Tres heridos de bala durante la toma de posesión del nuevo gobierno italiano

Lucia Magi *

(Actualización del 29/04/13 con los últimos datos sobre el tiroteo)

ROMA.– Tres personas han resultado heridas este domingo, dos carabinieri y una transeúnte, por los disparos realizados frente al Palazzo Chigi de Roma, sede de la presidencia de la República, y a menos de un kilómetro de distancia del Palacio del Quirinal, donde en esos momentos prestaba juramento el nuevo Gobierno del primer ministro, Enrico Letta. El hombre ha sido identificado como Luigi Preiti, calabrés de 46 años de edad, quien logró efectuar hasta cinco disparos que provocaron una herida en el cuello al general de brigadas Giuseppe Giangrande, de 50 años, y una herida en la pierna al agente Francesco negri, de 30 años. Una mujer embarazada, que transitaba por el lugar, también resultó alcanzada. Ninguna de sus vidas corre peligro. El incidente tuvo lugar en torno a las 11.30 horas, cuando el presunto agresor, vestido con traje y corbata, abrió fuego en mitad de la plaza, causando el pánico inmediato entre los transeúntes antes de ser reducido por los agentes.

Según el fiscal encargado del caso, Pierfilippo Laviani, el presunto autor de los disparos estaba indignado con los políticos y quería disparar contra ellos, "pero como no pudo acceder a donde se encontraban, disparó contra la policía". Añadió que se trata de un hombre divorciado y sin empleo que "estaba desesperado, pero no parece desequilibrado". El nuevo ministro del Interior, Angelino Alfano, añadió que Preiti  intentó suicidarse tras disparar a los carabinieri, pero su arma, -una Beretta calibre 7.65-,se había quedado sin balas.

El suceso se produjo en el momento en el que Italia daba paso a un nuevo Gobierno. Al cabo de dos meses de bloqueo, generado por un voto incierto y sin ganadores, arrancaba en pleno la legislatura número 17 de la República. Enrico Letta, vicesecretario del Partido Democrático, de centro izquierda y mayoritario en el Parlamento, se reunió el sábado con el Jefe de Estado, Giorgio Napolitano. Le comunicó que cuenta con apoyo suficiente en las Cámaras para gobernar y aceptó el cargo que el Presidente le otorgó el miércoles. Letta se presentó con una lista de 21 ministros, lijada y elaborada en los encuentros que mantuvo en los últimos días con las tres fuerzas que prometieron avalar el proyecto de un Ejecutivo de amplio consenso, que en Roma se define “gobernísimo”.

El gabinete cuenta con miembros del PD, el Pueblo de la Libertad de Silvio Berlusconi y la centrista Elección Cívica liderada por Mario Monti, exprimer ministro tecnócrata. Partidos opuestos, adversarios durante la contienda electoral de finales de febrero, fuerzas ahora obligadas a pactar, tras semanas de intentos frustrados por parte del PD –vencedor cojo en las urnas, con mayoría en el Congreso, pero no en el Senado– de formar un Gabinete de centro izquierda que contara con el apoyo externo del antisistema Movimiento 5 Estrellas o de la derecha. “El único Gobierno posible” –así lo definió Napolitano– se alcanzó mezclando las cartas, urdiendo alianzas improbables entre históricos contrincantes y dejando anonadada a buena parte del electorado. El ensayo general de este heterogéneo acuerdo se dio durante las elecciones del jefe de Estado: PD, PdL y montianos consiguieron reelegir a Napolitano. El primer gesto del presidente de la República fue otorgar el mandato de formar el Ejecutivo a una personalidad que reflejara esta extraña mayoría parlamentaria: Enrico Letta, de 46 años, exeuroparlamentario, tres veces ministro y subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros durante el mandato de Romano Prodi (2006-2008). Letta fue, sobre todo, un óptimo soldado de retaguardia. Siempre supo tejer buenas relaciones con los demás partidos. Además es sobrino de Gianni Letta, fiel consejero en la sombra de Silvio Berlusconi, cerebro de muchas iniciativas del veterano líder.

Alfano, mano derecha de Berlusconi

El equipo que guiará el país incluye a varios ministros berlusconianos y del PD, además de muchos técnicos. Los equilibrios de poder están repartidos para complacer a todos: Angelino Alfano, de 43 años, delfín del Cavaliere, el abogado siciliano que el exprimer ministro eligió como su titular de Justicia y después como secretario de su criatura política, se lleva el cargo más pesado: será viceprimer ministro y, a la vez, titular de Interior. Otra concesión al magnate de las televisiones que quiso ser político fue poner al mando de la Justicia a Anna Maria Cancellieri: delegada del Gobierno, ministra de Interior en el Ejecutivo de tecnócratas que cesó ayer su mandato, y que está llamada a cubrir el puesto más delicado para Berlusconi, con sus cuatro juicios pendientes, entre ellos el más inminente por instigación a la prostitución de menores en el Tribunal de Milán. “Es una cartera de mediación – dice Raffaella Calandra, periodista especializada en temas jurídicos, de Radio 24 –. Un ministro del PdL hubiera sido un regalo demasiado descarado a Berlusconi, pero uno del PD hubiera sonado como una amenaza. La única posibilidad era poner allí una personalidad imparcial, con perfil técnico. Además, Cancellieri es grata a Monti y el suyo fue uno de los nombres que circulaba durante la elección del Presidente de la República”.

Otro nombre “por encima de las partes”, es decir, que no pertenece a ningún partido, es el de Fabrizio Saccomanni, vicedirector del Banco de Italia y que ocupará la cartera de Economía, muy delicada y fundamental en esta coyuntura de crisis para Europa y el país. Un equipo con una edad media de 53 años, más baja de lo que la habitual en Italia y que marca un récord de presencia femenina, con siete ministras. Una de ellas es Emma Bonino, ex consejera en la Unión Europea, con buen séquito entre las bases de izquierdas, que ocupará la cartera de Exteriores.

“Quiero expresar mi más profunda gratitud al presidente Napolitano por su confianza –arrancó su discurso Lett –, y añadir palabras de sobria satisfacción por el equipo que logramos componer”. “Se trata de un gobierno político –lo definió el Jefe de Estado– . Nació del pacto entre fuerzas políticas que, juntas, le garantizarán la confianza de las Cámaras”. “Pero es un Gobierno contra la naturaleza”, aclara Riccardo Staglianò, del diario La Republica. Un ejecutivo que nace débil, bajo el chantaje de tres fuerzas muy lejanas que pueden decidir desenchufarle el respirador al primer paso no compartido.

En la oposición, de momento, están el Movimiento 5 Estrellas (M5S) del cómico Beppe Grillo, el partido Izquierda Ecología y Libertad, que fue a las elecciones en coalición con el PD; Hermanos de Italia, grupo escindido del PDL, y la Liga Norte, tradicional socia de gobierno de Berlusconi.

(*) Lucia Magi es periodista.