La reunión Sánchez-Torra o cómo cumplir el expediente para convocar la mesa de diálogo

Pedro Sánchez y Joaquim Torra se volverán a encontrar cara a cara este jueves. La reunión entre presidente del Gobierno y president del Govern se desarrollará en el Palau de la Generalitat antes de la hora del almuerzo. A pesar de que viajará hasta Barcelona la ministra de Política Territorial, Carolina Darías, la previsión es un cara a cara entre los líderes de ambos ejecutivos. Durante las jornadas de jueves y viernes, Sánchez se reunirá también con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la presidenta de la Diputación, Núria Marín, y con una delegación de Barcelona Global, plataforma del empresariado de la capital catalana, tal y como anunciaba la Secretaría de Estado de Comunicación la semana pasada.

Según ha informado la ministra portavoz, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros desde Moncloa, la reunión servirá de anticipo para, posteriormente, convocar la Mesa de Diálogo entre Gobierno y Govern exigida por ERC en la negociación que facilitó que los republicanos facilitaran, mediante su abstención, la investidura de Sánchez. Una exigencia de Torra y el sector del Govern de JxCat era que antes de esa mesa entre ejecutivos se vieran los presidentes.

El encuentro con Torra incomoda a Sánchez. Torra ya ha sido inhabilitado como diputado del Parlament y pronto, se prevé, los será como president por el Tribunal Supremo. El pasado jueves, el Gobierno cambiaba de versión en seis horas ante el descontento manifiesto de ERC, a quien no tardaron en echarle en cara desde el entorno de JxCat que el presidente socialista no cumplía con lo acordado con los republicanos.

En un primer momento, cuando se conoció el anuncio del president de la Generalitat de que convocaría elecciones una vez se aprueben los nuevos presupuestos catalanes, desde Moncloa postergaban el inicio del diálogo con Catalunya hasta que se "constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern". Cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo", aseguraban por parte del Gobierno. Horas después, rectificación: "Para descartar cualquier duda respecto a nuestra voluntad de dialogar, manifestamos nuestra disposición a celebrar la mesa de diálogo entre gobiernos acordada, antes de las elecciones catalanas".

Para el Gobierno, la reunión del jueves es una muestra de su "vocación de facilitar puntos de encuentro". Sin embargo, vacía las expectativas de lo que se espera del encuentro entre presidentes, pues "no espera frutos en el corto plazo", aunque "sí unos raíles que nos permitan seguir transitando". La reunión, la enmarcan dentro de "la normalidad institucional", pero advierten: "La solución al conflicto catalán es compleja y va a requerir tiempo", aunque acuden "con espíritu constructivo" a la misma. Un inicio, el del jueves, del que esperan poco en Madrid, donde las esperanzas están depositadas en que se constituya un nuevo Govern tras los comicios catalanes más proclive al diálogo con Madrid.

En este sentido, diferentes encuestas recientes vaticinan una posible victoria de ERC en los próximos comicios catalanes. Además, el PSC obtendría unos mejores resultados y reforzaría su presencia en el futuro Parlament. Un cambio en la composición del Govern de la Generalitat es esperado en Madrid como clave para poder avanzar en el proceso de diálogo. Pero, hasta entonces, las expectativas son escasas, según se puede extraer de las palabras de Montero tras el Consejo de Ministros.

Así, las apelaciones a la necesidad de diálogo para solucionar el "conflicto político" han sido constantes por parte de Montero. "Queremos trasladar nuestra vocación inequívoca de diálogo". "La única solución pasa por el diálogo y este Gobierno se agotará explorando esas opciones de diálogo". "No creemos que se trate de una opción, se trata de una obligación democrática", valora, Montero, sobre el diálogo Moncloa-Palau de la Generalitat. Un diálogo que se reinicia este jueves, proseguirá con la convocatoria de la mesa de diálogo, pero se alargará y contará con nuevos actores en la política catalana.