Bolivia, ¿el fin de la era Evo? Notas para entender la crisis política y social del país

  • Cronología de los hechos ocurridos en el país sudamericano y que han desembocado en la salida del presidente
  • Desde el pasado 21 de octubre se han producido 536 heridos, 460 detenciones y han perdido la vida un total de 12 personas, la mayoría afines al MAS, partido de Morales

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Cochabamba (Bolivia).- Para entender lo que está sucediendo en Bolivia desde hace algo más de 3 semanas hay que remontarse al 21 febrero del 2016. Ese día se llevó a cabo en el país un referéndum para aprobar o rechazar el proyecto de modificación del artículo 168 de la Constitución Política del Estado (CPE) que impedía al presidente Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García-Linera volver a postularse en más de una ocasión de manera consecutiva.

Bolivia dijo NO

Por una diferencia de 2,6 puntos porcentuales (51,3% vs 48,7%) los bolivianos le dijeron no al presidente Morales. Desde el 2002, cuando el todavía candidato presidencial quedó segundo por detrás de Gonzalo Sánchez de Lozada del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Evo no perdía una consulta en las urnas a nivel nacional.

A pesar de la derrota en el referéndum de febrero del 2016, desde el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) siempre se mantuvo la tesis de que la figura de Evo era fundamental para dar continuidad al denominado "proceso de cambio". En ese sentido y alegando que la derrota en el referéndum fue "por un margen muy estrecho", desde el MAS se presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) contra la limitante a los mandatos consecutivos argumentando que los "derechos políticos" reconocidos por Bolivia como parte del Pacto de San José estaban por encima de la propia CPE del país. Finalmente, en noviembre del 2017 el TCP falló a favor de la postura del MAS habilitando a cualquier autoridad boliviana a postularse de manera consecutiva de forma indefinida.

El fallo por parte del TCP generó que desde finales del 2017 hasta poco antes del 20 de octubre de este año, día de las elecciones nacionales, Evo tuviera que lidiar con las mayores movilizaciones opositoras en sus más de 13 años en el poder bajo la ya famosa consigna: Bolivia dijo NO.

Elecciones del 20 de octubre

El domingo 20 de octubre se llevaron a cabo las elecciones nacionales para elegir, entre otros cargos, al presidente. En esta ocasión, bajo el argumento de "transparentar" el proceso y "dar a conocer, en el menor tiempo posible, los resultados preliminares aunque no oficiales de cada una de las mesas" el Tribunal Supremo Electoral (TSE) implementó el sistema TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares) con el compromiso de tener un escrutinio preliminar en torno al 80% a las 20:00 del mismo domingo y al 90% a las 22:00

El procedimiento era el siguiente, el TSE recibía una fotografía vía teléfono móvil por parte de su personal técnico desplegado en todo el país con los resultados de las actas de las mesas electorales y éstos eran subidos al TREP. A las 19:40 horas del 20 de octubre se publicaron los primeros resultados preliminares, los cuales, con un escrutinio del 83,79% otorgaban una importante victoria a Evo Morales frente al candidato presidencial Carlos de Mesa de Comunidad Ciudadana (45,28% para el MAS vs 38,16% para CC) pero insuficiente para evitar la segunda vuelta. Desde ese momento, el conteo a través del TREP se detuvo sin que el TSE arguyera razón alguna para ello. Cuando 23 horas después el mismo se reanudó con un escrutinio del 95,30%, la diferencia entre ambos partidos había aumentado de la siguiente forma: 46,86% para el MAS frente al 36,72% de CC, más de 10 puntos porcentuales a favor del oficialismo, suficiente para no necesitar el balotaje.

Las movilizaciones ciudadanas

Este "sorpresivo cambio en la tendencia electoral", según declaraciones de la misión de la OEA desplegada en el país para fiscalizar el proceso eleccionario, generó casi de manera automática que cientos de miles de personas en todo el país se echaran a las calles esgrimiendo el argumento del "fraude electoral". De un momento al otro, el país se paralizó de manera completa, no había transporte, tampoco comercio, ni prácticamente ninguna otra actividad más allá de la masiva protesta ciudadana.

A medida que los días pasaban y la tensión iba en aumento, distintas organizaciones sociales del país se sumaron a las movilizaciones. Es el caso de los Comités Cívicos de Santa Cruz y Potosí, con sus líderes, Luis Fernando Camacho y Marco Pumari respectivamente, a la postre los grandes vencedores de todo lo que ha sucedido desde entonces. Camacho, empresario cruceño, ultraconservador y ferviente católico, afirmó que no pararía hasta que "Evo renunciara y la biblia volviera al Palacio de Gobierno".

