– ...Lalalala, lalala...
– Perdona que te moleste, amigo, pero tengo la impresión de que tú sí que sabes qué es eso de la felicidad... ¿Lo sabes?
– Bueno, eso depende de la gente. No es lo mismo para todo el mundo... Yo creo que se parece bastante a poder pagar de vez en cuando el alquiler... Se debe parecer a acercarse al supermercado con dinero suficiente para salir de allí con una botella de vodka, otra de Kahlúa, una caja de nata de leche y un fin de semana por delante... Eso y una bolsa de marihuana y unas semifinales en el campeonato local de bolos... y un polvo -si nos ponemos estupendos-, puede parecerse un poco a la felicidad... ¡Ah!... y tumbarse sobre la alfombra para escuchar crepitar un vinilo de los malditos Eagels mientras arde en la chimenea. Yo creo que debe ser algo parecido a eso.
– ¿Solo eso?
– Eso y dar cobijo eterno a las cenizas de un buen amigo en las narices...
– ¿Y nada más?
– Bueno... Y aguantar...