Así tejen PSOE y Unidas Podemos la cultura de coalición estatal pese a las tensiones

  • El gobierno de coalición ha superado tensiones estos siete meses, pero Sánchez reivindica un ejecutivo fuerte y una legislatura larga
  • Presumen de haber puesto en marcha el 55% de los 428 compromisos del acuerdo de coalición
 

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Siete meses ha tenido el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos para llenar esa hoja en blanco que era la "cultura de coalición" en el Estado español hasta 2020. Aunque ha sido una primera etapa de legislatura atípica, con la crisis sanitaria de la covid-19 parando España, ambas formaciones ya han superado algunos desacuerdos importantes. Estas son las claves.

Cuando crearon la coalición estatal, ya había múltiples y variadas experiencias a nivel autonómico, desde Catalunya a Comunidad Valenciana, pasando por Andalucía. También en el ámbito europeo, donde países como Italia o Alemania comparten el poder entre varios partidos. En España, la coalición tardó más en llegar y solo fue posible tras una repetición electoral. El primer reto fue superar la desconfianza inicial entre PSOE y Unidas Podemos. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llegó a decir que no dormiría tranquilo con ministros morados en su gabinete.

El primer paso: establecer mecanismos de control

El Gobierno apostó por repartirse los ministerios de manera proporcional y por configurar un Consejo de Ministros amplio. A diferencia del gobierno valenciano, que impuso el mestizaje en sus cargos, el Ejecutivo central se decidió por estructuras estancas. Sin embargo, sí diseñaron algunos mecanismos de evaluación. El primero, el propio cumplimiento del programa, del que dio cuentas el presidente el pasado 4 de agosto. Según sus cálculos, en estos primeros meses se han puesto en marcha más del 55% de los 428 compromisos del acuerdo firmado entre PSOE y UP. Prevé que el 17,3% esté completado a finales de año.

Además, para llevar control sobre el cumplimiento del pacto se estableció una comisión de seguimiento del acuerdo que se reunió por última vez el 16 de julio tras las elecciones gallegas y vascas. Aunque las relaciones son fluidas también en el Congreso, es una forma de escenificar la buena marcha de la coalición.

La comunicación de las diferencias

En los últimos meses, ha habido muchos momentos tensos dentro de la coalición, desde el enfrentamiento Irene Montero-Carmen Calvo por la ley de libertad sexual, hasta las tensiones entre Pablo Iglesias y Nadia Calviño en las negociaciones de las medidas para abordar la pandemia. Los morados siempre han hecho trascender estas diferencias para que su electorado siga distinguiéndolos de los socialistas, conscientes de que el partido pequeño en una coalición corre el peligro de ser asimilado por el mayor. Sin embargo, las tensiones se han hecho más visibles en agosto, cuando los morados se han quejado de manera pública de la reunión de la parte socialista del Gobierno con Ciudadanos en Moncloa, en la que no había representación de UP, o la negociación de la salida de Juan Carlos I.

Aunque no son diferencias menores, en el Consejo de ministros del 4 de agosto quedó claro que el Gobierno sigue funcionado y que su posición es la defensa de la Corona. Eso no quita que Podemos tenga un discurso propio sobre la monarquía, pero no pasa de eso. No hay opciones de un cambio en la jefatura del Estado y, por el momento, no se hacen propuestas legislativas concretas, más allá de las comisiones de investigación en el Congreso que nunca salen adelante.

Los líderes, clave para desengrasar

Cada vez que hay situaciones de tensión de alto voltaje, son los líderes de ambas formaciones los encargados de limar las asperezas y desencallarlas, como declaró el propio vicepresidente segundo en una entrevista en Telecinco: "Cuando hay una situación molesta, lo resolvemos Pedro Sánchez y yo".

Independientemente de la posición de los ministros socialistas, el presidente, además, se encarga de defender siempre públicamente el conjunto de la coalición y de resaltar que encabeza un Gobierno "fuerte" para una legislatura larga. Además, tampoco hacen sangre en los temas más delicados como el caso Dina o el de la supuesta caja B de Podemos.

Reparto de roles

El reparto de roles en el Gobierno está claro. El PSOE se quedó con las llamadas "carteras de Estado" y durante toda la pandemia han sido los ministros socialistas (Defensa, Interior, Transportes y Sanidad) los que han concentrado las competencias del mando único. Sin embargo, a Podemos se le ha reservado también su hueco comunicativo, presentando la coordinación de los servicios sociales del escudo social en Moncloa o vendiendo como un éxito de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, las medidas consensuadas entre patronal y sindicatos.

Materias que eran esenciales para Unidas Podemos, como la migración, hoy quedan aparcadas bajo el mando del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuya estrategia es la colaboración con los países de origen. Aunque los morados han propuesto regularizar a los migrantes que estaban en España antes del estado de alarma, lo han hecho mediante un documento abierto que enviaron al resto de grupos parlamentarios del Congreso, ni siquiera es una propuesta legislativa, pero les permite tener agenda propia en los medios.

No hay alternativa

El contexto también hace que el Gobierno se cohesione. El Ejecutivo se formó tras una repetición electoral, es decir, después de que los españoles no le otorgara a ningún partido la capacidad de gobernar en solitario. Las tres derechas (PP, Vox y Ciudadanos) tampoco no suman. La moción de censura propuesta por Santiago Abascal ni siquiera tiene visos de prosperar. Por tanto, ninguna de las dos formaciones saldría ganadora de una crisis de gobierno o una convocatoria electoral.

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1 Comment
  1. Miguel says

    Para la parte de los que no queremos pertenecer al rebaño de apacibles y dóciles mansos que bien se ha encargado el penoso régimen de tener bien apacentados con las verbenas , el fútbol , los Peñafieles y sus fervorosos Juancarlismos , las Santas Compañas de procesionarios con sus caperuzas de Ku klus Klan en versión española , la cabra de la legión y los » cabritos………. ( por no aumentarlos la edad y tener que decir » los cabrones» ), los matarifes torturadores ataviados con estrafalarias vestimentas y tantas otras cuestiones decadentes y penosas ; tenemos de momento ( si no se lo terminan cargando……….) un pequeño oasis de esperanza gracias a UP.
    Y llegada la situación de la desaparición o anulación de UP como posibilidad de cambiar este jodido país fascista y cortijero que seguimos teniendo ; auguro : » pues que gane el que sea más corrupto de los que se presenten a las elecciones…………» .
    PD
    También sería un contundente mensaje para la mafia que supone ser este régimen pseudo democrático que padecemos y que nos dicen ser inalterable : » que todo dios se quede en casa o se vaya de picnic el día en que convoquen para las urnas y la » chufa electoral» .
    Salud y ojito avizor.

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