Aguas revueltas en la playa de la Renegà

  • La constructora Costa Bellver, de la familia Calabuig, prepara la obra de un Centro de Interpretación Marina en la Costa de Oropesa bajo la lupa de ecologistas y vecinos
  • Esta zona costera es un Lugar de Interés Comunitario (LIC) y, por tanto, protegido por su valor medioambiental

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Mario Iranzo

Excavadoras, obreros y ruido. Así amanecía la Playa de la Renegà (Oropesa) el 27 de abril. Con la población confinada y el país paralizado por una pandemia mundial, las obras se apropiaban de la Vía Verda de la MarSe corrió la voz y los vecinos y vecinas de la zona empezaron a temerse lo peor. Se organizan e investigan el origen de las excavaciones: el proyecto de un Centro de Interpretación todavía no licitado por la Administración Local. En la sala de operaciones, de nuevo, los Calabuig, una conocida familia de empresarios de la construcción que, no sin precedentes, despierta la desconfianza de los habitantes de Oropesa.

Esta zona costera es un Lugar de Interés Comunitario (LIC) y, por tanto, protegido por su valor medioambiental. La alteración del entorno, en cualquiera de sus formas, podría provocar la compactación, erosión y deforestación de la tierra, además de la afectación de especies autóctonas. A priori, la construcción de un Centro de Interpretación Marina lleva consigo un halo de respeto medioambiental y compromiso con el entorno, pero nada más lejos de la realidad.

La costa de Oropesa no es un lugar propicio para la cría y establecimiento de la Tortuga Boba, ya que ésta necesita de una temperatura acuática más alta en invierno y de arena para desovar, condición que no se cumple, puesto que se trata de una zona de roca. De hecho, según asegura María Millán, miembro de la plataforma Salvem la Renegàeste tipo de tortuga solo ha desovado 4 veces en 200 años en la provincia de Castellón y fue en la playa del Serradal (playa de arena). Entonces, ¿por qué un centro dedicado al mantenimiento de una especie no autóctona? Ante esta pregunta, muchos y muchas no dudan en apuntar a un Marina D’Or 2.0. La construcción de un espacio de interés turístico para, después, rodearlo de hoteles y villas lujosas.

Entender el pasado para entender el presente

El municipio de Oropesa del Mar se rige urbanísticamente por medio del vigente Plan General Municipal de Ordenación Urbana, aprobado el 23 de Junio de 1972 y Refundido en julio de 1982. Es decir, que en 1982 (fecha previa a la entrada de España en la UE), se sentaron las bases del plan urbanístico aún vigente hoy en día. Paco González, portavoz de GECEN (Grupo para el Estudio y Conservación de los espacios Naturales) asegura que “esa ordenación del territorio es altamente impactante, eliminadora y destructora del paisaje litoral, de la biodiversidad y de todos los ecosistemas litorales”.

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Las excavaciones avanzan en la Vía Verda de la Mar. / Laida JS

En aquel momento, distintos inversores de la construcción se repartieron el suelo del litoral de Oropesa, desde el puerto deportivo hasta su límite con Benicassim. Edificaciones como El Balcó, Els Quarts, Marina d’Or y Amplàries nacieron al calor de esta organización del territorio, de la cual formó parte la empresa Costa Bellver S.A. -constructora del proyecto Torre Bellver-. En 1993, dicha empresa firma los papeles para la creación de un Centro de Interpretación Marina en la Playa de la Renegà. Su ejecución queda emplazada a planes futuros, los cuales fueron frustrados por la explosión de una burbuja inmobiliaria que ellos mismos habían contribuido a crear.

12 años después y entrando en una nueva crisis, las excavadoras vuelven a perforar los aledaños de la playa de la Renegà. “El plan de hormigón ya nos llevó al rescate en el 2008 y ahora parece que va a pasar al revés, nos vemos ahogados en otro rescate y, otros, aún quieren poner un poco más de hormigón, a ver si así el rescate es mas gordo”, apunta Paco González. El plan necesita del respaldo legal de una licencia de obras y, en su defecto, el Centro de Interpretación Marina tiene una Declaración Responsable, la cual no avala su construcción.

Desde la empresa, conjuntamente con la Fundación Azul Marino (constituida en marzo de 2020), insisten en la legalidad de esta edificación. “El proyecto cuenta con todos los requisitos legales y con los informes sectoriales favorables de la Confederación Hidrográfica, servicio territorial de Obras Públicas, Adif y Acuamed”. Aseguran que el Centro de Interpretación se ubicará en suelo urbanizable y que, además, cumplirá garantías medioambientales: “Las instalaciones del Centro de Interpretación del Mediterráneo serán construidas basándose en los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU”, afirman en un comunicado emitido a raíz de las polémicas.

El Portavoz de GECEN considera que esta construcción es un Greenwashing, es decir, un lavado de cara ecológico a algo que, a todas luces, no lo es. Además, señala al que consideran el sentido de esta obra: “Creemos que el Centro de Interpretación es un gancho para que esas construcciones que desde la burbuja inmobiliaria están totalmente paradas por falta de mercado, puedan tirar para delante. Lo mismo que se hizo con Marina D’Or”. Afirma que no es una hipótesis, sino que es una posibilidad real ya que “esa zona ya está urbanizada a un 30 o 40% por cuestión de mercado. Ahí hay más de 1000 viviendas aprobadas desde 1982, así que, en cualquier momento pueden volver a iniciar ese proceso urbanizador”.

La pelota en el tejado de la política

Desde el consistorio local (dirigido por el PSOE) aseguran que “el Ayuntamiento no puede paralizar un proyecto de iniciativa privada que cumpla todos los requisitos legales”, pero desde GECEN, conjuntamente con la Asociación Salvem la Renegà, proponen distintas soluciones. Reclaman la protección de dicha playa mediante la figura legal de Paisaje Protegido, comprendida en el artículo 13 de la Ley 11/1994 de Espacios Naturales Protegidos de la Comunitat Valenciana y, por otra parte, plantean la necesidad de un cambio del modelo urbanístico. “No podemos estar aplicando ahora una ordenación del 1982. No tenemos los mismos parámetros para medir, ni la misma consciencia medioambiental, ni las mismas necesidades”, apunta González.

Belén Bachero, diputada de Compromís en Les Corts, asegura que “las competencias en urbanismo las tiene el Ayuntamiento, así que pueden modificar el Plan General y revertir el suelo urbano en suelo no urbanizable”. Comprende que “no es fácil” y que ella “no querría estar en la piel de la Alcaldesa si eso pasara”.

Para ejercer una mayor presión mediática, Salvem la Renegà lanzó una recogida de firmas en la cual lograron cerca de 20.000. Así, se trataba de evidenciar que buena parte de la sociedad mira hacia modelos económicos y sociales distintos, en definitiva, que miran hacia un horizonte verde porque, como apunta Paco González, “con estas construcciones se profundizaría en el horizonte gris que se marcó en 1982”.

Viñeta cedida por @Josefff_ko

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