La oposición, contra las amenazas a Irán: “Los cañones no traerán la democracia”

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Cartel difundido por el opositor Movimiento Verde contra las amenazas de ataque a Irán.

Cerca de trescientos intelectuales iraníes han salido al paso de las recientes amenazas de atacar a la República Islámica advirtiendo que una hipotética agresión militar contra Irán solamente fortalecería al régimen y debilitaría a la oposición. Estos intelectuales rechazan la nueva escalada bélica en dos manifiestos difundidos ampliamente por internet, tanto dentro como fuera del país, y cuentan con destacadas firmas, sobre todo del exilio, como Ali Keshtgar, Akbar Ganji, Hassan Shariatmadari o Mehran Barati.

Se considera que ambos manifiestos reflejan, en esta materia, la postura del conjunto de la  oposición, ya que muchos de ellos están vinculados a las distintas tendencias opositoras. Según explica Hamid Hosseini, de la Asociación pro Derechos Humanos en Irán, ambos manifiestos llegan a la conclusión de que, si se llevara realmente a cabo una intervención extranjera, la población cerraría filas en torno al Gobierno y esto le permitiría intensificar las campañas represivas contra quienes están luchando precisamente para acabar con la dictadura teocrática.

La diferencia entre los dos documentos, según Hamid, estriba en que mientras uno de ellos descarta cualquier intervención y bajo cualquier circunstancia, en el otro se aceptaría una actuación bajo el paraguas de la ONU en el caso, por ejemplo, de que, debido a la reacción gubernamental, se produjera una catástrofe humanitaria.

Como se sabe, el periódico The Guardian publicó recientemente una información revelando un supuesto plan elaborado por la Marina británica para bombardear las plantas nucleares de Irán donde, supuestamente, se estarían elaborando los materiales necesarios para fabricar un arma nuclear. De acuerdo con esta información, estos planes supondrían el despliegue de submarinos equipados con misiles crucero del tipo Tomahawk.

Por su parte, la prensa israelí también ha informado que sus fuerzas armadas estarían preparadas para un ataque contra Irán, al margen de la posición que pudiera tomar Estados Unidos, cuyos portavoces, por cierto, tampoco descartan ninguna opción en este asunto.  Esta polémica ha aumentado considerablemente tras la publicación de un informe de la Agencia Internacional de Energía Nuclear, según el cual, en estos momentos la República Islámica ya habría alcanzado, desde el punto de vista técnico, el nivel suficiente para fabricar su propia bomba atómica.

El primero de estos documentos, rubricado por 120 firmas, califica la actual campaña de amenazas como “inquietante, peligrosa e imprudente” y defiende la apuesta por una “transición democrática”. Después propone, como la mejor forma de combatir a la República Islámica, denunciar la violación de los derechos humanos, al mismo tiempo que, “por el bien de nuestro país”, exigen a Ahmadineyad que colabore con la Agencia Internacional de Energía Nuclear para “aclarar cualquier duda en torno al programa nuclear iraní y evitar, así, la guerra”. “Creemos –dicen- que ni los cañones ni los misiles teledirigidos traerán la democracia. La democracia y la ayuda humanitaria no pueden caer lanzando bombas sobre la población civil, como tampoco pueden disparar democracia y ayuda humanitaria los aviones no pilotados que se guían desde lugares lejanos”.

En el otro manifiesto, respaldado por 150 personalidades, se responsabiliza a Ahmadineyad de haber provocado esta situación “con sus demostraciones de fuerza” ante la comunidad internacional sin tener en cuenta al pueblo iraní, que sería “la principal víctima” de un ataque.  Por esta razón, solicitan al gobierno de Teherán que paralice el actual programa de enriquecimiento de uranio, igual que ya lo exigió abiertamente hace cinco años la Oficina para la Consolidación de la Unidad, la principal y más influyente de las organizaciones universitaria iraníes.

Sobre esta materia, ya se posicionó el pasado mes de octubre, nada más estallar esta polémica, el Comité de Coordinación del Movimiento Verde, el principal grupo opositor, que apoya a los dirigentes reformistas bajo prisión domiciliaria Musavi y Karrubi. Tal y como declaró este comité cuando surgió esta polémica, cualquier amenaza a la soberanía del país haría que los iraníes, dejando a un lado sus diferencias políticas e ideológicas, se levantaran en defensa de su patria. “Con toda seguridad, los iraníes, sea cual sea su ideología o creencia saldrán en defensa de la soberanía y de los intereses nacionales”. A renglón seguido, aclaran, sin embargo, que “no debe confundirse la defensa de Irán con la defensa de los dirigentes políticos que han jugado un papel destacado en la gestación de la actual crisis”.

“Aunque haya algunos sectores entre los monárquicos o los muyahidines que aceptarían un ataque –explica por su parte Hamid Hosseini-, el noventa por ciento de la oposición está en contra de una agresión militar”. “En realidad, es el propio Ahmadineyad quien está deseando ese ataque. Si realmente quieren derribarlo, debieran apoyar a la oposición en todos los sentidos, tanto política como económicamente, pero, sobre todo, denunciando la violación de los derechos humanos, porque solo el pueblo iraní pude derribar al régimen”, concluye Hamid.

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