Una estatua desata un conflicto diplomático entre México y Azerbaiyán

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Daniel D. Carpintero *

Una de las protestas realizadas ante la estatua de Heydar Aliyev, en Paseo de la Reforma-Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México. / Daniel D. Carpintero

MÉXICO DF.– En el Paseo de la Reforma-Bosque de Chapultepec de la Ciudad de México se alza la estatua del dictador azerbaiyano Heydar Aliyev. Para hacerse una idea de la gravedad del asunto habría que imaginar un monumento a cualquier gobernante megalómano de alguna república ex soviética —Turkmenistán, por ejemplo— en la Gran Vía o en el Paseo del Prado de Madrid. La estatua fue inaugurada el 22 de agosto por el ex alcalde del Distrito Federal, Marcelo Ebrard (que esta semana ha cedido el poder a Miguel Ángel Mancera para internarse en un laberinto que podría llevarle a la presidencia del PRD y a ser el candidato de la izquierda en las elecciones de 2018), junto a otro monumento en la Plaza Tlaxcoaque que recuerda la matanza de azerbaiyanos que llevaron a cabo los armenios entre el 25 y el 26 de febrero de 1992, en la que murieron 631 personas y que en Azerbaiyán llaman el genocidio de Jodyali. Las dos obras costaron 110 millones de pesos y fueron pagadas por el Estado de Azerbaiyán.

Se trata de la mayor inversión extranjera en un espacio público de la capital en los últimos dieciséis años, dijo Ebrard durante la inauguración. El ex alcalde agregó: «Es un lugar que está dedicado a la paz, a la democracia y a los derechos de las personas».

La estatua del dictador, de gran tamaño, hecha de bronce y de mármol blanco, está situada en el Parque de la Amistad Ciudad de México-Azerbaiyán —igualmente pagado por el Estado azerbaiyano—, entre los monumentos a Gandhi y a Winston Churchill. En la placa se describe con caracteres de oro a Aliyev como «un gran político y estadista, fundador de la moderna república de Azerbaiyán».

Los primeros días la mole broncínea llamó poco la atención de los transeúntes. La gente se preguntaba quién era ese individuo y por qué estaba allí, entre Gandhi y Churchill, cerca de las más de setenta estatuas de personajes históricos mexicanos que flanquean el Paseo de Reforma. Pero nadie se tomó la molestia de averiguar quién era aquel sujeto. Hasta que el urbanista Andrés Lajous decidió investigar a Aliyev y encontró el obituario publicado en 2003 en el diario The New York Times. «Antiguo general de la policía secreta rusa», dice el periódico estadounidense, «durante treinta años gobernó Azerbaiyán con puño de hierro, primero como su líder comunista [tras el golpe de Estado de 1993 contra el presidente elegido en las urnas Abulfaz Elchibey], luego como gobernante electo». The New York Times añade que el mandato de Aliyev estuvo marcado por la corrupción, los fraudes electorales, la censura contra la prensa y «el extravagante culto a la personalidad» del dirigente. Actualmente el país está gobernado por Ilham Aliyev, el hijo del dictador, y existe una larga lista de violaciones a los derechos humanos por parte de su régimen que recoge Human Rights Watch.

La primera manifestación para pedir que se retire la estatua tuvo lugar en septiembre. Desde entonces ha habido varias. En la última, del 29 de noviembre, activistas de la asociación Artículo 19 cubrieron la cabeza del dictador con una manta negra para pedir que se libere a los periodistas encarcelados en Azerbaiyán. Ante la presión ciudadana el ex alcalde Ebrard se vio obligado a constituir una Comisión de Análisis para decidir qué hacer con el monumento, y la Comisión ha decidido que el monumento debe retirarse. «Los comisionados recomendamos que el Parque de la Amistad México-Azerbaiyán conserve ese nombre; pero, atendiendo a las expresiones mayoritarias de la ciudadanía, vecinos y opinión pública, que se proceda al retiro del conjunto escultórico de Heydar Aliyev de un lugar tan emblemático como el Paseo de Reforma», dijo el portavoz. La Comisión también recomienda que en la Plaza Tlaxcoaque se sustituya «genocidio» por «masacre».

El embajador de Azerbaiyán en México, Ilgar Mukhtarov, considera un insulto al fundador de su patria la retirada de la estatua y anunció que su país cerrará la embajada y suspenderá una inversión de 4000 millones de pesos en México si esa circunstancia llega a producirse. La colocación del monumento forma parte de una campaña de Azerbaiyán para limpiar el nombre del dictador, y se han alzado estatuas de Aliyev en otros países, como Polonia, Turquía, Kazajistán y Rusia. Mientras tanto la canciller de México, Patricia Espinosa Cantellano, lamenta que ni Azerbaiyán ni el gobierno del Distrito Federal hayan comunicado a la cancillería la decisión de levantar el monumento. «Hubiéramos podido evitar esta situación incómoda», agrega.

2 Comments
  1. Raul says

    Resulta increíble que en la era del byte e internet haya autoridades locales que no se enteren de quien es quien en este mundo por muy lejos que estén los países y las ciudades.

  2. paola says

    linda

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