Campaña España

  • Comienza la campaña electoral con más indecisos

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Arranca la campaña electoral en la que más votos hay en juego. Según el CIS, casi el 42% de los votantes todavía no han seleccionado su papeleta para el próximo 28 de abril. Es por ello que los distintos partidos otorgan a esta campaña electoral, que comenzó anoche con la tradicional pegada de carteles, máxima importancia. Una campaña, además, que llega en un momento de relevante inestabilidad política, de ruptura de consensos como el territorial o el social y en la que los medios de comunicación, más si cabe que en pasados comicios, aspiran a ser protagonistas en un momento en el que, también, están en tela de juicio para importantes sectores sociales.

Una campaña-espectáculo que llega oficialmente tras varias semanas de campaña oficiosa. Las encuestas se han prodigado estos días y los diferentes medios de comunicación han publicado sondeos de los que podemos extraer algunas conclusiones para la gobernanza: el PSOE parte como partido favorito para ganar las elecciones, pero Sánchez no tiene garantizado dormir en el colchón de la Moncloa. Queda abierta la suma para un gobierno de las derechas y ultraderechas de PP, Ciudadanos y Vox; el PSOE podría lograr la gobernanza el próximo domingo 28 pactando a su izquierda, con Unidas Podemos y con apoyos de nacionalistas e independentistas catalanes y vascos, o a su derecha, con Ciudadanos.

Por otro lado, las tendencias demoscópicas ofrecen al antiguo bipartidismo una de cal y otra de arena. Mientras Pedro Sánchez y su corta etapa como gobierno parece haber seducido a los españoles y se vislumbra como fuerza más votada, el PP de Pablo Casado podría tocar suelo histórico y producirse una debacle en la calle Génova. Y es que, por primera vez, la derecha concurre dividida en tres en todo el Estado con opciones, los tres, de conseguir amplia representación en el próximo Congreso de los Diputados.

Si Ciudadanos tiene visos de ampliar su grupo parlamentario, la principal novedad de estos comicios será la irrupción de la fuerza ultraderechista Vox. Tras la patada que dio a todas las encuestas en Andalucía en los comicios autonómicos del pasado mes de diciembre, los de Santiago Abascal llegan a la campaña demostrando que son, todavía, una incógnita en el panorama político estatal. Si en Andalucía entraron en el Parlamento con 12 diputados, las sensaciones que aparecen tras los actos de precampaña de los ultras son difíciles de gestionar: arrasan en sus actos por las provincias del interior, llenaron hasta la bandera las cerca de 10.000 butacas de la Cubierta de Leganés el pasado fin de semana en su presentación de candidatos, aunque pincharon en el acto convocado previamente en la Plaça d'Espanya de Barcelona. El runrún de que las encuestas pueden no estar detectando un apoyo más masivo todavía a Vox, al no poder comparar estas la fidelidad de sus votantes, deja el escenario abierto en este sentido.

Las izquierdas al PSOE se presentan en un maremágnum de siglas tras la desintegración de parte de lo que en los últimos años ha supuesto el grupo confederal Unidos Podemos. Unidas Podemos, en esta ocasión, llegaba a la campaña asfixiado por las luchas internas, sobre todo, tras la ruptura de Íñigo Errejón con Podemos en Madrid y la creación de Más Madrid junto a Manuela Carmena. El terremoto que supuso este movimiento ha tenido réplicas constantes y el otrora llamado espacio del cambio, mutaciones.

Compromís, en Valencia, se presenta en solitario sin reeditar la coalición A La Valenciana del pasado. El espacio gallego, lo que fue En Marea, se transforma en En Común con la escisión, precisamente, de En Marea que concurre por separado y de Anova, que se mantendrá neutral en estos comicios. En Catalunya, la marcha de Comunistes de Catalunya a la candidatura de ERC, Sobiranistes, rompe un espacio, el de los comunes, que se fraguó, precisamente, siendo la primera fuerza política en las anteriores generales en Catalunya, En Comú Podem. En esta ocasión, la disputa por el primer puesto catalán parece jugarse entre ERC y PSC.

En Madrid, se echará en falta a Íñigo Errejón en la campaña, que aguardará su momento hasta mayo, una vez pasadas las generales, para reaparecer con fuerza conociendo cuál será el escenario político estatal para guiar su campaña en la Comunidad de Madrid. Además, Actúa, la plataforma de Gaspar Llamazares, puede pellizcar un puñado de votos en Madrid y Asturias de una izquierda desencantada con lo que ha supuesto el fenómeno Podemos del último lustro. Pacma, el partido animalista, echa cuentas y podría obtener representación, por primera vez, en el Congreso de los Diputados.

