Kike Babas y Kutxi Romero, un intercambio de palabras, música y amistad

  • Los dos artistas publican el libro ‘La sangre al río: palabras y agasajos de ida y vuelta’, que recopila los textos que se han ido enviando el uno al otro en los últimos años
  • "Kutxi me parece que es alguien que sabe manejar la palabra, que sabe llegar con la palabra al corazón de la gente. Al frente de Marea está llevando a cabo esa misión de ser la nueva gran banda del rock estatal"
  • "Kike Babas es para mí el mejor escritor en lengua española", dice el cantante de Marea

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Desde Berriozar, una localidad de Navarra muy cerca de Pamplona, al barrio de Hortaleza, al noreste de Madrid, hay 400 y pico kilómetros. Una amistad, cristalizada en dos décadas a través de la música y las palabras, ha recortado esa distancia física. El resumen de ello se encuentra en un libro La sangre al río: palabras y agasajos de ida y vuelta (Desacorde ediciones) que acaba de salir a la venta. Los protagonistas, Kike Babas y Kutxi Romero, han recopilado su correspondencia, sus textos dedicados el uno al otro, sus entrevistas...Lo que dice el título, un intercambio de palabras y agasajos entre dos artistas con buen gusto para las letras.

Kutxi Romero (Berriozar, 1975) necesita a estas alturas poca presentación. Cantante de la banda Marea desde hace más de 20 años y con 8 discos ya a sus espaldas. Añadimos otro más en solitario, uno de colaboraciones y el de su incursión en el flamenco de la mano de Ja ta Já. Además, prolífico escritor de poesía, con 6 libros publicados. Kike Babas (Enrique Suárez, Madrid, 1970) es un polifacético artista y escritor, además de la otra mitad de “Los Kikes”, junto a Turrón. Junto a él ha realizado numerosos artículos musicales, biografías como las de Manu Chao o Los Rodríguez y un buen puñado de videoclips. En su faceta musical, unos cuantos discos con bandas como The Vientre, King Putreak o La Desbandada. En lo literario, hasta 5 libros, en su caso de relatos.

“Yo soy muy monotemático, cuando me da por algo lo escucho 30 veces seguidas. Estos días me ha dado por recuperar a Camarón, un disco, Como el agua. Cuando oigo mucho a Camarón me pasa como cuando leo mucho a Galeano o Saramago. ¿Pero cómo tengo tan poca vergüenza de decirme a mí mismo artista cuando esto es verdaderamente arte? Yo soy entonces uno escribe, uno que canta. Uno que hace discos, uno que hace libros”, comenta Babas en conversación con cuartopoder.

¿Quién es Kike Babas para Kutxi Romero? "El mejor escritor en lengua española". Así de rotundo se mostró el de Marea ayer en la presentación oficial del libro en Madrid. El de Marea contó su relación con Babas, que es además la que tiene con la capital. "El Madrid que conozco es el de Kike. Siempre que bajo solo hago dos llamadas y una es a él", destaca. Entre recuerdos y anécdotas de sus viajes por Madrid, Kutxi puso de relevancia también el "trabajo de antropología" realizado por su compañero para realizar el libro. "Lo que más me mola es la cronología de encuentros que sale al final", comentó.

La idea de lanzar este libro le surgió a Babas hace un par de años y ya se lo comentó a Kutxi. “Tengo la manía de guardar los mails que recibo, sobre todo cuando son personajes que me gustan o interesan. Como las veces que me he escrito con Rosendo, Calamaro, Leiva, etc. Resulta que los intercambios con Kutxi, viendo todo su material, le dije que si un día nos daba teníamos un libro. Lo dejamos un poco en el aire pero le di unas vueltas. Como fan de la literatura me fascinaban ese tipo de literatura de cartas o epistolar, como las que hay entre Paul Verlaine y Arthur Rimbaud o las cartas de la ayahuasca entre William Burroughs y Allen Ginsberg”, afirma. Con la llegada de la pandemia se decidió de una manera firme a juntarlo todo y ponerle orden. “Se lo pasé a Kutxi y me dijo que claro, que íbamos a sacarlo”.

El libro incluye un ingente material de palabras, una retahíla de adjetivos y definiciones del uno hacia el otro. Pero, ¿quién es Kutxi Romero para Kike Babas? “Es un amigo. Eso sería lo primero. Podría llamarme mañana y decirme que cuelga los guantes y va a ser jamonero o afilador de cuchillos y no cambiaría un ápice, seguiría siendo el mismo Kutxi”.

