Manual antifascista para millennials

  • La editorial Capitán Swing no ha podido escoger un mejor momento para publicar en España 'Antifa, el manual antifascista', del historiador Mark Bray.
  • Compila las historias y las estrategias de los grupos antifascistas que no han mirado hacia otro lado ante el auge de la ultraderecha.

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"A raíz de los acontecimientos en Andalucía, y la predisposición inicial de PP y Ciudadanos a pactar con Vox, el movimiento antifa aparece de repente en todas partes. Pero... ¿qué es exactamente?, ¿de dónde ha salido? Desde que ha existido el fascismo, ha habido antifascismo". Este fragmento no corresponde a la contraportada real del libro 'Antifa', publicado por la editorial Capitán Swing, sino que es una adaptación chusca al escenario patrio. En realidad, el ejemplar original habla de un episodio mucho más trágico: los enfrentamientos de Charlottesville y la negativa inicial del presidente Donald Trump de no criticar a los neonazis implicados en la violencia. Sin embargo, esta reescritura sirve para explicar el buen momento que ha elegido la editorial para publicar en España 'Antifa, el manual Antifascista', del historiador Mark Bray.

El libro constituye un breve (301 páginas) y ameno manual para reconocer el fascismo, el viejo y el de nuevo cuño, y combatirlo. Compila las historias y las estrategias de los grupos antifascistas que no miraron para otro lado y que han luchado (con más o menos éxito) contra los discursos totalitarios, desde flancos diferentes, con distintos métodos y en diferentes épocas. Si estos meses se debate sobre la exhumación de Franco, Bray viene a desenterrar también la contribución de la resistencia española y la inserta en la historia antifascista europea.

Pero sobre todo, es un libro para las nuevas generaciones que tienen que enfrentarse a extremismos que creían atrapados en sus libros de texto y que ahora emerge con fuerza. "Querría que este libro no fuese necesario. Pero alguien prendió fuego al Centro Islámico local de Victoria (Texas) pocas horas después de que la administración de Trump anunciase su veto migratorio a los musulmanes", comienza explicando este historiador, que también fue impulsor del movimiento Occupy World Street, en su introducción. La primera evidencia salta a la cara del lector: los discursos de políticos de Trump, Salvini o Bolsonaro tienen consecuencias reales, dolorosas e injustas en la vida cotidiana de las personas en las que ponen el punto de mira. Bray hace una narración en la que incluye a los grupos de ultraderecha, más allá de la definición ortodoxa de "fascismo".

Bray tira de documentación y referencias para hablar de grupos como Acción Antifascista, Frente de Hierro o La Asociación Nacional de Partisanos de Italia, pero también ha rastreado en la prensa y entrevistado a miembros de los grupos que han mantenido su actividad en años de fascismo de baja intensidad. Él mismo explica por qué ha decidido construir este manual así: "Los académicos han tenido su parte de culpa a la hora de consagrar la división entre el antifascismo 'heroico' del periodo de entreguerras y los 'irrelevantes' y 'marginales' grupos de militantes de la etapa más reciente". Por ello, en sus páginas también habla de grupos ultraderechistas como Amanecer Dorado u Hogar Social Madrid y de las estrategias de defensa de los antifa cuando al resto de la población sus acciones les parecían hechos aislados y de poca importancia.

Aunque la entrada de Vox a las instituciones haya sorprendido a los españoles en 2018, Bray marca el inicio de la crisis en 2008 y la receta del austericidio como puntos de partida del crecimiento de la ultraderecha en Europa y América. En su libro, también analiza, por ejemplo, el crecimiento de la 'aliada' de Vox, la francesa Marine Lepen, la 'lepenización de la mentalidad' francesa y la "nueva extrema derecha banal". A su vez, expone como reacción el "gran cambio" que se dio entre 2010 y 2014 en el antifascismo francés, a través de entrevistas como la que realiza a un miembro de SCALP llamado Camille.

El historiador también alerta de la mutación de los mensajes y las estrategia de comunicación de los grupos que forman hoy la galaxia ultra. Quizá es más fácil identificarlos por la viralización de memes racistas o la utilización de gráficos falsos en internet que porque exhiban banderas nazis. Para ejemplificar, Bray habla del papel de esa "derecha alternativa", término que popularizó el supremacista Richard Spencer, que se siente envalentonada con Trump y que abarca todo tipo de grupos desde "realistas raciales" hasta "arqueofuturistas" o el oxímoron de los "anarcocapitalistas". Todas palabras que en realidad esconden una ideología reaccionaria. A día de hoy, el Mapa del Odio de Estados Unidos contabiliza 953 grupos de diferente naturaleza.

Además de recopilar consejos de los grupos antifascistas y recomendar bibliografía para quien quiera profundizar más, Bray deja varios interrogantes en el aire: ¿Ampara la libertad de expresión los discursos racistas?, ¿es legítimo el uso de la violencia contra los grupos violentos?.

