Obama triunfa de nuevo

NUEVA YORK.– Barack Hussein Obama volvió a hacer historia. Si hace cuatro años se convirtió en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos, ahora logra mantener su puesto a pesar del alto índice de desempleo. Ningún presidente desde Franklin Roosevelt había conseguido la reelección con una tasa de paro por encima del 7% (en la actualidad se sitúa en el 7,9%).

Los votantes estadounidenses le conceden cuatro años más, a pesar de la lenta recuperación económica y de que el gran cambio prometido en 2008 no se convirtió en realidad para muchos.

"Nuestra economía se recupera", dijo Obama ante sus seguidores congregados en Chicago en la madrugada del miércoles. "Una década de guerra ha terminado, y si me gane su voto o no, le he escuchado, y he aprendido de usted. Y me han hecho un mejor presidente".

El candidato del cambio y la esperanza de 2008 tuvo en esta ocasión que pedir paciencia, argumentando haber evitado una depresión económica forjada durante el mandato del republicano George W. Bush. Su contrincante, Mitt Romney, multimillonario proveniente de la industria financiera, no logró imponer su mensaje de drástica reducción de impuestos, fuertes recortes en servicios sociales y mayor liberalización de los mercados.

Obama venció en los estados del Noreste del país, en la Costa Oeste y en el conocido como Medio Oeste (excepto en el estado de Indiana). También se hizo con Colorado y Nuevo México. Florida también podría caer en sus manos, convirtiendo su victoria en mucho más holgada de lo previsto.

En Boston, sede de la campaña de Romney, el contraste era contundente. Caras largas que no lograban entender lo sucedido.

El candidato republicano se limitó a pronunciar unas palabras de agradecimiento a sus seguidores, además de felicitar públicamente a Obama por su victoria.

Con el eslogan de "Hacia adelante" -Forward- Obama podrá ahora ver los frutos de su ambiciosa e histórica reforma del sistema sanitario que su contrincante pretendía revocar. También logra conservar su capital político, a pesar de que tendrá que gobernar, como durante los últimos dos años, con una Cámara de Representantes de mayoría republicana. El Senado, eso sí, se mantiene en manos demócratas.

La permanencia de Obama en la Casa Blanca asegura la construcción de un país de corte más progresista, reflejado en los resultados a nivel nacional. Es probable que durante los próximos cuatro años tenga que cubrir más de una vacante en el Tribunal Supremo del país, organismo que ha marcado drásticamente en el pasado el rumbo social de Estados Unidos. También se espera que mantenga y fortalezca el entramado social de pensiones y salud que los republicanos pretendían cambiar radicalmente.

En el plano internacional, prolongará una imagen más amable de la primera potencia mundial, a pesar de que los intereses de Estados Unidos siguen defendiéndose de manera contundente.

El margen de maniobra, sin embargo, no será tan amplio como el que disfrutó durante los dos primeros años de su primer mandato, cuando contó con mayoría absoluta en el Cámara de Representantes y en el Senado.

Obama comienza ahora a preparar su legado. Ya nadie podrá tildarle de presidente accidental llegado en un momento de debacle económica. Su lugar en la historia lo logró en 2008. Con esta victoria logra solidificarlo.

"Lo mejor", dice, "aún está por venir".