Más movilizaciones en televisiones autonómicas

El país vive un clima de movilización general. La palabra de moda es escrache. Hace diez días nadie sabía lo que significaba -quien escribe tuvo que acudir al diccionario la primera vez que la oyó- y ahora todos tenemos un profundo conocimiento de su etimología y significado. El presidente Rajoy lo ha tildado de profundamente antidemocrático . Y sin embargo, en el estado en que se encuentra el país, ¿se consigue algo sin movilizarse?

Las televisiones autonómicas han sufrido la crisis, desde su inicio, por partida doble: pérdida de ingresos vía presupuestos y vía publicidad. Telemadrid, tras el despido de casi toda la plantilla, se ha convertido en una televisión residual, con visos de desaparecer si la Justicia da la razón a los trabajadores y la empresa tiene que readmitirlos, pero sus extrabajadores siguen movilizándose cada semana y en Canal Nou, pendiente aún de que haya fecha y tribunal para la reclamación de los trabajadores contra el despido colectivo,se continúa haciendo concentraciones y protestas para que se readmita a los despedidos.

Pero no son las únicas con problemas ni son las únicas que se movilizan. Los trabajadores de la Radio Televisión de Andalucía comenzaron un encierro el pasado 20 de marzo en la sede del Consejo de Administración de la RTVA. Desde hace seis meses estaban pidiendo sentarse con la dirección a negociar un nuevo convenio. El vigente fue denunciado en el mes de septiembre por la empresa, sin plantear uno alternativo. Además, en cumplimiento del Ley de Equilibrio Presupuestario de la Junta de Andalucía, les reducirán un 5% los salarios durante el año 2013. Esa reducción empezará a ser efectiva en la nómina de marzo, incluyendo en ella el recorte de enero y febrero.

Tras cinco días de encierro, la dirección accedió a sentarse a negociar y los primeros indicios son satisfactorios para los trabajadores. "La primera impresión es buena" manifiesta un representante de los trabajadores. "Se han fijado dos fechas para negociar el convenio colectivo y el recorte del 5% de los salarios. En cuanto al 5% nos han anunciado que se hará de manera no lineal y progresiva para eliminar la diferencia salarial entre los trabajadores del ente y los de la radio y televisión"

La plantilla considera que, en este cambio de actitud de la dirección, ha influido el cese de Pablo Carrasco, el anterior director general de RTVA y el nombramiento, de manera interina, del vicepresidente, Joaquín Durán. Sin embargo, las peticiones de los trabajadores pasan también porque se eliminen duplicidades en el cobro de los complementos -cobrar pluses que son incompatibles entre sí- y que el 5% del recorte no recaiga sobre el salario base sino primero sobre los complementos y después sobre el salario base. En cuanto al convenio colectivo saben que les espera una dura pelea. De momento han conseguido que les escuchen.

Espoleados también por los recortes y por posibles despidos se han movilizado en los últimos días en TV3. La asamblea de trabajadores aprobó un paro parcial de dos horas y media el pasado día 20, por los rumores que circulaban sobre la reducción del presupuesto. La respuesta fue masiva y 600 trabajadores se dirigieron a la sede de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA)  para conseguir hablar con la dirección. Una vez allí, se les informó que el Proyecto de Ley de Presupuestos de la Generalitat contempla una rebaja del 25% del presupuesto de la radio y televisión catalana, lo que se traduciría en una rebaja de salarios de un 18% o un ERE que afectaría a muchas personas.  Ante esa noticia, los trabajadores decidieron parar 12 horas al día siguiente. El seguimiento fue del 95%, el más alto en sus 30 años de vida, sólo se emitió programación grabada y no se retransmitió la Vuelta a Cataluña.

Sin embargo, no parece que la movilización hiciera mucha mella en la dirección, empeñada en obedecer el dictado de la Generalitat, incluso antes de que se apruebe el presupuesto. Al día siguiente, el Presidente del Consejo de la CCMA, Brauli Duart manifestó en la Comisión de Control Parlamentaria que la solución para el Ente pasaba por equiparar los sueldos de los trabajadores de la Corporación, a los de la función pública, mensaje que busca enfrentar a los ciudadanos con los trabajadores de los medios públicos, para erosionar la negociación antes de empezarla y que es casi una quimera, al no existir funciones equiparables entre los funcionarios públicos y los periodistas y técnicos de radio y televisión.

El pasado miércoles tuvo lugar la última reunión entre la dirección y el comité de empresa. Como premisa, los trabajadores no quieren que se tenga en cuenta el proyecto de presupuesto pues aún no está aprobado y no es fácil que se apruebe. Esquerra Republicana, socio de CiU en el Parlament ya ha manifestado su rechazo a que se recorte más el presupuesto de la CCMA. También se oponen Iniciativa y PSC.

Las propuestas que aportan los trabajadores son, entre otras, situar el salario máximo en 72.000 euros brutos anuales -en la actualidad hay más de 60 personas con salarios por encima de los 100.000 euros-; eliminar el proyecto de un decorado virtual para los telediarios que se iba a pagar en tres años y que tiene un coste aproximado de seis millones de euros o que se revisen los derechos deportivos y el contrato de la Fórmula 1. Además están dispuestos a negociar otros aspectos que también afectan a salarios como son flexibilidad, rotación, movilidad funcional o polivalencias.

Los trabajadores no ven posibilidades de acuerdos a corto plazo, pues tanto los recortes de salario como la intención de la dirección de aplicar las tablas salariales de la función pública, deben reflejarse en un nuevo convenio colectivo que pretenden se apruebe antes del verano. Además, no les han garantizado en ningún momento que la reducción de salarios (que con la asimilación de las nuevas tablas salariales y la eliminación de una paga, ya aprobada, podría llegar a un 30%) garantice el mantenimiento de una plantilla que ya está muy mermada. Por ello, seguramente se seguirán movilizando en la calle y pedirán el apoyo de los miembros del Parlamento.