Debido a los enfrentamientos en las calles suscitados entre afines al MAS y opositores se produjeron 3 muertes de estos últimos, 2 en la ciudad de Montero (Santa Cruz) asesinados por disparos y 1 en Cochabamba debido a un traumatismo craneoencefálico.

Un punto de inflexión en las movilizaciones se produjo el pasado viernes 8 de noviembre, cuando un grupo de policías de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de Cochabamba se amotinó contra su comandante para "evitar reprimir a los manifestantes opositores" y para reclamar una serie de medidas corporativas. Este movimiento policial se expandió al resto del país, incluido a La Paz, la sede de gobierno, donde la policía rodeó la Plaza Murillo en la que se encuentran las principales instituciones del Estado y sus comandantes se sumaron a la propuesta opositora de renuncia del presidente.

La renuncia de Evo

El 9 de noviembre en la tarde, Williams Kaliman Romero, Comandante de las Fuerzas Armadas, dio una rueda de prensa en la que, literalmente, sugirió "al presidente su renuncia" esgrimiendo el argumento de la pacificación del país. El domingo 10 a primerísima hora de la mañana, la OEA emitió un informe preliminar, sin presentar prueba alguna, en el que decía haber identificado "diversas irregularidades en el proceso electoral del 20 de octubre" por lo que recomendaba la celebración de nuevas elecciones. Poco después, el presidente Evo Morales anunciaba la repetición electoral y la sustitución de todos los vocales del TSE. Las principales figuras de la oposición rechazaron esta decisión y apuntaron a la renuncia como única salida.

A la par de estos acontecimientos, distintos cargos públicos del partido gobernante MAS comenzaron a ser hostigados por parte de grupos paramilitares en todo el país quemando y destrozando sus viviendas e, incluso, como en el caso del hermano de Víctor Borda, Presidente de la Cámara de Diputados, secuestrando a sus familiares. Esto generó casi de manera automática un tsunami de renuncias de buena parte de los ministros, algunos senadores, diputados y otros cargos públicos del oficialismo, que provocó la huida del presidente Evo a Chimoré, en el chapare cochabambino, y su posterior renuncia al cargo.

La autoproclamada presidenta Añez

El pasado martes la senadora opositora de Unidad Demócrata Jeanine Añez, como segunda vicepresidenta de esa cámara y ante la renuncia de todos los sucesores constitucionales a Evo, en una sesión celebrada sin quórum y, en virtud del artículo 169 de la CPE, se autoproclamó Presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia, la segunda mujer en la historia del país en acceder a este cargo. Poco después, el Tribunal Constitucional, aquel que allá en el 2017 habilitara a Morales, dio validez y reconocimiento al acto de posesión de Añez amparándose en un par de sentencias previas, una del 2001, a pesar de que son motivo de controversia. El evento, que se llevó a cabo con una biblia de dimensiones considerables y con la presencia del líder cívico cruceño Luis Fernando Camacho, culminó con un soldado colocando la banda presencial a Jeanine Añez. El cambio de timón estaba hecho.

Casi de inmediato, la nueva presidenta solicitó a las FFAA que salieran a las calles para desplegar un operativo conjunto con la policía con el objetivo de controlar las movilizaciones ciudadanas, en este caso de personas afines a Evo, que desde el principio han denunciado que en Bolivia se ha producido un "Golpe de Estado".

El silencio mediático

Desde la entrada en vigor del denominado "Plan Sebastián Pagador", distintas unidades militares y policiales patrullan las calles y ciudades con el objetivo de frenar "la escalada de violencia y hechos vandálicos y con la finalidad de mantener y proteger las áreas y centros vitales del país", según la versión del nuevo gobierno. Consecuentemente, esto ha generado multitud de enfrentamientos con las masas movilizadas del MAS que ya han anunciado que, desde distintos puntos de la geografía boliviana, se van a dirigir a la ciudad de La Paz para rechazar la proclamación de la presidenta.

Según la Defensoría del Pueblo, del 11 al 13 de noviembre han muerto en Bolivia 9 personas (la mayoría de ellos por impacto de bala). Desde el pasado 21 de octubre, cuando comenzaron las movilizaciones ciudadanas a favor y en contra del ya ex-presidente Evo Morales, que se encuentra en México, se han producido 536 heridos, 460 detenciones y han perdido la vida un total de 12 personas, la mayoría afines al MAS.

Esta escalada de violencia, que parece no tener fin, coincide a su vez con un silencio mediático ensordecedor en el que los grandes medios de comunicación en Bolivia apenas están informando de las consecuencias que está teniendo para las personas el operativo militar y policial desplegado en las calles y ciudades del país para sofocar las protestas de los seguidores de Evo Morales.

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