Festiclown: risas y cultura como armas contra la ocupación de Palestina
- La cultura como palanca de transformación social. Con esta filosofía, inspirada en el movimiento zapatista, un grupo de clowns, payasos y artistas desarollan el festival
- Iván Prado, director de Festiclown: "Palestina es un lugar donde la humanidad se juega su futuro”
- Los Chikos del Maíz se encuentran entre los participantes: "Es una gozada ver las caras de los niños, sacarles de esa rutina y pesadilla que viven bajo la ocupación israelí"
La cultura como palanca de transformación social. Con esta filosofía, inspirada en el movimiento zapatista de México, un grupo de clowns, payasos y artistas diversos impulsaron hace casi dos décadas el primer Festiclown. Este evento viajó por primera vez a Palestina en el año 2011. Desde el pasado día 14 de septiembre hasta el día de ayer se ha celebrado una nueva edición. Una semana con diferentes actuaciones en campos de refugiados palestinos o en las ciudades de Nablús, Belén y Jerusalén. Circo, música, risas, una vía de escape. La risa como arma contra la ocupación.
Iván Prado es el director de Festiclown e integrante del colectivo artístico Pallasos en Rebeldía. Este “payaso internacional, formador y director de clown” ha recorrido medio mundo actuando. Se ha desnudado para protestar delante de los muros de Marruecos, Israel, la valla de Melilla…Ha hecho reír en campos de refugiados del Sahara e Idomeni o en favelas brasileñas y comunidades indígenas zapatistas. Prado recuerda los orígenes de este festival en la ciudad de Pontevedra en el año 2000. “Cuando empezamos lo convertimos enseguida en un artefacto, una catapulta, una forma de usar la cultura con el objetivo de transformar la realidad”, señala a cuartopoder.es.
En un momento dado el festival se vuelve itinerante. “Decidimos que todo el dinero de las taquillas se convirtiera en un proyecto de transformación en otro lugar del mundo”. De ahí nació Pallasos en Rebeldía, que viajó ya a Palestina en 2003. Después nació Festclown Palestina en 2011. “Todo inicia como un proceso inspirado en los zapatistas de entender la cultura como una palanca de transformación social, que genera primero una cooperativa, luego Pallasos en Rebeldía y luego que el propio Festiclown vaya a Palestina y se cierre el círculo”.
¿Por qué Palestina? “Entendí que es un lugar donde la humanidad se juega su futuro”, señala Prado. Y se explica: “Porque si las víctimas se convierten en verdugos con el silencio cómplice de toda la comunidad internacional, lo que estamos es perpetuando un ciclo interminable de dolor”. El artista gallego apuesta por “romper esa cadena” para “por lo menos tener ciertas posibilidades de construir un futuro más luminoso”. “Si permitimos que las que fueron víctimas del Holocausto cometan un genocidio con toda la complicidad de la comunidad internacional, lo que hacemos es lanzar el mensaje de que cuando los vencidos sean vencedores pueden cebarse en la venganza. Eso es lo que creo que hace especial el caso de Palestina”, argumenta.
Entre los artistas invitados a esta edición destaca el grupo valenciano de hip-hop Los Chikos del Maíz. Nega, uno de los dos vocalistas de la banda junto a Toni Mejías, explica a este medio sus sensaciones tras llevar un día en Palestina: “Estamos alucinando. Se te desmontan todos los esquemas cuando vienes aquí, te empequeñeces. Es increíble ver el trabajo que se hace aquí con los niños, una gozada ver sus caras, sacarles de esa rutina y esa pesadilla que viven bajo la ocupación israelí. No sé describirlo con palabras, creo que este viaje me va cambiar la vida”.
Artistas de Brasil o Chile
Los artistas proceden de todas las partes del mundo. Circo no Ato es una exitosa compañía de circo brasileña. Carol, una de sus integrantes, resume así sus sensaciones. “Para mí Festiclown es un espacio de encuentro entre personas de diferentes partes del mundo que comparten el sueño de ver un mundo con menos fronteras y armas. Un espacio que utiliza el arte como forma de apoyo a la lucha del otro”, destaca. Carol participa “con el deseo de ofrecer un día distinto” a los niños palestinos “donde el amor y la risa sean el arma de lucha”. Y reflexiona: “Cuando ven a un artista haciendo cosas que parecen imposibles, cambia su idea de lo que es posible y eso le da más fuerza para seguir luchando por su causa”.
Desde Chile hasta Palestina viajaron Academia de Tontos, una compañía de payasos musicales. Iván González es uno de sus integrantes: “La esencia de Festiclown es la entrega solidaria y amorosa a través de la risa liberadora de pueblos que se ven en la coyuntura de invasión y represión. Nos enfrentamos al poder con la alegría y ternura del clown”, señala a este medio. El chileno apunta que durante estos días han aprendido “de este bello pueblo con sus risas y miradas auténticas”. “Estamos muy emocionados por esta experiencia única”, concluye. La compañía española Kanbahiota y los artistas Iris Serrano y Pablo Superstar Cool completan el elenco de esta edición.
Las actuaciones de Festiclown son diversas. En un gran porcentaje se visitan colegios. Pero también actúan en plazas, en terrazas de edificios de asociaciones, hospitales, teatros, etc. A veces, directamente en la calle. Y en campos de refugiados, claro. El público mayoritariamente es infantil pero también público adulto. “Nos interesa especialmente cuidar a los adultos porque al fin y al cabo son los que cuidan de los niños”, afirma Prado.
¿Cómo es la reacción de los palestinos? “La mayoritaria es de amor, entrega y abrazo. De alegría, esperanza, generosidad”, afirma Prado. En este sentido señala que en todos los años que lleva viajando a Palestina se ha encontrado a gente que para los coches para abrazar a los artistas, incluso gente que hace cola para ese abrazo. “Nos tratan con un entusiasmo que no hemos visto en otras partes del mundo”, comenta.
El clown gallego fue detenido y expulsado de Israel en el año 2010. Se generó un revuelo mediático importante. Desde entonces no ha tenido más problemas con Israel. “Tengo que reconocer que hemos accedido a Palestina sin problemas. Siempre hay esos minutitos que me retienen hasta que me dejan pasar, o algún momento tenso en Hebrón o Belén. Pero desde ese episodio tenemos bastante acceso. De hecho, muchos años entramos con cartas de recomendación del consulado español, que eso siempre ayuda”, apunta.
Para Prado, es muy importante demostrar a muchos artistas "que se puede entender el arte como un espacio de conexión con las causas sociales". "Que la cultura genera relato, mecanismos de cambio y contestación al sistema global de terror”, señala. Para el director de Festiclown es muy relevante que todos los artistas que vayan a Palestina conozcan lo que está pasando.
Y destaca otra parte clave: "contar al mundo las cosas bellas que pasan en medio del genocidio y desastre". Las experiencias vividas se convierten en colectivas. “Si no compartiésemos esas experiencias sería guardarnos un tesoro. Siempre que traemos artistas intentamos que tomen conciencia pero que sirvan también de altavoz de las cosas bellas que pasan en estos lugares del mundo donde hay tanto dolor y sufrimiento”, concluye.