De la mugre

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Pascual García

La mugre ya está aquí: parda, mate, entre arenosa y densa, amarrándolo todo, los bares y el resto de las cosas, nuestras tripas, nuestros corazones, que tienen un nombre muy bonito, pero que son una víscera. La mugre desciende desde los almibarados servicios de las plantas nobles, donde se la sacuden los miembros de los consejos de administración, hasta las cloacas... y más abajo todavía. Y durante el miccionado camino la mugre va haciendo su trabajo con lo que va quedando, con los inmóviles, con los acojonados, con los muertos de miedo, y consigue sacar de todos lo peor. La mugre se hizo carne y habitó entre nosotros. Esta noche volveré a acariciarle el sexo, como siempre, voluntarioso, intrépido, pero con las uñas rematadas por un arco iris de mierda parda, mate, entre arenosa y densa como ella, como la mugre.

 

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