El ADN de los parados envejece antes

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Los telómeros, teñidos de blanco, protegen la integridad de la información genética contenida en los cromosomas. NIH.gov
Los telómeros, teñidos de blanco, protegen la integridad de la información genética contenida en los cromosomas. NIH.gov

El impacto de quedarse sin trabajo llega hasta lo más íntimo del ser humano: su ADN. Un estudio pionero muestra como los parados de larga duración sufren un deterioro de su material genético que conlleva un envejecimiento celular mayor que en aquellos que conservan su trabajo. Varias enfermedades están relacionadas con este freno a la regeneración de las células. Los investigadores aún no saben si este acortamiento de la vida es permanente o remite al volver a trabajar.

Investigadores británicos y finlandeses de la Universidad de Oulu han seguido el rastro a más de 5.000 personas de ese país nórdico, todas nacidas el mismo año, 1966. Cuando tenían 31 años, les tomaron muestras de ADN. Eso fue en 1997, pero no ha sido hasta ahora cuando, gracias a los avances en análisis genético, han podido ver algo que entonces no vieron. Con las nuevas técnicas, los científicos han estudiado los cromosomas de los leucocitos de su sangre y, en particular, la longitud de sus telómeros. Colocados en los extremos de los cromosomas, son porciones del ADN que, aunque descubiertos en los años 30, la ciencia aún investiga sus funciones. Al menos ejercen dos roles esenciales. Por un lado, sirven como fronteras que impiden que los cromosomas se fundan entre sí, dándoles estabilidad estructural. También serían los que determinan el número de divisiones que puede tener una célula hasta que muere.

"Los telómeros se acortan cada vez que una célula se divide, por lo que la longitud media de los telómeros de las células de la sangre se reduce a medida que envejecemos", explica la doctora del Imperial College London y coautora del estudio, Jessica Buxton. "Sin embargo, los telómeros se acortan en algunas personas a un ritmo más rápido que en otras, debido a factores genéticos y otros como el tabaquismo, el aumento de índice de masa corporal o la disminución de los niveles de actividad física. Estudios anteriores también han demostrado una relación entre el acortamiento de los telómeros y otras experiencias estresantes de la vida, como los cuidados a largo plazo de un familiar enfermo o una infancia difícil", añade.

Pues a esos factores que reducen la extensión de los telómeros hay que añadir el paro. Su trabajo, publicado en PLoS One, muestra que los parados que llevaban más tiempo sin trabajo tenían los telómeros de los cromosomas de sus glóbulos blancos más cortos. A pesar de la alta variabilidad en su longitud, "podemos decir que estar sin trabajo durante más de dos años dobla las posibilidades de aparecer en el grupo de menor longitud de los telómeros", dice Buxton.

Los investigadores encuestaron a los participantes del estudio para conocer su situación laboral desde 1995. También les realizaron una serie de análisis clínicos para establecer su estado de salud general. Para descartar otras posibilidades, controlaron un amplio abanico de factores. Por un lado, biológicos, como la edad del padre cuando nacieron y su peso al nacer. Por otro, sociales, como los años de escuela, su profesión, su estado civil o si tenían hijos. También tuvieron en cuenta sus hábitos de salud, su índice de masa corporal, si fumaban o bebían.  Con todo controlado, los que estuvieron parados 500 días o más presentaban el doble de posibilidades de sufrir el acortamiento de los telómeros de sus células sanguíneas.

La extensión de los telómeros de los leucocitos es considerada como un marcador del envejecimiento biológico. Cuando esta longitud se reduce hasta un punto determinado, que varía de una persona a otra, la regeneración celular se detiene, se activa la fecha de la muerte de la célula. Este acortamiento ha sido relacionado con la aparición de enfermedades como la diabetes y otras propias del envejecimiento como las coronarias. Últimamente también se ha vinculado los telómeros con las afecciones neurodegenerativas y el cáncer.

La explicación podría estar en que el paro de larga duración puede ser muy estresante para el organismo. "Aún no sabemos como el estrés puede acortar los telómeros, pero podría deberse al aumento de los niveles de cortisol o al estrés oxidativo en las células", sugiere la doctora británica que recuerda que este campo que relaciona telómeros, envejecimiento celular y estrés es muy nuevo y necesita de más estudios.

Esos nuevos estudios podrían despejar un interrogante que plantea esta investigación. Las mujeres no parecen sufrir ese acortamiento de los telómeros. Pero, como advierten las investigadoras, esto podría deberse a que, al menos en su muestra, el porcentaje de mujeres que estuvieron en el paro durante varios años era muy reducido. En el estudio también apuntan otra posibilidad que vuelve a señalar al estrés. Aún en una cultura tan igualitaria como la finlandesa, "la tradicional visión del hombre como el que gana el dinero mientras la mujer lleva la casa puede implicar que el desempleo sea más dañino para el hombre que para la mujer", escriben.

"Necesitamos investigaciones a largo plazo para observar el acortamiento de los telómeros con el paso del tiempo, para ver si el efecto es permanente o se ralentiza cuando las gente vuelve a tener empleo", apunta Buxton. "También sería muy interesante estudiar otras poblaciones, para ver si los diferentes niveles de apoyo económico a los parados afecta a los resultados. Podríamos entonces empezar a comprender las posibles explicaciones a nuestros resultados, si todo se debe a las preocupaciones financieras o hay otros factores implicados. Mientras tanto, todos los esfuerzos deberían de dirigirse a que la gente conservara su trabajo", añade.

3 Comments
  1. victor09 says

    Muy bueno!

  2. Omar says

    Bien excelente!!!

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