CATALUNYA

Claves de las elecciones catalanas a dos meses de las votaciones

  • Sin menospreciar la variable nacional, en estos comicios se volverá a hablar del eje izquierda y derecha
  • ERC está tocando con la punta de los dedos la victoria, obtiene resultados holgados en todos los estudios
  • El independentismo ampliaría su mayoría parlamentaria según las estimaciones

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Catalunya se prepara para volver a las urnas el próximo 14 de febrero, dentro de dos meses, si la pandemia lo permite. Unas elecciones convocadas por la Generalitat, las últimas (diciembre de 2017) lo fueron por el Gobierno de Mariano Rajoy mediante la aplicación del artículo 155. Tres años después, el escenario ha cambiado mucho. El conflicto territorial, lejos de haberse solucionado, se transforma. Pero ya no estamos en aquel caliente 2017, ni siquiera en el 2019 que centró buena parte de la información política en el juicio por el cual el Tribunal Supremo condenó a 100 años a algunos de los principales dirigentes independentistas.

La pandemia ha llevado todo esto a un segundo plano durante este 2020. La crisis económica y social se acentúa. Es por ello que, sin menospreciar la variable nacional, en estos comicios se volverá a hablar del eje izquierda y derecha. La economía importa mucho, las políticas sociales, también. Según las encuestas, desde esta perspectiva, los partidos de izquierdas ganarían por goleada. Veamos qué variables muestran los sondeos. Cuál es el mapa político catalán a dos meses de las elecciones al Parlament.

Si cogemos como referencia dos de las últimas encuestas realizadas en el ámbito catalán, podemos comprobar cuál es la tendencia generalizada. Para ello, seleccionamos el sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) publicado el pasado 20 de noviembre y el de GESOP, para El Periódico de Catalunya, del pasado 7 de diciembre. Dos claves: ERC está tocando con la punta de los dedos la victoria, obtiene resultados holgados en todos los estudios. Además, el independentismo ampliaría su mayoría parlamentaria según las estimaciones.

ERC

ERC se presenta a estos comicios con las expectativas de romper el maleficio y volver a ganar unas elecciones y recuperar la Presidència de la Generalitat, que no ostenta desde que Josep Tarradellas regresara del exilio, aunque Pere Aragonès dirige la Generalitat en funciones desde la inhabilitación de Quim Torra. El actual coordinador nacional de ERC encabezará la lista republicana por Barcelona y es el máximo exponente del giro dado por su partido. Según su lectura, es el momento de gobernar para implementar medidas sociales ante la crisis económica que llega. Así, ganándose la simpatía de las clases populares, estarán en condiciones de aumentar adeptos, sumarlos a la causa soberanista y, de este modo, volver a plantear la cuestión independentista al Estado con una mayor legitimidad.

En la encuesta del CEO, ERC obtendría 24,4% de los votos y 36-37 diputados, mientras que GESOP le otorga 35-36. En los comicios del invierno del 2017, los republicanos consiguieron 32 escaños, con un 21,4% de los votos, quedaban detrás de JxCat por tan solo 12.500 votos. Los de Aragonès, en esta ocasión, aspiran a liderar la Generalitat y a formar Govern. Para ello, podrá elegir entre una mayoría independentista, con JxCat y CUP, o mirar a la izquierda, también sumaría con PSC y En Comú Podem. También podrían intentar gobernar en solitario, en minoría, buscando aritméticas variables. Sin embargo, hasta ahora, la opción preferida en el Carrer Calàbria sería la incorporación a un gobierno amplio desde los comunes hasta sectores de JxCat, de la derecha nacionalista catalana.

JxCat

La elección de Laura Borràs como candidata a presidenta por parte del espacio de Carlos Puigdemont es una declaración de intenciones. La diputada en el Congreso no ha dudado estos meses en rivalizar con ERC en los debates estatales sobre apoyos o no al Gobierno de coalición, en la última ocasión en la votación presupuestaria del Congreso. Y este puede ser uno de los puntos de fricción que saquen a pasear en campaña los nacionalistas catalanes: con ERC, la confrontación en el Estado disminuye, la estrategia rupturista, para seguir, necesita de la estela del president Puigdemont, dirán. Sin embargo, Waterloo cada vez parece más lejana, y Lledoners, más próxima. Puigdemont y Oriol Junqueras han rivalizado estos días por cartas abiertas en medios de comunicación. La campaña dentro del independentismo será mordaz.

