El año en el que Felipe González (casi) activa el artículo 155 para las islas Canarias

El artículo 155 de la Constitución se da ya por activado, pero eso no significa que termine aplicándose. En los últimos días, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se remite en algunas entrevistas a un episodio de la etapa del expresidente Felipe González donde estuvo a punto de ponerse en marcha esta herramienta constitucional. El líder de la oposición quiere ejemplificar con esta activación fallida que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, aún tiene tiempo de rectificar para que el Estado no tenga que obligar a Cataluña a cumplir con sus obligaciones.

No es de extrañar que Felipe González haya declarado sin tapujos que, en la situación de Rajoy, él "habría aplicado el 155". Estuvo a punto de hacerlo, pero en este caso, nada tenía que ver con una declaración secesionista, sino con un desafío fiscal. En 1989, la adhesión a la Comunidad Europea exigía que se eliminaran ciertos aranceles de los que el Gobierno de Canarias, entonces capitaneado por el dirigente del CDS, Lorenzo Olarte, se negaba a prescindir. Creía que el nuevo concierto perjudicaba a las islas y las hacía menos competitivas. "Nadie nos dijo nada: Todo eran promesas pero nada concreto", explicaba en Rac1 el propio Olarte. De hecho, en alguna ocasión, Felipe González evitó reunirse directamente con él aludiendo a su apretada agenda, un desplante que no les gustó a las autoridades canarias.

El entonces presidente del Gobierno podría haber usado el 155 para que el Estado asumiera las competencias fiscales y obligar a Canarias a hacer las rebajas arancelarias que exigía Bruselas, aunque en ese momento esta amenaza no tuvo el debate público que ha cosechado hoy en el caso de Cataluña. González también acudió al Tribunal Constitucional, tal y como publicaba entonces el periódico ABC, una página en la que también relatan las presiones de Europa para que Madrid hiciera cumplir a la Comunidad Autónoma díscola.

Las incertidumbres que provocaba entonces la adhesión a la Unión Europea y la rebeldía fiscal de Canarias ocuparon entonces varias páginas de periódicos."Ante la falta de acuerdo, el Gobierno canario decidió unilateralmente no aplicar la reducción arancelaria de un 15%, que tenía que haber entrado en vigor el pasado 1 de enero. Inmediatamente, Bruselas advirtió de la irregularidad al Gobierno español, que, por cierto, ha de pagar a las arcas comunitarias la parte proporcional del IVA correspondiente a Canarias", aseveraba un Editorial en el periódico El País publicado el 11 de febrero de 1989 y que llevaba por título "El embrollo canario". Esta acción fue vista como un pulso fiscal desde Moncloa, que no dudó en actuar.

Ante la negativa, la escalada de tensión entre el Ejecutivo canario y el entonces ministro de Hacienda, Carlos Solchaga, comenzó a crecer hasta el punto de que el Consejo de Ministros, a través de Virgilio Zapata, llegó a mandarle un requerimiento donde le amenazaba con aplicar el 155. "Pasé olímpicamente de la carta", ha recordado Olarte esta semana, que cree que la situación de las islas no perjudicaba en absoluto a España y, por tanto, no había motivos para este recurso constitucional.

Sin embargo, tras varios tiras y aflojas las negociaciones entre ambos equipos económicos se intensificaron y consiguieron llegar a un acuerdo que evitó el desastre. Uno de los políticos más implicado fue otro de los protagonistas de los últimos días en Cataluña, el socialista Josep Borrell, que entonces era secretario de Estado de Hacienda.