3 Comments
  1. Jose María Reguera says

    El fascismo es de izquierdas, pero nacionalista. Ese es el primer punto para reconocer a un fascista. En España, ETA, CUP, IZCA, BNG…
    Ese es el verdadero fascismo. Estatismo supremacista y racista cargado de odio contra lo que se cree inferior o distinto; alta proclividad a la violencia; lenguaje cargado de palabras policía; imposición de ideologías antihumanas; deseo de regímenes totalitarios…
    Aunque vayan con la hoz y el martillo, ese es el nuevo y real fascismo.

  2. k gb says

    libros
    Psicologia de masas del fascismo
    de Wilheim Reich
    y
    El miedo a la libertad
    de ERic FRomm

    A la derecha, ls
    PpuerC´ox, en las elecciones
    solo le queda lo ultra que ellos
    mismos azuzan :
    La eta , que ha desaparecido salvo para ellos,

    las victimas que solo cuentan las suyas
    y la indep de
    Cataluña, que han aventado los partidos de derechas de ambos lados
    los de los recortes, tapando asi cualquier otra protesta

    El PPoPPulismo de derechas
    es meter miedo, mentiras y racismo que han creado ellos

    ( aznar quien mas gente
    metió, M.rahoy dejó sin arreglar las patrulleras de la GC de
    Senegal,

    y las multinacionales para
    las que trabajan arrasando contimentes y creando éxodos)

    El populismo de izdas son
    verdades como puños : hambre, paro, miseria, enfermedad, mordaza,

    frio, dolor, sin
    hogarismo, explotación, pobreza, etc etc

    Para VOX la ley es
    inamobible, y lo que diga un juez va a misa, por tanto

    si estuvieramos en la edad
    media defenderian el derecho d pernada

    Nada debe cambiar de como
    lo dejó el dictador franquista

    Curioso que la eta les
    parezca peligrosa cuando se ha incluso disuelto

    pero no la gente que apela
    al franquismo golpista y sanguinario

    ni ls ultras con arsenales
    en sus casas o ls que salen a pegar

    a la gente en las manis y
    que votan a vox

    Cuando gobiernan venden el pais a las
    multinacionales de USA-UE
    para ser ellos administradores y
    esclavizar a sus compatriotas
    de la patria solo les interesan los
    simbolos y es para poder fingir
    Su lema es : usurPPar
    ,emPPobrecer a la mayoria, esPPecular, exPPlotar, maniPPular y
    rePPrimir

    Son las multinacionales
    las que han creado el fascismo a base de racismo

    al crear exodos dsp de
    esquilmar continentes y luego al

    apoyar a los partidos que
    les defienden y aventan el racismo

    que precisamente esos
    partidos les benefician a las multinacionales

    a base de : quitarles
    impuestos , mientras que a los pobtres se les aumentan,

    rescatar ricos y empresas
    privadas, quitar a la obrerada derechos

    privatizar lo publico,
    permitir evasion y amnistia fescal,

    bajar sueldos que reducen
    consumo y mercado, de modo que

    el mercado es para los
    grandes que son ls que solo pueden sobrevivir asi

  3. ninja45 says

    Estamos en un choque frontal de la legalidad fascista española,
    contra la legalidad internacional con que se rige el Pueblo de
    Cataluña. Esta actitud tan nuestra, cívica y pacífica, nos
    lleva a enfrentarnos con una realidad incomoda que la mayoría
    de catalanes se niega a ver: Es que perpetuamente estamos en
    clara y flagrante inferioridad de condiciones frente a nuestros
    adversarios. Mientras nosotros mismos nos imponemos toda clase
    de limitaciones en forma de normas morales y éticas, nuestros
    adversarios no tienen ninguna. De hecho, utilizan nuestros
    propios códigos de conducta ética en contra nuestra. Mientras
    nosotros le damos mil vueltas a lo que tenemos que hacer «para
    quedar bien» delante de nosotros mismos y el resto del mundo,
    nuestros adversarios concentran todas sus energias en
    pisotearnos por la vía que sea. Y ya sé que esto es triste de
    aceptar, pero con este contraste de actitudes entre unos y
    otros, es practicamente imposible ganar. En el fondo, nuestra
    actitud es tan absurda como estar delante de un lobo rabioso y
    hambriento, que se nos quiere zampar crudo y recitarle poesías
    de Miquel Martí i Pol, esperando que la belleza de sus versos
    conmueva a la bestia y la haga reflexionar. Algunos dirán que
    los catalanes somos unos idealistas….pero quizá sería más
    correcto decir que somos unos imbéciles por actuar de esta
    manera. A la m. con la Injusticia española prevaricadora, títere
    de los fascistas y corruptos. Si me pegan, me divorcio. Som
    República !!*!!

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