El libertario riguroso

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Intervención de García Calvo en Sol (mayo de 2011). Parte I. / Vídeos: acampanilla (YouTube)

Tenía que morir el día de Todos los Santos, como el último homenaje irónico a su postura vital e intelectual, tendente a la liberación radical de todo sistema, pero con un desbordante sentido del humor. Agustín García Calvo, uno de los intelectuales más sobresalientes del pensamiento español de los últimos cincuenta años, murió en Zamora de una insuficiencia cardiaca. Tenía 87 años.

Pocos han sido los que se han sustraído de una manera u otra a su influjo. Recuerdo que en la Universidad leímos Lalia, Ensayos de Estudios lingüisticos de la sociedad, en la edición de Siglo XXI, como un manual de pensamiento antisistema de claro rigor intelectual. No sé si de ese libro aprendimos lo que en realidad habría que aprender, pero si tuvimos claro que el libro demostraba que se podía combatir el Poder con las armas desarrolladas intelectualmente por el poder mismo. Estoy con Elias Canetti en que ha sido Franz Kafka el único autor del siglo XX en que se ha mostrado la humillación generada por el Poder tal y como es, sin adorno alguno. Sin irnos tan lejos, lo cierto es que en nuestro idioma no abundan, y menos en los intelectuales de la edad de García Calvo, que hayan hecho de la reflexión sobre el Poder el meollo de su obra. Fernando Savater,  a quien le asiste siempre un fondo libertario, fue en cierta manera deudor suyo, a pesar de que luego discrepasen abiertamente en cuestiones políticas, pero el respeto hacia la labor de García Calvo, a su enorme ejemplo intelectual, ha sido cosa evidente. En cierta forma a todos nos ha sucedido un poco lo mismo. Gran traductor, por ejemplo, adoré en su momento la versión que hizo de los Sonetos de amor, de Shakespeare, que me parecen magníficos, pero también tengo que decir que la traducción de la Ilíada me pareció una extravagancia sin sentido, a pesar de lo justificada que estaba en sus más mínimos detalles por el traductor mismo.

Como Kafka, García Calvo fue siempre un defensor de los humillados y ofendidos. Sólo que en su caso no se le ocurrió metamorfosearse en animal, al modo de la tradición china, sino que se decantó por poner en solfa el Poder mismo, y su denuncia de la Realidad. Consecuencia de ello, una de las críticas mejor fundamentadas de la Religión, desde luego, pero también de la Ciencia, el nuevo pensamiento supersticioso, capaz de generar la falsa confianza de que la realidad está, o estará, bajo control. Ahora, con su muerte, desaparece uno de los intelectuales capaces de haber dotado a los movimientos como el 15-M de una coherencia intelectual que sus enemigos le reprochan, tanto desde la izquierda como desde la derecha. Cuando el movimiento surgió en la Puerta del Sol, Agustín García Calvo estaba allí, y estuvo allí el tiempo que duró, además de dirigir unas tertulias en el Ateneo hasta antes de ayer mismo, institución de clara tradición contestataria y que cuarenta años de democracia parlamentaria no han logrado siquiera llegar a integrar, lo que dice poco de la sagacidad política de nuestras instituciones.

[youtube width="610" height="343"]http://www.youtube.com/watch?v=OSt2RH14rco&feature=relmfu[/youtube]Intervención de García Calvo en Sol (mayo de 2011). Parte II. / Vídeos: acampanilla (YouTube)

García Calvo ha sido muchas cosas. Podríamos llenar páginas y páginas de su incansable labor, de los deudores que se han refugiado bajo su sombra en alguna etapa de su formación intelectual, desde escritores y ensayistas lúcidos y feroces como Félix de Azúa, al ya citado Fernando Savater, que se encuentra bastante emocionado desde que ha recibido la noticia de su muerte, e incluso Javier Marías. También otro tipo de cosas más populares, como el Himno  a la Comunidad de Madrid, cuya letra puso a petición de Joaquín Leguina y por la que cobró una peseta, o las letras  a canciones cantadas por Chicho Sánchez Ferlosio o Amancio Prada, Libre te quiero... pero no mía. Además, y por si fuera poco, formó con el hermano de Chicho, Rafael Sánchez Ferlosio, y con Carlos Piera, el Círculo Lingüistico de Madrid, de escaso éxito, aunque siempre me quedó la ansiedad de haber podido asistir a alguna de esas discusiones sobre lenguaje: los tres están dotados, cada uno en lo suyo, de una personalidad fortísima, de clara raigambre ácrata, algo no tan raro en nuestra tradición intelectual desde el siglo XIX, y que los tres han cumplido a rajatabla, ya digo, cada uno  a su manera.

Su fama le vino de muy atrás, cuando formó parte de los represaliados de sus cátedras universitarias  en 1965, junto a José Luís López ArangurenEnrique Tierno Galván, Santiago Montero Díaz,  a la que se sumaron José María Valverde y Antonio Tovar, por apoyar las revueltas estudiantiles de aquel año. García Calvo se largó a Lille y a París, en cuyo Collège de France, dio clases de merecida fama. Gran tertuliano, fundaba una donde estaba, y en París fue célebre la que formó en la Boule D´Or, que Juan Ignacio Ferreras  me comentó su peculiar atmósfera en alguna que otra ocasión, al igual que anécdotas varias, como la del viaje clandestino de Pepe Esteban con un recado para el filósofo de algún grupo de la oposición antifranquista y de la sorpresa que se llevó cuando llamó  a su domicilio y le abrió García Calvo vestido con túnica griega y una paloma en la mano. El que luego se supiera que era una fiesta no le quitó importancia  a la impresión primera. Me lo contó muchos años después.

Escribir como se habla. La máxima de Agustín García Calvo sobre el modo en que hay que utilizar el lenguaje, aun siendo verdad en el fondo, no deja de ser contradictorio. Él, que versionó algunas obras clásicas de manera cuestionable pero poco clarificadoras, fue siempre un defensor del lenguaje llano, del que decía que no podía equivocarse. Pero tradujo a Paul Valéry, falsamente sencillo, a Georges Brassens, este sí, directo, como preconizaba, a Sófocles, su Edipo Rey, eso sí, en sus versiones rítmicas, de las que hay que decir que es imposible te dejen indiferente.

Hay momentos en que la muerte de alguien te deja un poquito más huérfano. Es el caso de Agustín García Calvo.

El mismo día murió Gae Aulenti, una de las grandes arquitectas de nuestro tiempo. Para que conste.

[youtube width="610" height="343"]http://www.youtube.com/watch?v=FvPJuuLjbCQ&feature=relmfu[/youtube] Intervención de García Calvo en Sol (mayo de 2011). Parte III. / Vídeos: acampanilla (YouTube)

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