‘Zona Especial Noise’, la enciclopedia del underground musical de los 80 tapado por La Movida

  • Con el objetivo de preservar la memoria de muchos grupos que se quedaron fuera de la historia oficial, David Von Rivers ha publicado el libro ‘Zona Especial Noise’
  • “Considero este libro como una especie de cara B de La Movida, o quizás de todo lo que se quedó ensombrecido por La Movida”, afirma el escritor
  • La publicación contiene referencias a grupos de punk, hardcore, metal, trash, grindocre...Pero la etiqueta de consenso es "música extremista"

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Los años 80. Ríos de tinta han corrido sobre esta década en lo que a cuestiones culturales se refieren. España comenzaba una nueva etapa. Moría Franco y, según nos han contado, se produjo una explosión de libertad creativa en todas las artes. La música, claro, no iba a ser una excepción. De lo que más hemos escuchado, visto y leído ha sido sobre aquello que se llamó “La Movida”. Pero como en toda historia, este fenómeno tuvo su cara B. Incluso, su cara C. Con el objetivo de preservar la memoria de muchos grupos que se quedaron fuera de la historia oficial, el asturiano David Von Rivers ha publicado recientemente el libro Zona Especial Noise (Beat Generation/Munster Records, 2020): una “crónica de una destrucción musical en el underground español de los años 80”.

Con nada más y nada menos que 714 páginas, esta publicación funciona como una auténtica enciclopedia de bandas, actuaciones, discos, anécdotas y datos de una escena. Pero, ¿qué tipo de música se puede encontrar en su interior? Pues punk, hardcore, metal, trash, grindocre...Pero la etiqueta de consenso es "música extremista". Lo explica Von Rivers en la introducción y también en conversación con cuartopoder. “Distingo entre extremista y extremo, creo que lo primero es lo que define mejor la tendencia de una parte de la música punk, hardcore y metal de los años 80. En esa época hay una serie de géneros y subgéneros que van tirando hacia la crudeza. Son subgéneros cada vez más crudos, más extremos y radicales. El concepto, en todo caso, va cambiando según la época y según una parte del público vaya asentando esos sonidos. Muchos grupos pueden ser considerados extremistas a principios de los 80 pero a finales ya no lo eran porque se había aceptado e integrado esa agresividad”, afirma.

¿Qué características generales tenían este tipo de grupos? El escritor pone algunos ejemplos: “Ser desde grupos muy rápidos con canciones muy cortas, grupos muy lentos con canciones muy largas, uso de la voz con el recurso del grito, guitarras muy distorsionadas, frecuencias muy graves o agudas, ambas cosas juntas, producciones muy crudas y humildes….y luego toda una serie de contenidos en las letras de denuncia política”.

Von Rivers explica que llevaba bastante tiempo queriendo hacer algo para preservar la historia de determinados grupos que sentía que no estaban siendo cubiertos bibliográficamente. Empezó a escribirlo en 2011 pero reciclando material de cosas que había hecho anteriormente. En todo este tiempo vio que se publicaban cosas sobre todo de escenas regionales, especialmente de Barcelona, Euskadi o Valencia. “Vi que se iba llenando ese hueco pero no lo correspondiente a este tipo de grupos más underground o extremistas. Este tipo de grupos han sido maltratados, cuando aparecían en otros libros se hacía de manera desnaturalizada, sin atender al contexto de la época y sobre todo, a las influencias externas”, afirma. En la introducción del libro se explica la importancia de las influencias extranjeras. “Por eso digo que no pueden ser considerados grupos demasiado autóctonos, de ahí el título del libro donde juego con lo de noise. Tuvieron mucha influencia de bandas de fuera”.

La lista de grupos que aparecen en la publicación es interminable. Difícil destacar algunos pocos. Pero Von Rivers pone en valor la relevancia de las bandas vascas Tortura Sistematika y su continuación, Ruido De Rabia. “Los considero el hilo conductor por la evolución que tienen. Los considero equivalentes narrativos a los británicos Napalm Death, porque son grupos que empiezan en el ámbito del hardcore-punk, eran los pioneros del género en el Estado, hacían hardcore muy crudo, rudimentario, muy marciano para la época. Estaban vinculados sobre todo al universo de la autogestión y los fanzines. Luego pasan a ser Ruido de Rabia, que van cogiendo influencias del metal”, explica.