“Independientemente de esto, mi opinión de él como artista es de absoluto respeto. Kutxi me parece que es alguien que sabe manejar la palabra, que sabe llegar con la palabra al corazón de la gente. Eso es algo que valoro enormemente. Luego además, al frente de Marea, ellos están llevando a cabo esa misión de ser la nueva gran banda del rock estatal, que necesita siempre este país de vez en cuando para ir llenando pabellones. Eso empezó con Leño, siguió con Barricada, también Los Suaves y lo continuó con Extremoduro. Ellos llevan esa antorcha. Desde ahí, mi más absoluta admiración y respeto”, añade Babas.

Durante la lectura podremos descubrir anécdotas de su relación. Algunas, muy simbólicas. Y es que Babas, en Berriozar, la primera vez que conoció a Kutxi, “volvió a nacer”. Año 2000, grababa en Pamplona un single del disco Buitre no come alpiste de King Putreak y The Vientre. La anécdota está contada en el libro y así la resume Babas en conversación con este medio: “Llegué hecho polvo, con pleurosis, que es cuando la pleura se te pega a los pulmones. Es chungo porque duele mucho, no me podía ni mover. Tuve que parar en Vitoria en Urgencias para que me atendieran. Llegué con un ánimo alicaído, era la grabación de un disco para nosotros importante, entrábamos con la discográfica GOR y llegaba hecho una puñetera mierda. Allí, de pronto, nos estaba recibiendo Kutxi. Por aquel entonces Marea llevaba solo un disco, no era el de Marea que es hoy. Era un chaval de una banda de rock de allí, que sentía admiración por lo que hacíamos nosotros y por ahí aparecía por el local de ensayo todas las mañanas y nos traía magdalenas. ¿Qué vais a necesitar?, nos decía. ¿Este pedazo de tío de dónde ha salido?”, pensábamos. Desde esa parte de Kutxi es volver un poco a nacer. Digamos que Kutxi estaba ahí llevándonos magdalenas. Siempre recuerdo esos días oscuros y grises pero donde él me sacaba esa sonrisa”.

Portada del libro. / Desacorde ediciones

Desde ese día, hasta hoy. Comenzó entonces “el baile de prologuitos”, a iniciativa de Romero. El navarro le encargó al madrileño unos textos para su primer libro de poesía. “Le dije que me hacía una putada porque yo no era lector de poesía. Le dije que sí, al tiempo le pedí otro a él y así sucesivamente”. El libro contiene todo ese intercambio de prólogos o perfiles realizados el uno para el otro y el otro para el uno.

Felpudos y barrio

Ese mismo viaje, el del año 2000, también nos dejó el regalo de un felpudo. Quizás una buena metáfora de lo que significan para Babas Kutxi y sus Marea. “Salió de Javi, el bajista de The Vientre y ahora también de La Desbandada. Es muy detallista. Decía que había que regalarles al grupo algo porque no hacían más que regalarnos cosas a nosotros. Él, que es muy observador me dijo que lo único que no tenían en su local de ensayo era un felpudo. Decía que como llovía mucho en Navarra, pues un felpudo para limpiarse la suela. Y les regalamos un felpudo. Todavía me acuerdo de la cara del Kutxi. Para que os limpiéis la mierda de la suela, les dijimos. Pensándolo, es muy simbólico, es verdad que Marea viven en el barrio, son chavales de barrio que viven en el barrio. Ellos llevan muy a gala ser del pueblo, de Berriozar, hacen día a día por allí, visitan sus bares, tienen proyectos de toda índole por allí. Ellos han sido obreros, había algún día que los llamabas y estaban alicatando el baño de un amigo. Solo son esos Marea que llenan grandes pabellones cuando se suben en una furgoneta, una vez vuelven a casa son los mismos 5 chavales de siempre”.

