La memoria recobrada: los cinco libros españoles del siglo

1

Juan Ángel Juristo

Portadas de los 5 libros propuestos por Juan Ángel Juristo.
Portadas de los 5 libros propuestos por Juan Ángel Juristo.

El género nunca fue muy afortunado en nuestra tradición, sobre todo si nos atenemos a la de países como Inglaterra, Francia y Alemania. Detrás de esa desafección, o falta de interés, puede que se encuentre nuestra fuerte raíz católica, como en el rechazo de la literatura fantástica, consecuencia directa de la desaprobación ante la iniciativa individual, el respeto a la intimidad, vale decir, a los valores de la Modernidad. Decir diarios, libros de memorias, es decir respeto por uno mismo, por los valores que uno es capaz de defender ante los demás, representa un ejercicio de introspección personal que entre nosotros sólo tenían derecho a ejercerlo los curas, que sabían más de nosotros que nosotros mismos. Las memorias como tufo luterano. Ni que decir tiene que no es de extrañar la falta de grandes memorialistas en nuestras letras. Hasta el siglo XX, claro.
Somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos. El género explica, incluso por omisión, aquello que fuimos y lo que conforma nuestro presente. Dado que el verano es estación proclive al diálogo, a chafardear con los demás, damos una lista de los cinco grandes libros de memorias de las últimas décadas, por lo menos para hacernos la ilusión de que escuchamos otra voz. De memorias escritas por escritores. De ahí que sólo citemos a uno de los grandes monumentos memorialísticos de nuestro país, Los Diarios, de Manuel Azaña, porque aunque el estadista y fundador de Izquierda Republicana fue eminentemente un hombre de letras, su libro es crónica política, imprescindible para entender la historia de nuestro pasado siglo. Pero esto es ya otra cosa.

el-cuaderno-gris_97884233431571. El cuaderno gris. Josep Pla. 

Desde que Dionisio Ridruejo y Gloria Ros lo tradujeron al español en los setenta, El Cuaderno gris se convirtió en un referente de la literatura memorialística española. Es así, pero, desde luego, es el mayor logro de la literatura catalana del pasado siglo porque ayudó sobremanera a dotar al catalán de una entidad literaria moderna, de la que carecía en prosa, no en poesía. Reelaboradas una y otra vez, estas páginas se basan en las notas que un Pla joven tomó del ambiente de su pueblo y de la Barcelona de principios de siglo antes de irse como corresponsal a Europa. Es libro maravillosamente escrito, crónica personal y de una profunda melancolía, a pesar de los años que cuenta. Es nuestro libro stendhaliano. No es pequeño logro.

pio_baroja_memorias2. Desde la última vuelta del camino. Pío Baroja.

Nada se le escapaba a nuestro novelista, al que Hemingway consideraba su maestro y que tuvo incondicionales seguidores como Henry Miller. Nada le era ajeno. Por sus páginas, tremendas por su extensión, uno de los grandes monumentos memorialísticos por su número, vemos desfilar al joven Baroja, al maduro Baroja, pero lo importante es el reflejo de la sociedad madrileña, y por extensión, española, de los años correspondientes a la primera mitad del siglo. Asistimos a los entresijos de la familia, sabemos de la fundación de la editorial Caro Raggio, donde Baroja publicó sus libros hasta que la casa editora familiar fue destruida por un bombardeo en la guerra, es decir, un libro que se atiene al canon estricto del género: familia, infancia, juventud... Escritas a partir de 1941 por sugerencias de un editor, José Manuel Lara, el libro se comenzó a publicar en 1944. Nuestra comedia humana.

3. Automoribundia. Ramón Gómez de la Serna.

Publicada en Buenos Aires en 1948, Automoribundia es la autobiografía de Ramón Gómez de la Serna y es un hito del género en nuesta literatura. Abarca desde 1888, que es cuando “le nacieron”, al año en que se editó, es decir, cuando el autor tenía 60 años. El libro contiene frases memorables, como “la escritura es una petulancia contra la muerte” o “Ya estoy metido en la profesión de literato que consiste en perder el dinero que no se gana”. Para muchos es la obra cumbre de Ramón, el primer gran vanguardista español y primero en establecer el autobombo como estrategia publicitaria para un escritor.

4. La novela de un literato. Rafael Cansinos Assens. 

La gran crónica de la literatura española del siglo XX... hasta el 36. Justo el libro acaba cuando comienza la sublevación militar y Cansinos afirma que no sólo ha muerto la República sino la literatura. Desde luego fue así para aquella forma de vivir que se forjó en la bohemia y del que este libro es eje fundamental, aunque la obra genialoide de la época sea Luces de Bohemia, de Ramón del Valle Inclán. Para aquel que quiera saber del ambiente literario del Madrid del siglo, ya decimos, hasta el 36, este libro es imprescindible siempre que tomemos buena nota del apartado de exageración y, sobre todo, de mala leche que destilan estas páginas. No se salva nadie... nadie salvo él, claro.

5. Memorias. Carlos Barral.

Es éste el gran libro de memorias de la literatura española de la generación de postguerra, la del 50, a la que Barral perteneció de pleno derecho. La deliberada lucidez con que está escrito, la pertinente distancia e, incluso, asco, de ciertos ambientes de la España franquista que describe, el despertar de una generación de escritores que deben poco a la tradición de su país, es más, reniegan de ella en no pocos aspectos y buscan en otras tradiciones ecos más acordes con su propia sensibilidad, en fin, la descripción de los ambientes de la Barcelona de los sesenta y de las experiencias americanas de Barral y su labor como editor, hacen de estas Memorias una crónica impagable de la España de Franco, la de la postguerra y la del tardofranquismo.

1 Comment
  1. La novata says

    Muy buenas recomendaciones. Necesitarán algo más que unas tardes para leerlos

Leave A Reply