Paloma Chen: “Cuando se piensa en raza y antirracismo no se piensa en la comunidad asiática”

  • Entrevista a la periodista e integrante de la Red de Diáspora China

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Paloma Chen es una periodista de 21 años. Sus padres son de China. Se crió en Valencia o, siendo del todo exactos, en Utiel. Y se ha gestado como profesional entre la ciudad de su infancia y Shanghai. Allí, en la cosmopolita urbe asiática, conoció Tusanaje, una red migrante que une Latinoamérica y España. Ahora, junto a su fundador, Rodrigo P. Campos, Chen cogestiona el espacio y este año ha lanzado el documental Criado en un chino. Presentamos sus proyectos y hablamos con ella de los entresijos de los mismos.

Feminista y antirracista, Paloma es una de las semillas que sostiene la Red de Diáspora China, una alianza entre Catàrsia, Oryza y Liwai con una meta en común: reflexionar y reivindicar a quienes tienen una identidad cultural fluida. A quienes no se consideran ni chinos ni españoles. Y a quienes se sienten herederos de ambas y, a la vez, alguien completamente distinto.

A finales de marzo la alianza de Red de Diáspora China organizó unas jornadas llamadas 我们我们 (‘Women Women, ‘nosotres’ en chino) que, por primera vez en España, convocaba a todas aquellas personas de origen asiático. Hubo un espacio seguro en el que se habló de feminismo y LGTBIQ+ en la comunidad asiática. Y hubo diálogo abierto sobre cómo se representa ‘lo chino’ en películas, series, teatro u otras narraciones audiovisuales.

Este sábado 28 de septiembre Red de Diáspora China colabora con SOS Racismo y organiza una jornada en la que Rodrigo P. Campos contará cómo ha establecido relaciones entre los distintos países latinoamericanos y cómo ha construido un puente con España. Se debatirá sobre la ‘chinitud’ en el activismo, el arte y la literatura con el cantante Chenta Tsai, conocido como ‘PutoChinoMaricón’, como moderador. El evento, llamado FuriAsia: desorientalizando territorios, será de 18 a 21 horas en Casino de la Reina, en Madrid.

-¿Cómo fue tu proceso hacia el activismo antirracista?

-En 2016 ya tenía un blog llamado Wild Banana donde escribí sobre antirracismo y racialización. La ‘chinitud’ o ‘chineseness’ ha sido siempre muy definidor para mí. Me han hecho sentir diferente por ser china, así que siempre he tenido claro que la gente es racista y que se me juzgaba por un aspecto que no veía en concordancia con mi mente. No sabía que era político y estructural hasta que hace cinco años empecé a leer sobre feminismo, estructuras de poder y teorías identitarias de Estados Unidos. Conceptos como raza, exotización, apropiación cultural, ‘whitewashing’, ‘yellowface’ y ‘blackface’, ‘white saviour complex’ y muchos más sirvieron para explicar mi identidad. He ido formándome hasta llegar a las teorías decoloniales y poscoloniales,  leyendo a Edward Said, Thiong'o, Angela Davis, o Spivak.

-¿Hace cuánto fuiste a China y cómo han sido tus experiencias?

"A los 15 fui a China y descubrí lo mucho que me había perdido por no aceptar mis orígenes"

-La última vez que he estado ha sido en abril, fueron dos semanas de ocio y visita familiar. Quise ir tanto a ver a los amigos que tengo en Shanghái, que es ahora una ciudad muy especial para mí, como para visitar a mi familia, a la que tengo determinación de visitar cada año porque quiero explorar esa conexión. He estado cinco veces. De pequeña fui dos con mis padres y desde los 8 años me negué a ir. No aceptaba ser china.

A los 15 fui y descubrí lo mucho que me había perdido por no aceptar mis orígenes. La cuarta vez estuve un año, estudiando en Shanghái. Fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.

-¿Cómo te uniste a Tusanaje?

-Me uní hace dos años. Entonces, el proyecto solo llevaba en marcha unos meses. Conocí a Rodrigo, el fundador de Tusanaje, porque los dos estábamos estudiando en la Shanghai. Me sorprendió que había conseguido en Lima, en Perú, captar colaboradores, organizar reuniones y llevar a cabo campañas informativas. Empecé como colaboradora. Y me vi inmersa más y más hasta llegar a gestionar Tusanaje con Rodrigo mano a mano.

-¿Y a Red de Diáspora China, cómo fue tu incorporación?