Sobre este orgullo y vida de barrio, Kike Babas tiene en su haber, como también se puede leer en el libro, la invención de una palabra que últimamente está siendo bastante utilizada: “Barrionalismo”. “Me la inventé yo y no me cree nadie, ni en mi propio barrio. La empezamos a usar The Vientre en una canción. Parábamos en un bar, el Stop, en Hortaleza, que era donde estábamos todo el rato encerrados como si fuera una oficina, y dije joder, en Hortaleza somos muy de barrio, e iba siempre en la cabeza con el rollo de que los nacionalismos periféricos tienen una mala imagen. En Hortaleza siempre jugábamos con aquello de Hortaleza independiente, de que había sido un pueblo antes que un distrito de Madrid, apelábamos a nuestra condición de independientes, etc. Empecé a usar la palabra, sigo pensando que la inventé yo, si buscas, porque yo lo he hecho, antes de que yo la usara yo no la había visto escrita. Tengo el honor de haberme inventado una palabra y que alguien me demuestre que no fue así”.

En una de sus textos sobre Marea, Babas, con mucha trayectoria en medios de comunicación a sus espaldas, destaca sobre el grupo su éxito pese a no contar con el apoyo de la prensa mainstream. Es algo que, dice, ha pasado siempre con el rock estatal, al que se le ha mirado por encima del hombro desde muchos lugares. “En este país siempre ha habido una especie de divorcio entre la prensa mainstream y el público que llena los pabellones. Viene desde incluso principios de los 80. Había grupos como Barón Rojo, Obús o Leño que podían llenar el Pabellón del Real Madrid y sin embargo las críticas del día siguiente y las crónicas era lo que pasaba en la sala Rockola. Que también estaba muy bien pero mientras ahí había 300, en el otro lado eran 12.000. Esa tónica se ha ido más o menos repitiendo. Ha habido excepciones pero han tenido que ser muy grandes. Por ejemplo, el caso más flagrante es el de Extremoduro. Para el gran público mainstream, para la gran prensa la fascinación por Robe arranca casi un año y pico después del Agila. Pero era ya el gran secreto a voces, con todos los discos anteriores iban llenando más y más. Estaban haciendo salas enormes en Madrid y no tenían la mínima reseña. El Agila fue tan grande que ya no hubo más remedio para que mucha gente pasara por el aro”.

En todo caso, Kike Babas dice entender algunos de los motivos si lo mira desde un prisma de “muy crítico musical”. Lo explica: “el rock estatal no ha tenido un recorrido creativo tan grande como otros estilos. Si coges lo que hace Marea y lo que hacía Leño verás que el recorrido musical no es muy grande, se ha mantenido una estética y una historia que se hace así. En otras facetas como el pop los cambios han podido ser más grandes y muchas veces los críticos nos dejamos llevar por ese brillo”.

Inevitable, hablando con un obrero de la cultura, preguntar por la situación de los conciertos con el estallido de la pandemia. “Una tristeza. La cultura realmente vive de juntar gente, al menos el sector que me toca, el de los conciertos. Llega la pandemia y lo más prohibido es juntar gente, por lo que ahí tenemos un problema. Ya había problemas estructurales de antes. La cultura de la música no es ni de lejos lo que significa en la cultura anglosajona. Aquí en España para poner un escenario en un bar te las ves y te las deseas, mientras en Londres o Dublín en cada bar tienen uno. Si juntas que ya de por sí la pandemia no deja juntarse gente y la manera un poco despectiva de tratar a la cultura popular que se ha tenido desde siempre, entonces se han juntado el hambre y las ganas de comer. Un sector entero se va a la calle, no es tanto los músicos que están más consolidados, el golpe más fuerte ha llegado a la gente de base. Un concierto suena porque hay gente que monta los escenarios, porque hay un conductor que lleva a los músicos, porque otro corta las entradas, etc. Toda esa gente está con una mano delante y otra detrás”. Además, como el resto del sector, reivindica la seguridad de estos eventos. “No han sido foco de contagios”.

Esta situación de crisis es precisamente una de las razones por las que Kutxi está haciendo una mini-gira en acústico durante estos días. Este fin de semana para por Madrid. "En mi caso me he puesto a tocar por intentar ayudar a mi entorno más cercano y hasta donde dan mis limitadas facultades, que ni soy Manu Chao, con todos mis respetos, ni Bono de U2. Pero intento cuidar de los míos, que están pasándolo muy mal, a promotores, técnicos...", señaló en una entrevista reciente con Noticias de Navarra. Un ejemplo de eso que dice Kike en el libro sobre el navarro y el resto de su grupo: "Sin perder un ápice de contacto con el barrio y la calle, con una humildad que les honra".

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