DESIGUALDAD / La desigualdad les acompaña toda la vida

Mujeres y pensionistas: las jubiladas también acusan la brecha de género

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Pensionistas protesta Congreso
Manifestación de pensionistas el pasado 22 de febrero frente al Congreso de los Diputados. / UGT (Facebook)

Las pensionistas más reivindicativas van a tener varios días señalados en el calendario de marzo. Además de la manifestación del próximo 17, convocada por la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, apoyarán la huelga feminista del próximo día 8. Tienen motivos fundados. Si la brecha salarial castiga a las trabajadoras cobrando un 23% menos que sus compañeros, la grieta media en las pensiones supera el 37%, según los datos de 2016 analizados por la Unión General de Trabajadores (UGT). El sistema contributivo y las desigualdades son las culpables.

Este desfase entre hombres y mujeres en las prestaciones se explica por la propia vida laboral de esta generación y la desigualdad que la ha gobernado. “Las mujeres han tenido peores puestos de trabajo y después les ha afectado a la pensión. Incluso, muchas compañeras cuando se casaban dejaban el trabajo. Para algunas cosas aún había que pedir permiso a tu marido en esa época”, recuerda Carmen Chacón Roldán, miembro de la coordinadora de pensionistas, sobre sus compañeras más veteranas. Otras muchas trabajaron cosiendo en casa o limpiando otros hogares, pero sin cotizar y por “salarios casi esclavistas” para poder llevar un complemento a casa.

Por tanto, sus carreras de cotización suelen ser más cortas, con peores salarios y sufriendo las contrataciones a tiempo parcial, algo que se refleja ahora en sus pensiones. De media, las mujeres reciben unos 706,44 euros, mientras sus compañeros ingresan 1.119,60 euros, según el informe ‘El sistema de pensiones agranda la brecha de género’ de UGT.

Los techos de cristal no solo frenan las aspiraciones de las trabajadoras, también les impide tener mejores salarios. “Las mujeres no llegaban a las direcciones de las grandes empresas. Un ejemplo es el sector de la enseñanza. Siendo un colectivo donde había muchas mujeres, pocas llegaban a las direcciones”, recuerda Chacón. Esto ha hecho que los salarios altos se concentrasen en ellos. Analizando los polos a través del citado documento, los hombres “representan el 80,38% de quienes reciben pensiones entre 1.800,01 y 2.000 euros y el 83,02% entre quienes perciben pensiones por encima de los dos mil euros”. Al otro lado, las mujeres reciben de forma abrumadora las prestaciones más bajas. Son el 73,57% de quienes cobran menos de 500 euros y 67,87% del tramo de 500 a 700 euros. 

Los cuidados y el hogar

El día 8 de marzo también saldrán a reivindicar el trabajo que no aparece en las estadísticas, pero que siguen haciendo también pasados los 65, como encargarse del hogar o cuidar a sus nietos, labores poco valoradas socialmente, pero que sostienen silenciosamente el sistema. Además, Chacón recuerda que ellas han asumido los cuidados de los dependientes, siendo las damnificadas colaterales de los recortes en esta materia. En algunas ocasiones esto ha significado que dejasen de lado su carrera laboral.

El anclaje de la mujer al hogar provocó que muchas de ellas se dedicaran a su casa mientras sus maridos salían a trabajar. Llegada la vejez, ellas viven más. Perciben el 96,19 por ciento de las pensiones de viudedad, el único ingreso propio que algunas de ellas tendrán en toda su vida. Según UGT, la media está en 645,15 euros, es decir, por debajo del salario mínimo. En este caso, son los hombres los que soportan la brecha, ya que los viudos cobran de media 483,30 euros.

Chacón recuerda que las medias engañan y que hay muchas personas por debajo que están “rozando la mendicidad”. También avisa de cómo las desigualdades se extienden territorialmente: “No es lo mismo vivir en un barrio marginal que en otro con unas condiciones precarias y todo se refleja en la calidad de vida”. 

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