PRIMERAS CONSECUENCIAS / La decisión divide a los socialistas catalanes

El apoyo del PSOE al 155 abre otro capítulo de tensiones en el seno del socialismo catalán

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Pedro Sánchez Y Miquel Iceta
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PSC, Miquel Iceta, el pasado 15 de julio en Barcelona. / PSOE (Flickr)

El apoyo a la aplicación del artículo 155 en Cataluña no es gratis para el PSOE y menos, después de que se haya apostado por una intervención amplia que dirigentes del partido presumieron haber limado. Aunque el epicentro de este respaldo estuviera en Ferraz, los primeros movimientos se han dejado sentir en su partido hermano en Cataluña, el PSC. Núria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma y voz relevante del PSC, ha dimitido de su puesto en la Ejecutiva del PSOE como secretaria del área de Cohesión social. Este domingo era el secretario de organización del PSC en Manresa, Xavier Vera, el que dejaba su cargo. Esta herramienta constitucional parece haber tensionado, de nuevo, a los socialistas catalanes.

"Si algo de lo que se haga nos parece mal, lo diremos", aseguraban fuentes del PSC hace unos días a este medio. La formación catalana ha sido sensiblemente más crítica que el PSOE en las últimas semanas a las decisiones de los dos Gobiernos condenados al choque de trenes: el Ejecutivo central y la Generalitat. "Ni DIU, ni 155", decía el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, tras ofrecerse como puente entre ambos dirigentes. No llegó la declaración de independencia, pero sí la aplicación del mencionado artículo, que el PSOE apoyó y el PSC también. Un movimiento que no es asumible para algunos de los líderes de los consistorios, a la luz de los últimos acontecimientos.

Es difícil que a Ferraz le sorprendiera la renuncia de Parlón tras aplicarse el 155. La alcaldesa llevaba meses posicionándose públicamente en contra. Incluso, en junio defendió que se apelase "a la comunidad internacional” si el Ejecutivo intervenía la autonomía catalana. El portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Óscar Puente, solo tardó unos días en desautorizarla, alegando que la opinión de la alcaldesa era "a título personal” y que no representaba al partido.

Pero la posición del PSOE antes del verano sobre el 155 no era la misma que a día de hoy. En junio, el mismo Puente había calificado de "cruenta" la aplicación de este artículo y el 7 de julio, la portavoz del PSOE en el Congreso, Margarita Robles, aseguró que "nunca sería una solución procedente y nunca la apoyaríamos”. Pero los acontecimientos posteriores lo cambiaron todo, especialmente, el 10 de octubre cuando Carles Puigdemont anuncio una independencia que suspendió a los pocos segundos.

Para Parlon, la aplicación del 155 "amplifica la fractura emocional y territorial entre Cataluña y España. ¡Necesitamos abrir otro camino sin demora!", tal y como ha explicado en su cuenta de Twitter. Esta alcaldesa es una de las cuatro firmantes, junto a los líderes de Terrassa, Jordi Ballart, Granollers, Josep Mayoral, y Castellar del Vallès, Ignasi Giménez, que expresaron mediante un comunicado su "más radical desacuerdo y rechazo" al 155.

Después de que Parlon comunicara la noticia a Sánchez, el PSOE expresó "respeto" hacia su decisión "dada la situación actual de máxima tensión en Cataluña", según explicaba en un comunicado. El entorno de Parlón prefiere no echar más leña al fuego y evita las críticas a la Ejecutiva. Pero esta dirigente catalana no es la única que ha mostrado su desacuerdo con el 155.  El sábado fue una jornada de reflexión para algunos dirigentes catalanes: "Después de mucho meditar, hoy he decidido dejar de ser secretario Organización PSC #Manresa. No estoy de acuerdo con el artículo 155", explicaba en su Twitter Xavier Vera.

Unas horas antes, el portavoz del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, calificaba de "fracaso histórico" lo acontecido el sábado y comparaba el mencionado artículo constitucional y declaración de independencia: "¡Así no! 155 y DUI son expresión de un fracaso histórico. @KRLS convoque elecciones, dé voz a toda la ciudadanía de Catalunya. Estamos a tiempo". De hecho, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió al PSC que no apoyase esta intervención y advirtió de que si lo hacía, su formación abriría un "periodo de reflexión" sobre su Gobierno.

La estrategia: culpar a Puigdemont y pedir elecciones

Para muchas voces del PSC, unas elecciones convocadas por el propio President serían la solución más viable. Así lo ha expresado la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat y dirigente del PSC, Núria Marín, que ha focalizado el problema en Puigdemont: "Me niego a creer que no hay más opciones. le pido por responsabilidad histórica que convoque elecciones y salve nuestro autogobierno", escribía en sus redes sociales. Sin embargo, el conseller de Presidència de la Generalitat, Jordi Turull, ya ha salido al paso aclarando que, por el momento, una convocatoria de elecciones autonómicas "no está sobre la mesa".

