Tras prohibir Twitter y YouTube, Erdogán afronta este domingo un plebiscito popular

1
Cartel de propaganda del AKP con la imagen de Erdogán y el lema "siempre al servicio de la nación". / Manuel Martorell
Cartel del AKP en Istanbul con la imagen de Erdogán y el lema "siempre al servicio de la nación". / Manuel Martorell

El Gobierno de Tayip Erdogán afronta este domingo con las elecciones municipales la prueba más dura desde que hace una década llegara al poder. Debido a la grave crisis política que vive Turquía desde la revuelta de Taksim, a la sucesión de escándalos  por corrupción, continuas medidas liberticidas, como prohibir Twitter y You Tube, y al enfrentamiento con la Cofradía Gulén, el propio Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) consideraría un triunfo mantener el 39 por ciento conseguido en los anteriores comicios locales, celebrados el año 2009.

Aunque, por lo general, las elecciones para los ayuntamientos tienen en Turquía una trascendencia política menor y registran un mayor índice de abstención debido a sus carencias de autonomía frente al Estado, las excepcionales circunstancias que concurren ahora han dado a la jornada del domingo un carácter plebiscitario, un verdadero test sobre la popularidad del primer ministro y de su proyecto islamista.

Así se palpa en el ambiente de las ciudades turcas, con un despliegue propagandístico propio de las elecciones generales. Nadie, sin embargo, se aventura a dar un resultado y las encuestas presentan una gran disparidad de situaciones.

Todavía pesan sobre la sociedad turca las secuelas de la revuelta popular que el pasado verano se inició en Taksim  (Istanbul) y se extendió por las principales ciudades turcas. Solo hace unos días, una impresionante multitud formada por decenas de miles de personas enterraba a  Bekin Elvan, un niño de 15 años alcanzado por un bote de gas de la policía cuando salía de casa para comprar pan y que había permanecido en coma desde entonces.

En los últimos meses,  las polémicas medidas restringiendo la libertad de expresión, socavando la independencia judicial y los escándalos por corrupción no han dejado de salpicar al Gobierno, provocando la destitución de varios ministros. La difusión de cintas grabadas sobre estos escándalos ha sumido a Erdogán en una polémica de proyección internacional, al prohibir las comunicaciones a través de Twitter , suspender el uso de YouTube y  amenazar con hacer lo mismo con Facebook.

El Gobierno se defiende argumentando que la difusión por las redes sociales de esas informaciones pone en peligro la seguridad del Estado, señalando como ejemplo una grabación difundida por YouTube sobre los planes del Ejército para invadir Siria con el objetivo de defender la tumba de Suleyman Shah, un enclave dentro de territorio sirio que pertenece a Turquía y donde una pequeña guarnición defiende el mausoleo de este fundador del Imperio Otomano. La tumba, situada en el término de Kara Kozak, está ahora amenazada por grupos yihadistas que han tomado posiciones en sus cercanías y el Ministerio de Exteriores ha amenazado explícitamente con intervenir militarmente si la guarnición turca es amenazada.

Si, pese a todo, el AKP, mejorara sus resultados, no cabe duda de que la deriva autoritaria de Erdogán se intensificará, probablemente con nuevas medidas legislativas para que los Servicios de Información puedan poner fin al uso de las redes sociales como herramienta de movilización o de oposición al sistema. En este sentido, la prohibición del Twitter y YouYube, criticadas con dureza dentro y fuera de Turquía, solo serían el primer paso de una política informática que podría acabar censurando los programas de televisión o las columnas periodísticas.

Pero la verdadera incógnita de estas trascendentales elecciones está en la orientación que pueda tener el voto de los seguidores de Fetullah Gulén, líder de una poderosa tendencia islamista moderada que se encuentra en abierta guerra con el primer ministro. Los gulenistas, cuyo número puede ser de varios millones de personas y cuyo voto siempre ha ido al AKP, podrían redirigir sus papeletas hacia la oposición socialdemócrata del CHP  (Partido Republicano del Pueblo) o hacia los ultranacionalistas turcos del MHP (Movimiento de Acción Nacionalista) y dar, así, un "voto de castigo" al Gobierno en este plebiscito.

La batalla electoral entre estas tres fuerzas, a la que hay que añadir las candidaturas del BDP (Partido de la Paz y la Democracia) en las regiones kurdas, se centrará en las 30 principales ciudades de Turquía, que representan casi el 80 por ciento de la población total, siendo especialmente disputadas las metrópolis de Istanbul, Ankara, Izmir, Gaziantep, Diyarbakir y Mersin.

El gubernamental AKP aspira a mantener Istanbul y el opositor CHP, la industriosa Izmir, mientras que ambos partidos se consideran capaces de hacerse con el Ayuntamiento de la capital: Ankara. El MHP, por su parte, puede ser la primera lista en Adana.

Otra importante incógnita está en los resultados que puedan alcanzar las candidaturas del BDP, el partido que representa a la población kurda. Hasta los partidos y columnistas más opuestos a las reivindicaciones kurdas felicitan a este partido por el elevado número de mujeres candidatas que presenta. Todas las previsiones dan a esta organización una subida generalizada, incluso en algunas grandes ciudades turcas, como Istanbul o Mersin, donde se presenta bajo las siglas HDP junto a grupos progresistas de la izquierda turca. En Istanbul, por ejemplo, se calcula que podría rebasar el 7 o el 8 por ciento de los votos.

Se da por seguro que mantendrán ciudades importantes, como Diyarbakir –casi un millón de habitantes- y Batman -500.000-, y que conseguirán igualmente buenos resultados en Urfa y Gaziantep, feudos del AKP en esta región al sureste de Anatolia. En Turquía es un secreto a voces que el BDP tiene como objetivo instaurar una autonomía “de facto” en aquellas zonas donde obtenga una mayoría suficiente, un serio desafío que agravará aún más la complicada coyuntura política por la que atraviesa este país de la OTAN flanqueado por las crisis de Crimea y Siria.

Leave A Reply