
Precisamente, humanista es la figura gigante de Andrés Laguna, una idem en la "memoria histórica " española, aunque debiera decir, un océano de desconocimiento en el común hispano, a pesar de la celebración del quinto centenario de su muerte -qué manía con la muerte- en 1999. Curioso que el nombre de este médico humanista del siglo XVI, que vivió y trabajó en varios países europeos gracias al uso de la lingua franca, el latín, pasmando con su elocuencia y saber allá donde iba, contratado por emperadores y papas para el cuidado de su salud, entre ellos Carlos V -que se lo llevó consigo a Alemania-, que ayudó a paliar los estragos de la peste y habló de Europa como unidad cultural por vez primera, aventajando en el tiempo a mi admirado Montaigne, curioso, digo, que no figure entre los más notables del Reino. Un ejercicio tonto: ¿si fuera francés habría pasado lo mismo o quizás los franceses aprecian mejor a los suyos? Incluso cuando no se merecen tanto, caso Victor Hugo, aunque ése es otro cantar que no viene al caso. Se admiten apuestas. Pero, miren ustedes por dónde, la Presidencia española de la UE ha venido a desempolvar al buen segoviano universal para ajustar debidamente su discurso. Una oportunidad de oro para dar lustre y publicidad a una exportación cultural española realmente valiosa.