estado a celebrar el referéndum.

-¿Qué valoración hace del trabajo de ERC en Madrid, facilitando la investidura del Gobierno de coalición y aprobando los presupuestos?

"Lo que hemos conseguido en esta legislatura en el Congreso es la creación de la mesa de negociación"

-Al final, nuestra actividad política en el Congreso y donde sea, también en el Parlament, responde a dos cuestiones, nos preguntamos dos cosas. La primera, si mejora las condiciones de vida de los catalanes y catalanas o no, si genera mayor bienestar o no. La segunda, si nos aproxima o no a la independencia de nuestro país, que la queremos para tener las herramientas de un estado para ayudar a nuestros conciudadanos. Si la respuesta es afirmativa, ERC actúa políticamente en consecuencia. Lo que hemos aplicado en Madrid, como en el conjunto de las instituciones, es procurar ayudar a los ciudadanos de Catalunya desde un punto de vista concreto y tangible, pero también aproximar el conflicto político a su resolución democrática.

De fondo, lo que hemos conseguido en esta legislatura en el Congreso de los Diputados es la creación de la mesa de negociación que implica dos cosas que no se habían conseguido hasta el momento. Primero, el reconocimiento de la existencia del conflicto, que es muy importante. Segundo, los interlocutores son el Gobierno español y el Govern catalán, nos parece un avance imprescindible que debemos explotar políticamente desde un punto de vista constructivo el próximo ciclo político que se abre después de las elecciones del 14 de febrero al Parlament de Catalunya.

-¿Qué balance hace de su papel como president del Parlament durante esta legislatura?

-Positivo, a pesar de las circunstancias. Hemos tenido que lidiar con la judicialización permanente del debate político. Veníamos de un mandato en el que se encarceló a Carme Forcadell por haber defendido que en el Parlament se pudiera hablar de todo. Esto ha seguido en esta legislatura, como president he tenido querellas, denuncias, persecución por parte de la Fiscalía solo por negarnos a censurar debates parlamentarios. Esto lo hemos vivido esta legislatura, como que los tribunales se hayan volcado en interferir en la dinámica política y parlamentaria de Catalunya. Lo hemos visto en las sucesivas investiduras que no se materializaron porque los tribunales, la represión del Estado, lo han impedido. A la vez, hemos visto cómo se ha acabado de forma abrupta con esta legislatura por la inhabilitación del president de la Generalitat por haber mantenido una pancarta.

A pesar de esto, hemos recuperado la institución, hemos recuperado esta cámara para ser útil y ponerla a disposición de los grupos parlamentarios y también hemos seguido con procesos de feminización e internacionalización de esta institución, algo que nos parece importante desde un punto de vista pedagógico y de cambio de cultura política en una dimensión progresista, algo que era obligatorio que lideráramos.

-¿Repetiría al frente del Parlament la próxima legislatura, si se dan los números?

"Estaré allí donde me pidan Oriol Junqueras y Pere Aragonès"

-No hago ninguna elucubración en este sentido. Dos días antes de ser president del Parlament ni me imaginaba que lo sería. He aprendido a no hacer previsiones, porque todo es muy volátil, además se tienen que dar las mayorías en el Parlament. En cualquier caso, sea o no president, estoy al servicio de mi organización política, ERC, soy un elemento más del hilo rojo que nos conecta a más de 90 años de historia, y estaré allí donde me pidan Oriol Junqueras y Pere Aragonès. Allá donde me pida ERC continuaré defendiendo los valores que hemos intentado impulsar desde la presidencia del Parlament, el feminismo, el antifascismo, el dique de contención de la ultraderecha y hacer del Parlament la sede de la palabra y los debates libres de Catalunya.

-En su discurso de apelación a la presidencia del Parlament habló de "recoser la sociedad catalana". ¿Cómo ve en 2021 las heridas y rupturas de los momentos más calientes del 2017?

-Hablaba de recoser y mi predecesora, Forcadell, habla siempre de empatía política. Una empatía que no tienen con ella que está sufriendo cárcel y la represión de una idea política legítima, pacífica y cívica como es el independentismo. Para mí es fundamental que seamos capaces de ponernos en la piel del otro, mirarnos a los ojos y hacer un debate constructivo. Ha habido grupos parlamentarios que han pretendido durante esta legislatura crispar el debate parlamentario porque les parecía que tensionándolo demostraban que la sociedad catalana está crispada. No es verdad, la sociedad catalana está politizada porque entiende que nos jugamos el futuro del país, pero hay un debate sereno, responsable y de futuro.

Eso es algo que tiene todo el sentido del mundo, lo tenía antes de la pandemia y más ahora. La ciudadanía de Catalunya está inquieta y preocupada por sus familias, trabajos, las escuelas de sus hijos y por si en los hospitales tendrán suficientes recursos para atenderles. En esto nos centramos. Si somos independentistas, no es por una cuestión de banderas o simbólica, no tiene que ver con el pasaporte o el DNI de uno, sino con las oportunidades, escuelas y hospitales de las nuevas generaciones. En eso estamos centrados, en ser capaces de ofrecer una alternativa positiva a la ciudadanía de este país. Desde nuestro punto de vista, la alternativa pasa por la construcción de una república que supere el Régimen del 78, que sea capaz desde la radicalidad democrática de transformar paradigmas, cambiar el presente y buscar un futuro mejor. Esto es lo que queremos para el conjunto de ciudadanos de Catalunya y del mundo, pues somos de izquierdas y demócratas.

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