Adiós, Josefina, adiós

8
La escritora Josefina Aldecoa, en una imagen de 2004. / Gustavo Cuevas (Efe)

Ha muerto Josefina R. Aldecoa, escritora y pedagoga, en su casa de Santander, donde vivía retirada del mundanal ruido desde hace unos años. Es una muerte que me apena porque su nombre y su retrato me devuelven la imagen del colegio Estilo, que ella fundó hace más de 50 años, al que acudió mi hija. Son imágenes que ya viran al sepia pero que se mantienen muy claras en mi memoria. Por eso escribo. Para honrarla.

Josefina era una niña de la guerra, aunque no tuviera que exiliarse como aquellos sobre los que escribió Los niños de la guerra (1983).  Como también lo fue su marido, Ignacio, del que tomó el apellido al morir éste, como Carmen Martín Gaite, Jesús Fernández Santos, Juan Antonio Bardem, el cineasta, y otros nombres de los que ya nadie se acuerda. Alcancé a reunirlos hace años, antes de que fueran marchándose uno a uno, ante los micrófonos de RNE para que contaran cómo habían pasado la guerra civil. Aquel estudio se volvió patio de recreo por unos minutos, en los que ellos traían a la vida estampas que parecían muertas. Fue divertido.

A la autora de Historia de una maestra (1990), donde novela la vida de su madre –maestra también, como su abuela- en los años en que la caída de la República dio paso a la guerra, no la incluyen entre los grandes de la historia de la literatura; tampoco volcó ella su vida al oficio de escribir sino que la repartió entre éste y la docencia, y poco importa, habiendo dado el paso que ella ha dado, la intensidad de los destellos de la corona de laureles. En varias ocasiones estuvo a punto de entrar en la Real Academia Española, tantas como desviaciones de su candidatura se hicieron, quizás sin mala idea, sólo por azar.

Aldecoa era una mujer convencida de la importancia de la educación en España y de que ésta seguía siendo una asignatura pendiente para mejorar la sociedad española. Comparte en eso el destino de otro olvidado, Joaquín Costa, del que se conmemora este año algún aniversario. Por eso, acunada como estaba en las letras de la Institución Libre de Enseñanza, se dejó la piel en educar a unas cuantas generaciones de españoles que aprendieron la importancia de saber los nombres de los árboles o de reconocer una estrofa de Antonio Machado, aun a sabiendas de que lo que triunfa en nuestro país son más bien escenas de Torrente.

A los ochenta años, hace cinco, decía que seguía yendo al colegio todos los días y que no olvidaba sus dos cuadernos, el de escribir y el de enseñar. En tiempos como los que vivimos en que nada dura tanto es admirable que alguien pueda contar lo que Josefina contaba. Son cosas que suceden en las películas inglesas de sagas familiares o de algún héroe cotidiano que trenza en silencio una vida, la propia, que sirve a los demás para sentirse más seguros, mejores.

La muerte de Josefina Aldecoa me vuelve triste en esta tarde melancólica de cielos grises y ambiente húmedo que no desanima a los petirrojos, cuyo canto, paradójicamente suena algo destemplado, no tan alegre como siempre.

De ella han dicho que era una mujer comprometida; es verdad. No dejaba en la estacada a nadie que necesitara de su ayuda y eso, quién sabe, algún disgusto le traería. Como sea, la muerte de una escritora es un pretexto soberbio para saber más de ella.  Dejo este enlace con entrevistas en audio, pero nada como  abrir alguno de sus libros, ya saben. Me quedan algunos por leer de Josefina, ahora que ella descansa. Qué suerte.

8 Comments
  1. Luis says

    Gracias Elvira por la información sobre una escritora que siempre me ha merecido admiración y respeto. Su historia de una maestra me parece una de las novelas más conmovedoras que he leído

  2. Jesús says

    El saber de su fallecimiento me apena especialmente. Primero por saber ser mujer, en mayúsculas, y defender la imagen de esta. Y segundo por crear y sacar adelante, contra todo pronóstico una escuela del conocimiento por encima de todo. Traté, y de hecho estuve entrevistándome junto a mi mujer con su hija y actual directora, de matricular a mi hija en su colegio. La falta de medios económicos y la lejanía de mi domicilio me lo impidieron. Seguiré intentándolo. Gracias Josefina. Cuida de quienes vimos en ti la fuerza de la esperanza. Un abrazo para toda la familia y amigos.

  3. Mara9 says

    Gracias, Josefina. Y gracias, Elvira.

  4. estrella says

    Elvira, formidable entrevista la que le haces. Cálidas y relajadas voces las de las dos.
    http://www.rtve.es/alacarta/audios/radio-nacional/entrevista-josefina-aldecoa-conversaciones/1046992/

  5. Elvira Huelbes says

    Un rescate arqueológico, estrella. Gracias a ti por traerlo hasta cuartopoder.

  6. Eulalio says

    En estos días oscuros cuánto echamos de menos la luz los que tuvimos la suerte de ver algún destello. ¿Volverá algún día?
    Gracias por tu sentido homenaje.

  7. Gloria says

    Un emocionante adios y una cálida entrvista. Gracias, Elvira

Leave A Reply