-En 2018 volví de Shanghái y de haber trabajado un año en Tusanaje. En España descubrí Catàrsia, un colectivo de Barcelona de "asiáticodescendientes catalanes", que trabaja acompañando a jóvenes, difundiendo en redes sociales, utilizando métodos de educación no formal y manifestaciones artísticas. Me pareció interesantísimo, así que les contacté y organizamos unas primeras jornadas en Valencia llamadas Ni chiñoles ni bananas para reivindicar la fluidez de nuestras identidades. Las colaboraciones entre Tusanaje y Catàrsia aumentaron, hasta que eventualmente conocimos a más personas interesadas que aportaban perspectivas desde la performance o el activismo antirracista, como Liwai y Oryza, que son dos colectivos de Madrid. Los cuatro formamos la Red de Diáspora China para tener un nombre común bajo el que trabajar.

-¿Y qué has aprendido de organizar 我们我们 con Red de Diáspora China?

-Me dí cuenta de lo necesario que es un espacio así. Por primera vez, vi que no solo los integrantes del colectivo nos preocupábamos por estas cuestiones, sino que mucha más gente tenía mucho que decir y que compartir acerca de los temas que tratamos en las jornadas: identidad, representación, sexualidad, género, racismo y estereotipación. También concluí en que estamos iniciando, o continuando, un camino muy muy largo en el que esto han sido unos pequeños grandes pasos. Es importante tanto mirar atrás para reflexionar, como mirar adelante para saber cómo seguir enfocando el camino. Estas primeras jornadas fueron una catarsis emocional: por primera vez nos sentimos escuchadas, en un espacio seguro lleno de amor y comprensión. Pero también vi que hay una diversidad bellísima de discursos bajo el paraguas común que estamos intentando construir, y eso es valiosísimo.

-¿Cuáles son los principales retos para los activistas asiáticos antirracistas?

-Cuando se piensa en raza y antirracismo no se piensa en la comunidad asiática porque a día de hoy hay más presencia negra y latinoamericana. Además de exigir más representación o luchar contra los estereotipos, hay muchas formas de activismo, de ahí que sean necesarios periodistas para cambiar los medios, psicólogos, educadores sociales y artistas porque es una estructura en la que estamos todes dentro. Personalmente tengo el temor de crear una burbuja desconectada de la realidad. Me encantaría poder introducir todos estos pensamiento de antirracismo, género y sexualidad en la generación de mis padres o en las asociaciones de comerciantes chinos pero van por otros derroteros. Las jornadas reivindican un espacio desde la comunidad de origen chino para la comunidad de origen chino pero también se preocupa por otras perspectivas.

-Sobre la jornada ‘FuriAsia’, se pone el foco en la identidad multicultural latina de origen asiático, ¿por qué?

-Rodrigo quería venir a España porque quería conectar lazos y tejer red con la diáspora en España. Y también como un intercambio: qué podemos aprender y qué podemos aportar. Se eligió la identidad multicultural latina de origen asiático porque queríamos centrarnos en el proceso de racialización, la discriminación que hay en la comunidad latina que muchos miembros de SOS Racismo sufrieron una vez migraron a España. Eso sí, siempre desde la experiencia personal ya que Rodrigo insiste en que él no es activista antirracista. Y queríamos que en SOS Racismo se vean nuestras formas de lucha habando sobre la chinitud. Yo compartiré mi Trabajo de Fin de Grado, esto es, el documental ‘Crecer en 'un chino’. (Puedes ver todas las entrevistas del documental aquí).

-¿Qué futuros planes están tomando forma en la comunidad asiática más movilizada?

-Están surgiendo decenas de cosas: manifestaciones artísticas con proyectos de libros, cómics, fanzines, música y fotografía, campañas de comunicación y proyectos audiovisuales a nivel individual y colectivo. Estamos en pleno debate de cómo nombrarnos y en nuestros viajes identitarios particulares. Y, por supuesto, organizando el Segundo Encuentro de la Diáspora China que será el año que viene en Barcelona.

-Para acabar, ¿qué esperas de este sábado y qué acogida está teniendo?

-Tengo muchas expectativas en que vuelva a ser un encuentro lleno de calor humano, pero también de debate y propuestas que nos haga avanzar y reflexionar acerca de nuestras vidas marcadas por la racialización y la sociedad en la que vivimos. Desde el segundo uno en que compartimos el cartel y la noticia de que la Red de Diáspora se reúne en Madrid, esta vez en colaboración con SOS Racismo, nos han llegado muchos mensajes de apoyo y entusiasmo.

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