Dos cosas llaman la atención del recién clausurado I Congreso de Equo. Ambas esperanzadoras, pero también problemáticas. La primera es la presencia en el cónclave de un representante de Izquierda Unida, Enrique Santiago, con un mensaje de unidad. La segunda, el propio texto oficial de clausura de la reunión en cuyo párrafo programático el partido ecologista parece poner el acento en la dimensión social de su propuesta.
La presencia de Santiago en el congreso no hubiera pasado desapercibida en cualquier caso puesto que es secretario de Refundación y Movimientos Sociales de Izquierda Unida: el cargo del representante enviado es suficientemente significativo como para pasarlo por alto.
Pero su mensaje fue más explícito si cabe: “Os traemos una mano abierta, tendida. Tenemos obligaciones de encontrarnos en el camino, acordar programas y trabajar conjuntamente. Es la voluntad de IU. Os necesitamos muchísimo y [también] a lo que representáis”.
Hay que preguntarse, pues, si esta actitud expresada por Santiago pone fin a las muchas reticencias con que la creación de Equo fue recibida dentro de Izquierda Unida. Algunos sectores tacharon poco menos que de “burgués” el nuevo partido. Otros llegaron incluso a estigmatizarlo sectariamente diciendo que era “el chiringuito” de Juantxo López de Uralde, ex director de Greenpeace y portavoz principal del nuevo partido.
Unos y otros se vieron contestados desde la nueva formación ecologista mediante opiniones que ponían en duda la vocación ambientalista de IU y señalando su instrumentalización oportunista, aunque también es cierto que Uralde nunca entró al trapo personalmente. Influían también en el asunto las reticencias de algunos grupos ecologistas próximos a IU hacia los métodos de Greenpeace, de donde el líder de Equo acababa de salir.
Los exiguos resultados electorales de Equo y el crecimiento de IU sirvieron de argumento a quienes criticaban aquella fundación-partido, que solamente obtuvo 350.000 votos y un diputado al Congreso en noviembre pasado enmarcado en la coalición valenciana Compromìs. Sin embargo, en los comicios autonómicos de Andalucía y Asturias, en marzo, los votos a la formación ecologista se vieron reducidos casi a la mitad con respecto a anteriores convocatorias en ambas comunidades.
Pero la crisis manda y el cainismo típico de la izquierda española parece aparcado ahora que el PSOE sigue ocupado en sus problemas internos y sin recuperar credibilidad, según las últimas encuestas. Por cierto, el partido que dirige Rubalcaba se contentó con un mensaje escrito enviado al Congreso de Equo por un cargo de segunda fila: Maru Menéndez, secretaria de Organización de los socialistas de Madrid.
Volviendo al Congreso, está por ver que, a pesar de lo dicho por Uralde, que Equo tenga mucha más expectativa electoral que la hasta ahora obtenida. Los 350.000 votos conseguidos en las generales de noviembre pasado son una base de partida, pero son irrelevantes por sí mismos. Tendrían más peso en una coalición más amplia.
Quizá sea esa la razón por la que en el comunicado final de su primer Congreso, y a tenor de las intervenciones habidas, Equo muestra un cierto cambio de lectura priorizando textualmente lo social y reforzando la idea del ecogolismo político
Uralde ha destacado que las líneas de acción de Equo son la defensa de los derechos sociales, económicos, ambientales y democráticos, la petición de responsabilidades a los que nos han traído a la actual crisis y la construcción de alternativas y esperanzas con propuestas nuevas y diferenciadoras”, se lee en el sucinto texto.
Hasta ahora, los portavoces de Equo y Uralde especialmente habían venido insistiendo en la dimensión política de su propuesta ecologista, sin que en algunos sectores, como hemos visto, se le diera mucha credibilidad. Pero ahora han quedado negro sobre blanco y bien ordenadas las prioridades programáticas del partido.
Es imprescindible sumar, sin exclusiones, sin recelos, para la alternativa capaz de poner en marcha nuevo sistema que satisfaga las necesidades de los ciudadanos”, había dicho Enrique Santiago, hablando en nombre de Cayo Lara, antes de conocerse el comunicado final de Equo. Es decir, los puentes están tendidos. Falta ver si ambas partes dan los pasos necesarios para encontrarse en las próximas convocatorias electorales.
El problema fue, ha sido, es de IU. Llevan ya muchos años. Y no aglutinan. Es una careta del PCE. Quien no tiene la valentía de presentarse tal cual. Y desea mantener el poder mangoneando a los ilusos y corrientes que se creen aún la diversidad posible dentro de IU.
O mucho cambia y cede el PCE, o ocurrirá como en Grecia. Donde el PC sigue teniendo su electorado pero la izquierda crece entre ellos y el timo de la socialdemocracia.
Necesitamos una Syriza hispana ya. Sin PCE ni PSOE. ¿Será Equo parte de esto, o tenderá a centroderechizarse como sus primos centroeuropeos? Aún es pronto. Veremos.
En mi opinión, la unidad de las fuerzas de izquierda o es sobre supuestos anticapitalistas, o no será. Con fuerzas que no cuestionan el neoliberalismo y lo esencial del régimen político de la restauración sólo son posibles acuerdos puntuales, concretos, nunca estratégicos o de gobierno, pues éstos, finalmente, no son otra cosa que acuerdos para la gestión del statu quo, como por ejemplo ocurre actualmente en Andalucía.
Estoy de acuerdo con que es necesario sumar,pero siempre que sea para cambiar el sistema, no para poner parches e ir tapando los agujeros del PSOE. Me ha gustado mucho el símil de la Restauración que hace José Haro.
Que chorrada, esto es sacar las cosas de contexto
equo alcorcon
Albert: detesto el PCE, pero pensar que los problemas de IU hoy tienen que ver con el PCE o que incluso es el PCE quien manda en todas partes es una afirmación errónea que, si no nace de la mala fe, lo hace de la ignorancia.
Porque, entre otras cosas, Syriza se reconoce en IU e IU en Syriza. Formalmente. Syriza también se formó en torno a un partido comunista que se escindió entre eurocomunistas y prosoviéticos, lo que en España también sucedió (PCE y PCPE). El KKE griego se reconoce en el PCPE y viceversa, mientras el PCE lo hace en el partido principal de Syriza y viceversa.
Las propuestas de Syriza no se distinguen una coma de las de IU.
Soy consciente de la supremacía del PCE dentro de IU, pero es justamente la acción de incluir a más gente dentro de IU lo que le hará perder peso. Dos pájaros de un tiro.