El PP nacional ha encontrado una excusa para atacar directamente el más apreciado bastión del decadente PSOE, el vicepresidente Rubalcaba, y el PP murciano ha hallado una vía para salir de su arrinconamiento contra las cuerdas. Ambas cosas son consecuencia directa de la violenta agresión sufrida por el consejero de Cultura de la Comunidad de Murcia, Pedro Alberto Cruz, el pasado sábado por la tarde. El lunes hubo una primera detención de un implicado.
Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal encabezaron rápidamente el gran coro del PP que exigió responsabilidades al ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba. Aprovecharon para pedir la dimisión inmediata del delegado del Gobierno en Murcia, Rafael González Tovar, tibio en el control de algunas algaradas que han sido el corolario de las grandes manifestaciones que desde vísperas de Navidad se suceden en Murcia contra el tremendo recorte decretado por el Gobierno de Ramón Luis Valcárcel a sueldos y logros sociales del funcionariado regional.
En Murcia, Valcárcel y sus muchos seguidores han visto en la agresión a Cruz la ocasión propicia para despegar sus espaldas de la pared contra la que los tenían cinco sucesivas manifestaciones de funcionarios ––la última de 40.000 personas, según los sindicatos–– en tres semanas. Pues el presidente murciano, el líder autonómico más votado de España, no se podía imaginar tamaña contestación social cuando dos días antes de Navidad decidió el “tijeretazo”, posiblemente confiando en que un funcionariado que había hecho caso omiso de la huelga general del sector del año pasado no iba a subírsele a las barbas por un nuevo recorte.
Craso error. Sí se le subió, y en plenas cristianas fiestas. Pues el probo funcionariado murciano no está dispuesto a sufragar con sus recortes salariales y sus pérdidas de derechos los ajustes que un Gobierno autonómico que derrocha a espuertas se ve obligado a hacer porque es el único, junto al de Castilla-La Mancha, señalado por el Ministerio de Economía como transgresor del corsé al que el gasto público debe someterse en estos tiempos de crisis.
En consecuencia, el gran tijeretazo de Valcárcel al poder adquisitivo y a las condiciones laborales de los funcionarios murcianos provocó un nivel de contestación social desconocido en la pacífica Murcia, votante mayoritaria fiel desde 1995 del mismo presidente que ahora la castiga. Tal es el nivel de cabreo de los empleados públicos murcianos que hubo excesos, aunque ninguno sin llegar ni de lejos a la brutal agresión al consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz.
Este ahora martirizado gobernante ha sido el blanco de muchas críticas por su elitista, minoritaria, cara y pretenciosa política cultural, plena de fastos nacionales e internacionales mientras emblemáticas infraestructuras culturales de la Región llevan años languideciendo o cerradas. Su parentesco lejano con el presidente ––elevado vox pópuli a “sobrinísimo”–– y su displicente pedantería han contribuido junto a lo anterior a situarlo en el ojo del huracán popular.
Y en él lo han encontrado como chivo expiatorio varios descerebrados cuya ligazón con grupos antisistema de extrema izquierda parece fuera de duda. Lo cual ha devenido en la excusa perfecta para que Valcárcel y sus voceros acusen enfáticamente a “la izquierda” de estar detrás de la agresión, condimentando el falaz discurso con alusiones más o menos directas al PSOE, a los sindicatos, sindicalistas o a “liberados sindicales”.
En esa línea van a insistir ad nauseam los argumentos oficiales del PP, para recuperar la iniciativa política en Murcia y seguir martilleando a la gran esperanza blanca socialista estatal por la inacción de su delegado del Gobierno, ahora que parece que la agresión al consejero vuelve a tenerles prietas las filas, y de paso tapar "lo" de Álvarez Cascos. El agredido ya anunció desde el lecho hospitaliario su deseo de acudir, restablecido, esta semana a Fitur, donde será indudablemente la estrella de la película. Está por ver si el totum revolutum argumental del PP conseguirá desactivar las protestas que siguen programadas contra el tijeretazo provocado por el despilfarro autonómico.
Presunto implicado sería más correcto. Todavía no hay acusación ni ha comparecido en el juzgado.
Estoy casi al 100 por 100.
Hace un par de días dijeron que el «puño americano» iba cubierto con un guante para «no dejar huellas»-¡toma ya!- y ahora dicen que «probablemente no existiera el tal «puño americano», que fuera algo(¿una sortija?) que sobresalía del puño.
Hoy he escuchado al padre del Consejero el «Las mañanas de Radio1» entrevistado por Juán Ramón Lucas. Si podéis no os lo perdáis. Pocas veces se pueden oir tal serie de contradicciones entre sus manifestaciones y las versiones oficiales y de los medios para-oficales. Algo fastuoso.
Si se deja que los extremistas controlen el pais el resultado sera el mismo que en el 1936, una Guerra Civil que destruya todo el desarrollo alcanzado.
La derecha española (politica, mediatica, economica, religiosa, deportiva,etc), no es que quiera el poder a costa de lo que sea (solo hay que leer cualquier periodico de la derecha, da miedo), tambien quiere acabar con los socialistas, la izquierda en general, los sindicatos, los nacionalismos, excepto el suyo, (lo llevan en los genes) y si pudieran hasta con la Constitucion y me pregunto ¿podrán? Por otra parte, no se porque lo llamamos Tea Party, si de toda la vida lo hemos llamado Facha Party
Es lamentable que los políticos se dediquen a crispar y a la manipulación en vísperas de próximos comicios.La sociedad evoluciona y los politicos siguen inmutados manejando con destreza el arte de la manipulación.
«La tensión nos conviene», ZP en vísperas de las elecciones del 2008. La ostia se la llevó uno del PP. La tensión que se vive en Murcia es generada por el agitprop de los sindicatos y del psoe ¿y resulta que la culpa es del PP?. Hace unas semanas un enegúmeno mató a 6 personas e hirió a una congresista demócrata, faltó poco para que el periódico progre por antonomasia (EL Pais) echara la culpa a la derecha norteamericana del crimen. ¿Pero dónde está la coherencia de la izquierda en este país?, ¿dónde está la vergüenza?, ¿a caso creen los progres que tiene gula para cualquier desaguisado, para mentir o para manipular?.