Las 6 mejores novelas de serie negra del año

Juan Ángel Juristo

El thriller es, junto a la novela histórica, el género más vendido y editado en la producción narrativa en España, y no sólo entre nosotros, sino que podríamos generalizar a gran parte de los países europeos y Estados Unidos. El género conoce un auge sin igual y bien puede decirse que una buena parte de los escritores más dotados de la actual narrativa utilizan el thriller, a veces de modo esporádico, pero las más de las veces como su género de referencia, el único en el que escriben. Se da la circunstancia, además, de que muchas veces se combina la calidad excelente con un gran número de ventas, algo que no sucede en otros géneros, y que puede tener su razón de ser en que el thriller ha tomado el relevo de la novela realista y de denuncia social de otros tiempos. Ya nadie escribe Berlin Alexanderplatz, pero sí un thriller que da cuenta del infierno social del paro y de la marginación social. Este año, por otra parte, hemos asistido a la previsible exageración de los recursos del género con la llegada de lo más gore en la novela negra nórdica mientras en los autores de tradición latina el género sigue moviéndose en una combinación inteligente de la denuncia social, caso de Márkaris, con elementos tomados incluso de la novela psicológica, caso de la última novela de Marcelo Luján. A nuestro juicio seis han sido las mejores publicadas este año por motivos incluso antitéticos, seis que han dejado huella en la pasada Feria del Libro de Madrid.

• Los rostros de Victoria Bergman. Desde luego, el fenómeno del año es esta trilogía de Erik Axl Sund, que es como firman dos prestigiosos autores suecos, Jerkin Eriksson y Hákan Alexander Sundquist, y de la que en España se han publicado las dos primeras, Persona y Trauma, en Reservoir Books, Penguin Random House. En Francia, Suecia y Alemania se han vendido 5.000.000 de ejemplares en un año y ha sido incluso temario de algunas escuelas de sociología literaria, que no terminan de explicarse el éxito. No es difícil saber de ello: basta con retirarnos a los deseos más oscuros de nuestra alma. La trilogía nos vende infanticidio, pederastia, emigración, drogas, prostitución, desvaríos psicológicos de una detective, la imposibilidad y el desasosiego por alcanzar la paz, ansiedad social y personal a raudales... en fin, un retrato de nuestra sociedad actual pero caricaturizada en sus elementos más inconfesables, muy típico, por otro lado, de sociedades de puritana impronta. La limpieza e higiene del alma siempre conlleva que la suciedad se traslade a otro lado, aun sea de nuestra conciencia.

• Irène. Pierre Lemaitre ha sido ganador de Premio Goncourt y del Premio de Novela Negra Europa con esta novela que ha publicado Alfaguara. En ella, Lemaitre da inicio a la creación de otro de los innumerables detectives que en el mundo del thriller han sido, Camille Verhoeven. Se trata de un thriller inteligente, de corte marcadamente intelectual y que en el fondo es una reflexión sobre los límites del género.

• La golondrina negra, de Sissel Jo Gaza, en Alfaguara, es una de las grandes novelas danesas del género. Soren Marhauge es el detective encargado de dilucidar el asesinato del profesor Kristian Storm, destacado investigador en inmunología. Hay que decir que la autora de la novela es doctora en Biología y así lograremos entender lo bien construida que está esta trama que ha sido catalogada de novela negra científica. La historia es original, pero creo artificio manido la exageración de las diferencias generacionales entre Marhange, por ejemplo, y su novia. Es tópico llevado hasta la exasperación, y el género se presta a ello, sobre todo en el nórdico.

• El domador de leones. Otra nórdica, esta vez la sueca Camilla Läckberg, se ha llevado el gato al agua, es decir, ha sido de las autoras de género más vendidas este año, 15 millones de libros en Europa de la serie que le ha hecho famosa, Los crímenes de Fjällbacka, que edita Maeva. A pesar de lo bien construidas que están sus novelas, de lo perfilado de los caracteres de sus detectives Erica y Patrick –esta trata de la indagación en torno a una chica desaparecida cuatro meses atrás en una carretera–, uno no termina de quitarse de la cabeza que la tal Läckberg es en realidad uno de los muchos discípulos aventajados que le han salido a Stiegg Larsson.

• Hasta aquí hemos llegado. Y ahora un respiro. Petros Márkaris es un grande de la novela negra griega. El único, el incontestable, el griego capaz de hablar de igual a igual con Vázquez Montalbán, con Sciascia, bueno, más bien con Andrea Camilleri, es decir, lo mejor de la novela negra mediterránea. Hasta aquí hemos llegado, es el título que parece una premonición, que cierra la llamada Trilogía de la crisis, en Tusquets. Es un nuevo caso del inspector Kostas Jaritos: indigentes, gentes preocupadas por dotar a los más necesitados de Atenas de una comida diaria, las amenazas de Amanecer Dorado, asesinatos en Kalamata... un análisis lúcido de las causas de la crisis griega. Márkaris como portavoz de aquella generación que protagonizó la Guerra Civil y luchó por hacer un país mejor... a pesar de las corruptelas.

• Subsuelo. Para finalizar, una novela, en Salto de Página, del escritor argentino afincado en España, Marcelo Luján. El autor es algo más que un prometedor escritor de novela negra y en esta narración de corte de thriller, ha logrado crear una metáfora de los ambientes cerrados, hostiles, que recuerda El ángel exterminador, de Buñuel o esa inquietante metáfora de nuestro tiempo que es La peste, de Albert Camus. Luján ha conseguido realizar una de las grandes relatos sobre el suburbio de clase media y lo que se esconde tras los setos de nuestros jardines. Novela dotada de un estilo notable, Subsuelo huye de tramas paroxísticas e historias sacadas de la actualidad más previsible de ser utilizada en el género. Es inquietante porque nos habla de nuestra realidad cotidiana. De lo mejor que he leído en este género en español en lo que va de año. Y eso es mucho.