La turbia selva libresca de Amazon

(Actualizado el 8/10/2013)

En Francia, derecha e izquierda -por seguir usando los viejos términos revolucionarios- se han puesto de acuerdo para limitar los movimientos de Amazon, esa empresa que aspira a quedarse con todo el pastel. Quizá en España se podría actuar cuanto antes de modo semejante.

Hay editores que lo tienen muy claro, como le pasa a Jorge Herralde, y no se dejan engatusar por cantos de sirena amazónica: "Amazon es un fenómeno de extrema gravedad respecto a las librerías y a todo el sector del libro, por su agresividad y su práctica del dumping para acabar controlando el mercado y arrasar a la competencia (y luego subir los precios). Y todo ello agravado por la sistemática (y consentida) evasión fiscal. Anagrama ha rechazado todas sus 'ofertas especiales' por tentadoras que fueran económicamente".

No son precisamente buenas  las noticias de la industria editorial española, y así lo denuncia la Federación de Gremios de Editores de España , en la 31ª Feria Internacional del Libro -LIBER- que se ha celebrado en la Casa de Campo, de Madrid, hasta el domingo, día 6. A esa mala noticia –que, por otra parte, se viene repitiendo año tras año, desde hace más de diez- se une la rebaja de la paga anual para ayudar a la producción de cultura en España, de la que les habla cuartopoder en medio de las dificultades que todos estamos experimentando en propia piel –unos más que otros, como siempre- y de los oscuros horizontes que se están dibujando en países que creíamos a salvo, como Estados Unidos, donde casi un millón de funcionarios están en la calle literalmente de la noche a la mañana. 

Del sueño esperanzador de la Alemania de Angela Merkel como proveedora de trabajo a los preparados jóvenes españoles ya despertamos hace tiempo cuando fuimos informados de los minijobs y la precariedad instalada en su propia sociedad, así que…

Estoy siguiendo la serie documental de Oliver Stone que la 2 de TVE lleva dando diariamente desde el lunes, 30 de septiembre, La historia no contada de Estados Unidos. Procuro cenar ligero para evitar una mala noche, porque lo que allí se desvela de lo que pasó en los años de la Segunda Guerra Mundial y posteriores guarda semejanzas inquietantes con lo que está sucediendo ahora; con el agravante de que la intervención política, ahora, está más acogotada que nunca por la furia financiera.

¿Habría soltado la bomba sobre Japón Estados Unidos de haber seguido vivo Roosevelt como presidente en vez del fantoche de Truman, puesto ahí por los señores de la guerra americanos a los que no gustaban las ideas progresistas del vice Wallace? ¿Habría salido tan favorecido en la historia Churchill de haber podido demostrar Roosevelt las malas prácticas del premier británico en relación con el trato de la Gran Bretaña a sus colonias? Fue un magnate, y sus secuaces, el que animó a poner en marcha el mejor negocio americano para salir de la crisis: "el negocio de la guerra", dicho así, textualmente.

Pero no era de esto sino de las malas noticias de los libros en lo que estábamos. Resulta muy interesante el reportaje de un colega francés, en forma de libro, que acaba de publicarse en España: En los dominios de Amazon (Trama Editorial, 2013), de Jean Baptiste Malet, en el que denuncia a la megaempresa por su afán de acabar con las librerías aunque ello le haga perder dinero, ya que se lo puede permitir. Malet se coló a trabajar en Amazon para hablar con conocimiento de causa, y describe con pelos y señales las condiciones de explotación de los trabajadores en la compañía.

Pero no sólo es preocupante cómo trata Amazon a los trabajadores, sino que, como dice Malet, este tipo de comportamientos amenaza la pervivencia de la cultura y la democracia; como adjudican al caballo de Atila, Amazon no deja crecer la hierba allá por donde pasa. Y recuerda en una entrevista que para evitarlo y no tener que llorar después ante la desgracia, los ciudadanos tenemos deberes morales que atender:  "Esto pasa por el respeto a la ley. Por la toma de conciencia política, que supera las discrepancias derecha-izquierda, de todos los ciudadanos. De lo contrario, Amazon será una multinacional que cambiará la sociedad sin que los ciudadanos se enteren realmente".

Y aquí es donde, como le dice César Rendueles a cuartopoder, entramos todos nosotros. Aunque los medios tecnológicos lo permitan, si no te puedes comprar este mes un libro, no lo piratees ni se lo pidas a Amazon (que viene a ser parecido): espera al mes que viene para comprarlo en una librería de verdad, con librero que sepa el oficio. O compra la versión electrónica a un sitio más decente que el de Amazon. Y si no tienes estrecheces, no seas rata y no vengas después con valoraciones morales sobre lo corruptos que son los políticos. Disculpen las molestias.