Gestos, política zig zag y dimisiones: los primeros 100 días de Pedro Sánchez en el Gobierno

  • Pedro Sánchez comenzó su Gobierno plagado de gestos, pero las acciones son más complicadas: ha renunciado a derogar la reforma laboral
  • La falta de coordinación en los ministerios y la rectificación en algunas decisiones han protagonizado alguna polémica.

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Los 100 días de un nuevo Gobierno siempre se leen como el prólogo de la verdadera acción de un Ejecutivo, pero en el caso del presidente Pedro Sánchez esa cortesía se ha visto diluida por la rapidez de los tiempos. Si en sus primeras jornadas protagonizó una mudanza exprés y fichó a un 'dream team' feminista para sus ministerios, ahora algunos colectivos sociales les piden que pasen de los gestos a la acción. Los primeros tres meses han sido intensos: Sánchez ha intentado seducir a Europa, ha hecho una gira por Latinoamérica, ha avisado de que incumplirá algunas de las promesas que hacía en la oposición y ha protagonizado varias polémicas. No ha faltado ni un ingrediente, ni siquiera las dimisiones, empezando por la del exministro de Cultura Máxim Huerta y terminando por la directora de trabajo Concepción Pascual hace dos días. Desgranamos en cinco puntos algunas de las acciones que más polémica han generado en estos cien días que aún no se han cumplido.

Promesas a medias

Tras ocho años con el PP en el Gobierno, la moción de censura que el PSOE sacó adelante con los apoyos de Unidos Podemos y los partidos nacionalistas fue una bocanada de aire político para una legislatura que parecía enconada. Sin embargo, la minoría parlamentaria en la que se encuentra el PSOE ha hecho que sus anuncios sean muy distintos de los que sostenía en la oposición. Ya avisó de que no derogaría la reforma laboral, aunque sí sus artículos más lesivos. Por el mismo camino va la LOMCE, de la que también reformarán algunos puntos concretos de forma "urgente". Lo que sí derogará la ministra Isabel Celaá será el decreto Ley 14/2012 de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo que implantó el Gobierno de Rajoy. En el aire queda también el impuesto a la banca, mientras el presidente sí ha confirmado el de las transacciones financieras. La primera sorpresa fue cuando se negó a publicar la lista de personas que se acogieron a la amnistía fiscal de Montoro, una petición que hizo reiteradas veces cuando estaba en la oposición.

En tres meses, el Gobierno solo ha tenido tiempo para algunos brochazos legislativos. Sin embargo, sí ha mejorado el sistema de becas y ha iniciado el camino para la recuperación de la Sanidad universal. Defensa también ha paralizado la venta de armas a Arabia Saudí.

Falta de coordinación

El pasado lunes, el presidente Pedro Sánchez anunciaba un impuesto al diésel, mientras la ministra de Industria, Reyes Maroto, lo calificaba de "globo sonda", teniendo que rectificar después y de mostrarle su apoyo en Twitter. Es solo una anécdota de la falta de coordinación del Gobierno en algunas cuestiones.

Lo mismo ocurrió con el sindicato de prostitutas OTRAS, que la ministra de Trabajo Magdalena Valerio, calificó de "gol" que les habían colado dentro de su departamento.

Dimisiones

Los primeros días de Gobierno empezaron con la dimisión de Máxim Huerta como ministro de Cultura. El Confidencial destapó que en 2017 fue condenado por cometer fraude fiscal, una deuda que ya había solventado cuando fue ministro. Sin embargo, tras desalojar a Mariano Rajoy de Moncloa por corrupción, Sánchez no podía permitirse una mácula en la legislatura.

No ha sido la única baja del Ejecutivo. El pasado lunes, Ábalos comunicó que la directora de Trabajo, Concepción Pascual, que permitió la tramitación del sindicato de prostitutas, había dimitido después de que el Gobierno reconociera el error e intentase paralizar el trámite.

Varias rectificaciones

Si rectificar es de sabios, el gobierno de Sánchez tiene un máster en erudición. Es uno de los principales reproches que hacen algunos analistas políticos, pero Ábalos salió a paso el lunes: "Lo importante no es si se rectifica, lo importante es si se acierta". Los ejemplos son múltiples, desde la defensa del juez Llarena, demandado por Puigdemont, que el Gobierno no pensaba asumir en un primer momento hasta el frenazo de los planes de convertir el Valle de los Caídos en un lugar de recuperación.

Sin embargo, el cambio más llamativo ha sido el política migratoria. Mientras los primeros días España abrió las puertas al Aquarius y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció el fin de las concertinas, dos meses después expulsó a 116 migrantes rescatando un acuerdo de 1992.

La intención de Gobernar con el parlamento y dos fracasos en el Congreso

Una de las promesas de Sánchez fue "gobernar con el Parlamento, no contra el Parlamento". Era una referencia a las propuestas de la oposición que estaban bloqueadas en la Mesa de la Cámara Baja, pero el propósito entraña mayor complejidad y una gran habilidad negociadora. Por el momento, Sánchez ha optado por la figura del Decreto-Ley, previsto para situaciones de "extraordinaria y urgente necesidad", para poner en marcha materias como la restitución de la sanidad universal, medidas del Pacto de Estado contra la Violencia de género o la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco. Rivales políticos como Ciudadanos han criticado el uso que hace el Ejecutivo de este recurso, mucho más rápido que tener que presentar un proyecto de ley ante la Cámara.

Antes de las vacaciones, el Gobierno del PSOE sumó dos fracasos parlamentarios. El primero, con la renovación de RTVE, cuyo consejo de administración fue rechazado por un voto y acabó con la aprobación de Rosa María Mateo como administradora única de RTVE.

 

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