La derecha nacionalista aspira a un segundo puesto, según los sondeos. El CEO les otorga un 18,7% del electorado, cuando en diciembre del 2017 obtuvieron un 21,7%. Esto se convertiría en 28-30 escaños, esta legislatura han mantenido 34. Para GESOP, los de Borràs conseguirán 30-31 diputados. Es cierto que las divisiones en el espacio post-convergente pueden restar votos o confundir al electorado. Por un lado, PDeCat se presenta en solitario, por otro, el Partit Nacionalista Català, de Marta Pascal. Sin embargo, en ERC no se confían y miran de reojo todo lo que hacen sus contrincantes en el independentismo. No sería la primera vez que los sondeos le dieron primeros y las urnas, no.

La campaña de JxCat focalizará en los republicanos, apretándoles las tuercas para que afloren contradicciones sobre el entendimiento en Madrid con el Gobierno de coalición y, de esta manera, presentarse como los verdaderos adalides del independentismo. Será una campaña, en general, que versará mucho sobre qué pactos posteriores se podrán crear en el Parlament y para formar Govern. Desde la derecha nacionalista catalana aprovecharán en la previa a las votaciones para situar a ERC en el marco de un nuevo tripartit. O lo que es lo mismo, como traidores de la causa independentista más acérrima.

PSC

El PSC aspira a volver a ser el partido hegemónico en el campo no indepe, tras la fuerte irrupción de Ciudadanos, con Inés Arrimadas a la cabeza, de los últimos años. Ahora, la cuestión territorial no está tan candente y el voto del miedo a la independencia que capitanearon los naranjas no es tan relevante. Aun así, los de Miquel Iceta mantendrán un discurso duro contra el independentismo durante la campaña, para atraer votos españolistas. También sacarán la bandera de la gestión de la pandemia, la cual tiene impreso el rostro de Salvador Illa. Y sacarán pecho de los beneficios que en los presupuestos otorga Sánchez a Catalunya con respecto a partidas presupuestarias anteriores.

El PSC afronta estos comicios con buenas expectativas según los sondeos previos. Así, el CEO le otorga una subida hasta los 22-23 escaños y un 16,8% de sufragios. En 2017, obtuvieron un 13,9% y 17 diputados. Según GESOP, ascenderían hasta los 27-28 escaños.

El socialismo catalán se convertiría así en tercera fuerza política, próxima a JxCat. Y podría jugar un papel importante en la gobernabilidad. Si bien es cierto que, hasta el momento, han negado la posibilidad de compartir gobierno con ERC, la idea de un tripartito de izquiedas (ERC, PSC y ECP) merodea por diferentes mentideros. También cabría la posibilidad de apoyar desde fuera un gobierno de coalición entre ERC y En Comú Podem, haciendo virar a ERC a buscar otras mayorías que no fueran la independentista. El papel que pueden jugar en la oposición es clave, siendo líderes de la misma si ERC y JxCat formaran gobierno.

Ciudadanos

La formación naranja se puede convertir en la gran perdedora el próximo 14 de febrero. Y es que vienen de tocar techo, de ser la fuerza más votada en 2017. Ahora el partido se encuentra a nivel estatal en un proceso de readaptación tras el hundimiento en las generales de noviembre del año pasado con Albert Rivera a la cabeza. Desde que Inés Arrimadas es la máxima responsable del partido a nivel estatal, ha intentado un acercamiento al centro que no obtuvo sus frutos al no poder influir, finalmente, en los presupuestos del Gobierno de coalición.

Tras haber recogido el voto del miedo frente al independentismo en 2017, en esta ocasión el conflicto territorial no está tan caliente. En aquel momento, usó un discurso nacionalista español próximo a la ultraderecha. Ahora, su batalla se verá dentro del espacio nacionalista españolista, que comparte con PP y Vox. Las encuestas le dan 13-14 diputados, en torno al 10% de los votos. Solo conservaría algo más de un tercio de lo que tiene esta legislatura: con un 24,4% logró 36 asientos en el Parlament.

Catalunya En Comú Podem

Los comunes afrontan la campaña con Jèssica Albiach como cabeza de lista, quien tiene entre sus logros haber sido partícipe del acuerdo presupuestario catalán de este año con el gobierno de ERC y JxCat, dotándole a las cuentas de un giro social y verde. Jugarán en la campaña con los mensajes izquierdistas, feministas y ecologistas y sacarán pecho de los logros de Ada Colau al frente del Consistorio barcelonés y de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros.