Otra de las bandas importantes que aparecen son, también desde Euskadi, los RIP. “Era un punk que rozaba el hardcore británico, a principios de lo 80. A los punks que buscaban sonidos más directos les gustaban. Luego tuvieron una influencia más melódica, por así decirlo”, señala. De Catalunya destacan, por ejemplo, Anti/Dogmatics, grupo de punk y luego de hardcore, muy activos en 1984, o HHH, “un grupo que empezaron siendo tres amigos, aislados de las principales escenas, siempre fieles a sus principios y que tuvieron cierta repercusión internacional”. Por mencionar algún grupo más, nos quedamos con otros que aparecen destacados en la contraportada del libro: Attak, Frenopatics, IV Reich, Subterranean Kids, Último Gobierno, Máximo Volumen, Anestesia, El Kaso Urkijo….

“Considero este libro como una especie de cara B de La Movida, o quizás de todo lo que se quedó ensombrecido por La Movida”, afirma Von Rivers. Para el escritor asturiano, este fenómeno “tuvo sus luces”, como “la renovación del género o la inclusión de la mujer y colectivo LGTBI”. “Pero se le dio demasiada cancha, este libro es sobre todo lo que quedó por debajo de ella”, afirma. Incluso hace referencia también a lo que quedó incluso por debajo del llamado Rock Radikal Vasko (RRV), un “movimiento popular muy grande” que creció sin el apoyo de los medios oficiales. Las bandas que fueron encasilladas en esa etiqueta cuentan con mucha más bibliografía y más conocida. En una capa más abajo, más subterránea, se enmarcaría Zona Especial Noise, que por cierto juega con el concepto Zona Especial Norte, un plan especial del Ministerio del Interior que dirigía José Barrionuevo en 1983 para frenar la “lucha antiterrorista” en Euskadi. Así llamaron además a su primer EP, compartido, Eskorbuto y RIP en 1984.

El contexto social de todo lo que rodeaba a la música es muy importante y está ampliamente tratado en el libro. “Muchos de estos grupos se dieron cuenta a principios de los 80 que estaban conectados a través de fanzines y demás, y con otras bandas de fuera. Y que era necesario a autogestionar sus propios espacios”, señala Von Rivers. Por aquella época eran frecuentes algunos conflictos con salas y bares por los detalles de los conciertos. “Se dieron cuenta de la importancia de la autogestión, se habían creado movimientos de asambleas de okupas, especialmente en Euskadi y Barcelona. Especialmente en los 80 se crearon en Euskadi una red de gaztetxes y casas okupas muy potentes”, señala. Comunes eran entonces los circuitos de conciertos por locales autogestionados y okupas.

La autogestión puramente musical, la edición de los discos, tardó un poco más, según Von Rivers. “Esto se tardó bastante, se hizo un poco la muleta de Italia, que tenía una escena underground mucho más potente que logró más trascendencia fuera. El primer disco autoeditado cien por cien se considera el compartido entre Último Gobierno y Ruido de Rabia, en 1987”, destaca.

¿Queda algo de todo lo desarrollado en aquella década? Para Von Rivers, “la escena está difuminada”. Pero en cuestión de “espíritu, los valores de la autogestión, de crear comunidad y espacios seguros donde intercambiar experiencias, todo sigue muy vivo”. En lo puramente musical destaca que la palabra punk “se ha convertido en algo demasiado amplio y bajo ese paraguas conviven muchas realidades”. “Pero sí hay una escena pequeña, autogestionada, de gente que está en contacto unos con otros, cooperan y hacen propuestas muy interesantes que incluso están incorporando nuevos temas y recursos”. En este sentido destaca que, por ejemplo, el feminismo ha entrado en la escena hardcore punk y los colectivos LGBTI también expresan su voz. “Esto es una renovación continua, la música extremista no es nueva ,es bastante vieja creativamente. Pero lo que es el espíritu y que sirva como una herramienta de comunicación y expresión, sigue más vigente que nunca”, incide.

David Von Rivers está ya elaborando un volumen 2, que cubrirá los años 90. “Es una época interesante. No se ha escrito mucho sobre los 90, parece que todo germina en los 80 y en la década siguiente hay cosas que suceden interesantes”. La historia, por tanto, continuará.

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