Vino, sexo y ambición: ¿gran reserva o calimocho?

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El reparto completo de "Gran reserva", la nueva serie de La 1. / rtve.es

El polvo del tiempo cubre los recuerdos de manera inexorable, y como ya han pasado casi treinta años es hora de cosechar ideas antiguas para una generación que no sabe donde está el Valle de Tuscany ni quién fue Angela Channing. Es lo que han hecho de manera evidente y sin ningún complejo los guionistas y responsables de Gran Reserva, la nueva serie de TVE que se emite los jueves por la noche en La 1 con el difícil reto de sustituir a Águila Roja.

Cambian los tiempos, los escenarios –ahora es La Rioja- y las formas –se ha rodado con tecnología de alta definición, no sabemos para qué-, pero el vino sigue siendo el eje dramático de luchas fratricidas, familiares y profesionales por el poder, el dinero y el sexo, y la excusa argumental para mostrarnos infidelidades, asesinatos, robos y traiciones entre los miembros de dos familias de bodegueros.

Tiene el aval de grandes actores en los papeles principales, Emilio Gutiérrez Caba y Ángela Molina como los patriarcas de ambas familias de viticultores riojanas, Tristán Ulloa y Paula Echevarría como los primogénitos, y Luisa Martín como policía en los capítulos iniciales; cuenta con una productora (Bambú Producciones) que ha hecho alguna cosa exitosa para TVE, Desaparecida; y hasta el Gobierno de la Rioja a través de la Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial ha puesto dinero para exhibir los caldos y las tierras riojanas.

Briones, Cenicero, Fuenmayor y Logroño, entre otras localidades, han sido escenarios de rodaje, y se nota que no se han escatimado exteriores, como también que la calidad formal es uno de sus valores, pues posee una fotografía sobresaliente para este tipo de formato televisivo.

Reúne, por tanto, los componentes argumentales, artísticos y de producción típicos de cualquier serie dramática que pretendiese aguantar en pantalla más de tres semanas cuando había competencia por la publicidad: ahora, sin ella, no conocemos los criterios de los responsables de la cadena pública en cuanto a mínimos de audiencia para mantener una serie en antena, a lo mejor ninguno.

Pero como hasta el capítulo segundo una serie no se muestra en todo su esplendor o insignificancia, ya que en el primero se concentran las virtudes y se disimulan los defectos, no sabemos si todos los atributos anteriores son suficientes para que Gran Reserva se consolide como producto de éxito.

Porque el recurso exagerado a las llamadas de teléfono para dar información al espectador, la inclusión de la fantasía para recordar el pasado en planos compartidos con el presente y ciertas situaciones demasiado previsibles son detalles que nos previenen de los guiones venideros; por no hablar del nombre elegido para las familias, Cortázar y Reverte. Digamos que los guionistas deberían haberse dejado de bromas literarias y haberse apretado un poco el magín, tanto para el nombre como para otras cosas.

El primer capítulo lo vieron 4.000.041 de espectadores, un 20,09 % de share, dato muy bueno teniendo en cuenta la competencia excepcional de la gala del 20 aniversario de Telecinco y sus mamachichos y que ha puesto nerviosas a las televisiones comerciales asociadas en UTECA, que denuncian la emisión de publicidad en el primer capítulo. Pero la hora de la verdad será el próximo jueves, cuando podamos comprobar cómo evolucionan las líneas de trama presentadas y cómo responden a ellas los espectadores. No parece mala apuesta, pero otras mejores como Plan América cayeron de la parrilla de manera fulminante e incomprensible en tiempos donde la audiencia y la publicidad era una soga apretada al cuello; ahora sólo aprietan los presupuestos y las decisiones de Oliart.

Aunque este producto genuinamente español, con buqué a La señora y Herederos, no esté ni de lejos a la altura del original, Falcon Crest, deseamos que Gran Reserva no se agrie ni se eche a perder entre argumentos evidentes y tramas sin interés; y sobre todo que no se repitan cosas como los pretenciosos apertura y cierre del capítulo anterior, en el que en un alarde de ingenio se comparaban los miembros de una de las familias con los vinos que producían sus viñedos. No vaya a ser que todo sea un tocomocho y al final este Gran Reserva tan publicitado y que tantas expectativas ha creado sea en realidad un calimocho de coca-cola y vino en tetrabrik.

2 Comments
  1. Andoni says

    La serie me gusta mucho,pero las repeticiones de los capitulos atrasados las veo muy mal. Largas. Y sin ligazon ya que lomismo sale algo del primer capitulo al comienzo como algo del primero al fina. Mal.

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