Y es que CEC pretende cerrar el triángulo y entrar a gobernar también en la Generalitat. Para ello, aspira a formar Govern con ERC y no vería con malos ojos un tripartito con el PSC, con quienes cogobierna Colau. Sería la guinda para el giro gobernista en la estrategia del espacio de Unidas Podemos, basada en entrar a formar parte de tantos ejecutivos de carácter progresista como sea posible.

En 2017 consiguió 8 diputados en el Parlament, con un 7,5% de los sufragios. Ahora, según el CEO se mantendría en el 7,2% de los votos, y obtendría entre 7-9 escaños. Según GESOP, 8-9. No parece que se vaya a repetir la debacle que vivió Unidas Podemos en las elecciones gallegas y vascas del pasado mes de julio. Los comunes aguantan mejor.

PP

Para Pablo Casado, las elecciones catalanas se están convirtiendo en una prioridad. Y es que teme que Vox le haga el primer sorpasso. Tras los malos resultados de Cayetana Álvarez de Toledo en las generales de 2019, se presentaba por la circunscripción de Barcelona, y con Xavier García Albiol en la alcaldía de Badalona, es Alejandro Fernández, el líder del partido en Catalunya, el cabeza de lista.

El PP puede pescar del caladero de votos que se deja Ciudadanos. Según el CEO, obtendría entorno al 7% de los sufragios, entre 8-9 diputados en los comicios de febrero. Para GESOP, los de Casado conseguirían uno menos, 7-8. Una notable mejoría tras los 4 asientos que han ocupado durante esta legislatura los populares. En 2017, les votaron un 4,5% del total de votantes.

Vox

La fuerza ultraderechista puede dar la sorpresa en estas elecciones. Las encuestas dicen que, por primera vez, entrarán en el Parlament. Para Vox, la prioridad es darle la batalla al PP y superarle, seguir con la estrategia de confrontación entre derechas y utraderechas que se vio en la fracasada moción de censura de Santiago Abascal a Sánchez del mes de octubre. De hecho, el candidato es Ignacio Garriga, a quien en aquellas sesiones le dieron protagonismo.

Vox entraría en el hemiciclo catalán con 6,4% y 7-8 diputados, según el CEO. La encuestadora GESOP le da peores resultados, tan solo obtendría 4-5 diputados. Aunque la presencia en la institución ya sería un logro para la formación ultraderechista, que la usaría para incorporar sus mensajes racistas, xenófobos, lgtbifóbicos o machistas al debate político catalán. También será una ventana para lucir sus ideas nacionalistas españolistas.

CUP

Los anticapitalistas quieren a Dolors Sabater, exalcaldesa de Badalona, como cabeza de lista. Tras semanas de negociaciones con otras fuerzas políticas catalanas, como Anticapitalistes y Comunistes, parece que finalmente no habrá acuerdo de coalición con estas. Así, la CUP quiere abrir un nuevo ciclo político que deje atrás el procés, pero que no por ello se deje de lado la desobediencia como forma de construir hitos en su hoja de ruta hacia la independencia. En campaña, además, apelarán a la crisis económica y social y propondrán alternativas sociales y de izquierdas a la misma.

La CUP mejoraría su presencia en el Parlament, según cuentan estas encuestas. Para el CEO, los anticapitalistas lograrán el 14 de febrero un 5,3% de los apoyos y 6-8 diputados. En los comicios de 2017 lograron 4 escaños, con un 4,2% del voto. Para GESOP, la CUP se moverá en la horquilla entre 6-7 representantes.

PDeCat

La ruptura del espacio postconvergente ha sido un culebrón en la política catalana de los últimos meses. Frente al seguidismo a la estrategia de ruptura y confrontación con el Estado de Puigdemont que hace JxCat, parte de la derecha nacionalista catalana se separó. Algunos de ellos, en el PDeCat, otros en el Partit Nacionalista Català. Ya se ha visto cómo cuatro diputados de PDeCat han votado a favor de los presupuestos del Gobierno de coalición en el Congreso, al contrario que los de JxCat. Diferentes estrategias con respecto a la relación con el Gobierno central, adquiriendo en el PDeCat un perfil más gestor que rupturista. Esto podría ser una variable a tener en cuenta en las negociaciones para formar Govern. Según el CEO, el PDeCat podría entrar en el Parlament en febrero, obteniendo un 2,4% de los votos, 1 escaño.

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