CINE / El estreno de la semana

‘El secreto de Marrowbone’: no da miedo, da risa

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El secreto de Marrowbone
Cartel de 'El secreto de Marrowbone', la película dirigida por Sergio G. Sánchez. / Universal Pictures Spain

Qué casualidad. Llevamos un par de semanas hablando en cuartopoder.es de cine de terror. Lo hemos hecho con la muy entretenida y aterradora precuela de Annabelle y con La piel fría. La primera la puse como ejemplo de talento para reformular los clichés del genero y salir bien parado, y la segunda como paradigma de todo lo contrario: como modelo de no saber, de no tener ni idea. No tratamos Verónica, una película española de terror que no da miedo. Algo alucinante.

Desgraciadamente, el cine español vuelve a demostrar que el terror no es lo suyo. Perpetrada por los responsables de El orfanato y Un monstruo viene a verme, la película la ha definido muy bien un amigo realizador: «'El secreto de Marrowbone' es una de esas pelis del subgénero “películas de miedo para gente que odia las películas de miedo” Son una plaga». Creo que esta definición es perfecta para lo que ha rodado Sergio G. Sánchez con la supervisión de José Antonio Bayona, ('Jota' para los amigos enrollados) y el dinero de Telecinco Cinema. La película no puede ser más marca de la casa, contiene todo lo malo de los subproductos de la compañía: un guión plagado de trampas y giros de mierda, rodaje en inglés sin sentido ninguno, atrezzo que clama al cielo (en esta película la dirección de arte es atroz), sustitos, música impersonal (del insípido Fernando Velázquez)...

La historia va de unos chavales que viven solos en una casa y que tras la muerte de su mamá fingen ante las autoridades que sigue viva. Sí, amigos cinéfilos, es lo miso que cuenta A las nueve cada, noche (1967), pero con retoques fantásticos. Y ya que estamos con plagios, recordemos que el director de esa película, Jack Cayton, también es el director de Suspense (1961), film que copió descaradamente Alejandro Amenábar en esa cosa tramposa llamada Los otros, también escrita “desde el final”, como este artefacto.

Sigo con el argumento: no es todo como parece, los chavales viven aislados y en la casa hay un fantasma que hace ruidos. Pero en realidad no es un fantasma, eso es lo que le han hecho creer al niño pequeño. En realidad resulta que... ¡Atención spoilers!

Resulta que los chavales han empalado (a lo Poe) a su padre, que era muy malo, un asesino y violador. Muy mala gente. Y resulta que el maligno padre ha sobrevivido del empalamiento comiendo mapaches, ratas y palomas (¿?) y bebiendo agua de lluvia, así que esos ruidos en el suelo de madera podrida que se rompe sin problema (no se entiende cómo no escapa el “empalado”) no eran de un fantasma, sino de un señor.

Pero esto no es nada, lo más tremendo de esta patraña es que Sánchez (que escribió la también tramposa y hueca película de “terror” El orfanato) juega a film de fantasmitas en mansión encantada y acaba con el mismo recurso baboso y trillado de “están todos muertos”. Pero no porque sean fantasmas, como en Los otros, sino ¡porque viven en la imaginación del protagonista!

Al final de la película descubrimos que el prota ha asumido la personalidad de sus tres hermanos muertos, asesinados por el padre. Y lo hace en plan Norman Bates en Psicosis, poniendo voces y todo. Hasta aparece un médico explicando su trauma, como en el horrible pegote final de la peli de Hitchcock. Cuando llega esta escena a lo Bates evitar la risa es tarea complicada. Y, encima, a la salida de la proyección te preguntas: pero entonces ¿cómo justifica este señor las escenas en las que solo aparecen los hermanos imaginados y el protagonista no está?

Pero es que la cosa no acaba aquí, amigos. Además, el protagonista tiene una novia a la que le confiesa (con un diario que sirve para justificar la tramposa voz en off) que sus hermanos murieron y él ha asumido sus personalidades. Y la chica en vez de salir corriendo ante semejante tarado mental, decide cuidarlo. Y lo mejor: no darle la medicina que le receta el médico. Y lo hace, atención, para que sea feliz con sus tres nuevas personalidades, las de los tres hermanos que al final corretean felices por la campiña. De verdad que no me invento nada, esto pasa. Hace mucho que no veía una gilipollez tan grande en una pantalla.

Podría estar páginas hablando de los disparates de este truño, como ese personaje secundario que descubre (por recortes de periódico) que en la casa hay un dineral que, casualmente, necesita para hacerse socio de una importante firma. Las trampas baratas de Sánchez dejan a Amenábar a la altura de John Ford. También podría escribir algo sobre su evidente y burdo homoerotismo, pero no tengo espacio.

Vayan a verla si quieren echarse unas risas.

El plan b:

Y si quieren desconectar su cerebro y comer palomitas vayan a ver 'Thor: Ragnarok'. Hasta la crítica ha sido suave con ella. ¿La trama? Thor está preso al otro lado del universo sin su martillo. Debe volver a Asgard y parar el Ragnarok, porque significaría la destrucción de su planeta. Deberá, además, sobrevivir a una competición de gladiadores en la que tendrá que luchar contra su amigo Hulk. La masa. Por cierto: la foto es del vasco Javier Aguirresarobe. Forrado debe de estar ya este hombre.

UniversalSpain (YouTube)
3 Comments
  1. Angela Carbajalina says

    Perdona, busca el significado de «empalar» y después de morirte de la vergüenza, redactas esto de nuevo.
    Es imposible escapar de un empalamiento. Y cuando sepas lo que este ya sabrás a que me refiero.
    Un saludo

  2. BogdanElRusso1234 says

    Aver… que a ti no te guste una película. no tiene nada que ver con lo que es. Encima insultandola… si te crees tan bueno/a como insultar a una pelicula que a TI alomejor no te a gustado ponte a hacer una crack
    A. Y como dice Angela:
    Un saludo

  3. Baldo Martorell says

    Lo que a mi me da risa son algunos opinadores que olvidan que su pensamiento no tienen por que ser «palabra de dios». Un simple vistazo en IMDB me muestra que aunque haya un promedio de 6.6/10, hay opiniones (de ESPECTADORES, las que importan realmente en esto del cine) de un 8/10 e incluso un atrevido 10/10. Por suerte el fin de una película es ser disfrutado por espectadores, y no ser puntuada por nadie…

    Aparte de bromas sobre tu conocimiento de «emparedar» o «empalar», subyace una frase final donde se vela que lo del «homoerotismo» es .. «malo» (porque parece que debemos agradecer que no se explique). Prejuicios, al fin y al cabo, como el de denostar la película al principio por su origen español en la producción.

    Por cierto… «otra vuelta de tuerca» es la primera del género (institutriz, «muertos visibles..» etc). Con lo que CUALQUIER película del género es una referencia a ella.

    .. ¿y?

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