La vuelta de Pablo Iglesias al ruedo político, tras su permiso por paternidad, ha venido acompañado del lenguaje más radical contra el poder: multinacionales y grandes medios de comunicación. La apertura en la Audiencia Nacional de las investigaciones sobre la policía política y sus conexiones con algunos medios de comunicación para evitar que, hace tres años, Podemos pudiera llegar al gobierno junto al PSOE, han devuelto a Iglesias ese áurea de héroe que se enfrenta a los dioses, los poderes establecidos, devolviéndole la irreverencia perdida tras años en primera línea de la política institucional. Iglesias recupera espacio mediático, pero esto no se ve reflejado en una subida en los sondeos.

España es el mensaje

Ahora que la Constitución Española ha cumplido 40 años, es sin duda el concepto 'España' el que en buena medida estará presente en la campaña. Con las imágenes del 1-O todavía en muchas retinas, con los líderes independentistas sentados en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo, la crisis territorial será un tema omnipresente en los subterfugios de los discursos de campaña. Campaña España. Las apropiaciones por parte de las distintas fuerzas políticas del calificativo 'constitucional' están siendo una constante. La aparición de Vox, que se autoproclama salvador de España, tiñe la campaña de rojigualda.

Las tres derechas y ultraderechas han copiado el discurso de Aznar que sitúa a todo aquel que no sea PP, Ciudadanos y Vox fuera de lo constitucional. El PSOE se presenta como el garante de la estabilidad y de la posibilidad de tender puentes con más sectores sociales. Unidas Podemos, como la única fuerza estatal que puede proponer que los derechos sociales y políticos recogidos en la Constitución se materialicen. No en vano, presentó su programa electoral en forma de Constitución.

Campaña España, radiografiada hasta la extenuación por los medios de comunicación. A ritmo frenético de redes sociales y con la espectacularidad de unos canales de televisión privados que, desde hace años, amoldaron el formato del corazón a la política, los candidatos tendrán que alzar la voz para conseguir protagonismo. Campaña estatal en la que los bulos por WhatsApp y Telegram quieren dar que hablar al dictado de los bots.

El ruido, en política, se ha adueñado del escenario. El silencio y la falta de estridencia pueden ser otro valor a tener en cuenta esta campaña electoral. Frente al espectáculo y la búsqueda de mensajes sencillos que apelen a la emocionalidad, Pedro Sánchez quiere rentabilizar su apariencia presidencial. Casado se desespera con cada uno de sus errores. Rivera quiere volver a parecer de centro. Iglesias, alejarse de Galapagar, combatiendo con tirachinas a los tanques de la caverna mediática. Abascal, juega a Don Pelayo. El nacionalismo e independentismo catalán y vasco, retuerce los abusos que el Estado haya podido cometer. España, en campaña. Campaña España.

1 Comment
  1. ninja45 says

    En Spañistán a cualquier cosa le llaman «periodistas». Tres bocachanclas de la extrema
    derecha más reaccionaria (María Claver, Albert Castillón y Carlos Cuesta), se encargaron
    de dar voz a la pandilla de impresentables del «trifachito» en la manifestación del
    domingo 10-2-2019. Vaya ridículo que hicieron estos fascistas. Echenique cree evidente
    «el pinchazo de los trillizos de Aznar»: Casado, Rivera y Abascal. Mientras los
    independentistas organizamos cada año manifestaciones con millones de personas por el
    «derecho a decidir», que son obviadas por los gobiernos españoles de todos los colores y
    casi todos los medios, 45.000 descerebrados llenaron la Pza. Colón de Madrid y salieron
    en todas las televisiones «afectas al régimen»: TV1, Antena3, la Cuatro, Telecinco, la
    Sexta y la 13, ejemplo de manipulación y tergiversación informativa. España reconoce a
    Guaidó, pero sigue sin reconocer a Cataluña, a la que sigue considerando una colonia, a
    pesar de que los independentistas hemos ganado todas las elecciones. A la m. con la
    Injusticia española prevaricadora, títere de los fascistas y corruptos, vergüenza de
    Europa. Si me pegan, me divorcio. Som República !!*!!

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