Iceta tenía también un consejo para el Govern: "Salir de la legalidad era provocar el choque de trenes. Para evitarlo: convocar elecciones o ir al Senado para ofrecer Pacto de Estado por Catalunya", publicaba en su Twitter. Según desveló La Sexta, el líder del PSC se reunió en secreto con Puigdemont el viernes, horas antes de que el Consejo de Ministros concretara cómo se aplicaría el 155 en Cataluña. En el PSOE son conscientes de que, desde que se recrudeció el desafío secesionista, cada decisión que toman tiene eco sus socios catalanes, especialmente en su músculo municipal. Los alcaldes son los que a partir de ahora tendrán que explicarles a los ciudadanos, cara a cara, por qué han apoyado la intervención del autogobierno.

Sánchez daba un discurso este domingo en el congreso de los socialistas madrileños donde las críticas se centraban en el Govern: “Nadie ha hecho tanto contra el autogobierno de Catalunya como el secesionismo”, explicaba ante el auditorio. “El problema de Catalunya no es España, son sus malos gobernantes”, continuaba en un ataque directo a Puigdemont y su equipo que, si nada cambia, serán cesados cuando el 155 se apruebe en el Senado y entre en vigor.

La tensión que vive estos días el PSC a causa del PSOE es solo el último capítulo de una larga, y fructífera, relación que ambas formaciones han tejido en las últimas décadas. Aún así, en la actualidad, Sánchez e Iceta han mostrado en innumerables ocasiones su buena sintonía personal que, hasta ahora, no ha dado visos de romperse. Hacemos un repaso de algunos otros momentos de conflicto entre ambas formaciones.

Maragall y Zapatero, de la seducción a la decepción

Durante los últimos años, las relaciones entre PSOE y PSC han sido irregulares. Desde que en julio de 1978 se firmó el ‘Protocolo de Unidad Socialista’, que fusionaba la Federación de Socialistas de Cataluña-PSOE, el PSC-Congrés y el PSC-Reagrupament, que dieron lugar al Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC-PSOE), la relación de ambas formaciones ha pasado altibajos pero también ha sumado éxitos. “Los socialistas catalanes ayudaron a consolidar el marco español que tenemos ahora y tuvieron un papel relevante en la vuelta de la Generalitat y de Josep Tarradellas”, argumentaba el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, a este medio hace unas semanas.

Muchos sitúan el origen de la actual movilización secesionista en Cataluña en el rechazo de varios artículos del Estatuto de Autonomía catalán de 2006 en el Tribunal Constitucional. Este polémico documento fue fruto de la negociación del secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PSC, Pasqual Maragall. Con un imbatible Jordi Pujol al frente de la Generalitat, el que fuera un carismático alcalde de Barcelona ‘sedujo’, en palabras de un diputado de la época, a Zapatero para que diera más autonomía al PSC y dejara que diera un giro catalanista, convencido de que esto le permitiría alcanzar el Gobierno catalán definitivamente, como sucedió al final gracias al apoyo de ERC e ICV.

Maragall ya llevaba años hablando de un federalismo asimétrico que despertaba el recelo de algunos colegas de partido. El expresidente del Gobierno incluso prometió en la campaña de 2003 que apoyaría la reforma del Estatuto que aprobase el Parlamento catalán. Cuando el Estatuto llegó al Congreso de los Diputados, el mismo Alfonso Guerra, entonces presidente de la comisión constitucional, llegó a decir que lo “cepillaron”. Maragall abandonó el PSC en 2007 decepcionado.

Cuando el PSOE sí defendió el derecho a decidir

Sin embargo, ni el PSOE ni el PSC de hoy en día tienen nada que ver con los de aquella época. La formación que lidera Iceta está muy lejos de esas cifras electorales tras varias debacles y el ala más catalanista del partido lo abandonó bajo la secretaría de Pere Navarro, que defendió el derecho a decidir, y que tuvo que dimitir en junio de 2014 agotado tras las luchas internas y los malos resultados. La formación estaba entonces partida entre los catalanistas y los autonomistas de José Montilla, que había cogido el relevo a Maragall. El entonces secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, trazó una hoja de ruta muy clara hacia el federalismo en la Declaración de Granada de 2013. Precisamente fue este veterano político el que había derrotado en las ajustadísimas primarias de 2012 a la mujer que, según creen algunos, podría haber cerrado las fisuras: la catalana Carme Chacón.

Solo el tiempo dirá si finalmente PSOE y PSC son capaces de materializar la vía del diálogo para Cataluña en algo más que buenos propósitos, sumando un nuevo éxito al tándem, y sitúandose como ala alternativa de izquierdas no independentista. De momento, el 155 podría haber creado fisuras en la formación catalana.

1 Comment
  1. florentino del Amo Antolin says

    Esta cronica anunciada, no se puede tapar con ninguna bandera. Aquellos, que suben al estrado queriendo ocupar un lugar, que nadie le votó; lo dice todo: Los Borrell, Izetas, Tebas, falangistas… Provocaron ( a un más ); lo que viene disfrazado de leyes, legalidades, articulos, de 3%… Una dictadura, Monarquica sin avales homologables en cualquier País. Un Gobierno sin mayoria… Son culpables, de lo que pueda suceder, los que apoyan al partido de la corrupción neo franquista. No se olvidará facilmente tamaña estulticia.

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